¡Vaya mundo este de las redes sociales! Yo era tan inculto en estos menesteres que pensaba que eran vías para ligar, que también pueden serlo, no nos engañemos. Algún conocido tengo que encontró a su pareja a través de Twitter. Pero cuando mi amigo Manolo Laborda me creó mis perfiles en Facebook y Twitter descubrí algo que estaba muy lejos que eso de buscar tu media naranja o tener una cita para una, dos, o las noches que te den la gana. Twitter me impresionó. Eso de tener acceso a la noticia de un modo inmediato me fascinaba. Y leer lo que piensa gente a la que admiras te ayuda a conocerlas un poco mejor. Saber qué leen, a quién siguen... Algo muy interesante.

Pero como los amores de juventud, empezaron muy fuerte pero se diluyeron rápidamente. Esto de que haya gente que los use para contar que están desayunando, que se han comprado una camisa o que tienen calor no me interesa nada de nada. Que otra gente use sus perfiles para insultar y faltar al respeto hace que ya pierdan todo el sentido. Encima, muchas veces lo hacen tras nombres falsos que les permiten decir lo que les dé la gana sin respetar a nada ni a nadie escondidos tras el anonimato.

Hace unos días, por ejemplo, leímos cómo alguno se metía con Rafa Nadal por ayudar a limpiar en una casa el barro que metió el dichoso temporal que tanto maltrató Mallorca. Que lo hacía por su imagen decía. Como si Nadal tuviese que hacer una campaña de mejora de imagen. Si es un tío admirable, un ejemplo en el mundo. Es el yerno perfecto hasta para los que no tenemos hijas. Ni hijos.

También hemos vivido una discusión de un aficionado del Unicaja con uno de los jugadores del equipo. Se dijeron cosas fuera de lugar por ambas partes aunque, quizás, el jugador perdió los papeles fruto del nerviosismo por sentir esa crítica como un ataque. Y aunque fuera un ataque...

Todos podemos recordar casos de jugadores que iban a fichar en algún equipo y finalmente no se cerró el acuerdo por lo que el jugador escribió en sus redes sociales en el pasado. O por alguna que otra foto desafortunada que subió a Instagram. También hay algún caso de algún deportista que fue despedido o tuvo que dimitir por los mismos motivos.

La cuestión es que muchas veces a los deportistas, da igual que seas una estrella muy conocida o de un nivel más local, se nos olvida que no nos representamos solo a nosotros mismos en las redes sociales. Representamos, además, a las entidades a las que pertenecemos. Somos personas individuales pero también jugadores, entrenadores, directivos o presidentes de entidades,entidades que merecen todo nuestro respeto. Por esto, hay que tener un enorme cuidado con lo que se expresa, con lo que se quiere escribir. Da igual que tu club sea pequeño y pienses que es poco importante porque solo se le conoce en el barrio. Esa institución merece todo tu respeto y debes tenerla presente cuando tengas la intención de expresar algo públicamente. Representas a tus compañeros, dirigentes y a todos los aficionados que siguen a tu equipo y club.

Igualmente, no puedes olvidarte de todos aquellos que te siguen. Dependiendo de quien seas y de tu importancia, debes saber que eres el ídolo para muchos de ellos. Puedes caer en el error de faltarles al respeto dependiendo de lo que digas. O de infuirles negativamente, que no sé qué es peor.

Por todo esto, que tiene una enorme importancia, muchos deportistas contratan a profesionales para que les dirijan y manejen las redes sociales. Según que casos es peor el remedio que la enfermedad, que muchos community manager también son despetidos por meter la pata. O simplemente deciden no tener. Así es imposible equivocarte, pensarán. Y tienen razón. Hay casos que me consta que se han quitado hasta el Whatsapp.

Me da pena que por no saber respetar a los demás o por pensar que la libertad de expresión te da derecho a lo que te dé la gana, herramientas tan divertidas como Twitter hayan perdido mucho de su encanto. Pero, ¿qué se le va a hacer? Aunque sigo pensando que es un camino fantástico para tener acceso a la información que más te interese cuando quieras. Y como tal, yo la voy a seguir utilizando. Pero poquito más que para eso, también os lo digo.