¡Que sean siete! ¿Por qué no? El Unicaja busca esta noche su séptima victoria consecutiva en este frenético curso 2018/19 en la pista del Auxilium Pallacanestro Torino, un lobo con piel de cordero, colista del Grupo D de la Eurocup y sin un solo triunfo que llevarse a la boca, algo que le hace un rival doblemente peligroso. Para los italianos todo son finales a partir de ahora. Ya no le quedan balas en la recámara, y mucho menos en casa. Así que al Unicaja no le recibirán hoy con gominolas y confeti en el Palavela Sport de Turín.

Desde ese 7 de octubre, el Unicaja no sabe lo que es perder un partido. Lo hizo ante el Real Madrid en la capital de España, y poniéndole las cosas muy difíciles a los blancos. Desde entonces, triunfo tras triunfo. Uno, dos, tres... hasta seis, contando el del pasado sábado ante el otrora coco Tecnyconta Zaragoza. El séptimo no será un paseo de niños para los jugadores de Luis Casimiro, que tiene a toda su plantilla disponible, más allá de la baja de Alberto Díaz, que estará aún un mes fuera de las pistas de juego por su rotura muscular.

Para que esas seis victorias consecutivas lleguen a siete, el Unicaja debe ser él mismo. Hoy, aunque se celebre la noche de Halloween, no tiene que buscar disfraces extraños. Debe ponerse el traje que ha usado casi a diario cada vez que ha salido a jugar en ACB y Eurocup: equipo divertido, posesiones rápidas, circulación fluida y máxima entrega en pista. La defensa hoy será importante porque el rival tiene más nombre que empaque. Y mantenerles fuera de su estilo, donde se sienten cómodos, es clave.Con seis estadounidenses, el mítico Delfino, el conocido Poeta a los mandos y... más individualidades que equipo. Jugadores más acostumbrados a pescar para ellos que para el grupo.

Será un partido inédito. Unicaja y Auxilium Pallacanestro Torino jamás se han enfrentado hasta la fecha. Y es que la historia de la entidad italiana es curiosa. Club de cierto renombre, hace un par de décadas tocó fondo y llegó a militar en la quinta división italiana hasta llegar a desaparecer en 2008. Sin embargo, la entidad buscó alianzas y resurgió en 2011 para llegar a la Lega en 2015 de la mano de su nuevo patrocinador, la marca Fiat de la familia Agnelli, propietaria del histórico Juventus de fútbol. Recuperó su nombre (Auxilium) y el resto ya es historia: campeón de la Copa de Italia la temporada pasada y salto a la Eurocup, donde el pasado curso se plantó hasta el Top 16.

Ahora, eso sí, se ha metido en un grave problema. Porque el cuadro turinés es colista destacado de este Grupo D, sin haber logrado aún una sola victoria. Para ellos, cada partido ya es una final. Y con el problema añadido de que su entrenador, el mítico Larry Brown, miembro del exclusivo Salón de la Fama tras su paso por Spurs, Pacers, Clippers, Philadelphia, Detroit o Charlotte, además de por las Universidades de UCLA o Kansas, se marchó a Texas hace un mes por un problema de salud, a sus 78 años de edad. Brown sigue todavía en su país, con la promesa de volver cuando mejore, y mientras tanto el italiano Paolo Galbiati se ha hecho cargo del equipo.

Lo curioso del cambio es que de un veteranísmo como Brown (78 años) se pasa a un pipiolo como Galbiati, de sólo 34 añitos. Aterrizó en el club como ayudante de Luca Banchi y sustituyó luego a Carlo Recalcati en pleno curso 2017/18 y él fue el allenatore que le dio el título de la Copa de Italia ganando al Brescia Leonessa. Ahora debe sacar al Fita Torino de la crisis, sin victorias en la Eurocup y viniendo de caer 96-82 ante el Sassari. Mejor, eso sí, que reaccione el fin de semana.