Las comparaciones son odiosas. Es verdad. Pero en el mundo del deporte, son inevitables. Al nuevo entrenador se le compara con el antiguo; al delantero centro recién fichado, con el que se dejó escapar el verano anterior después de haber metido no sé cuántos goles, al árbitro de esta jornada, con el que pitó al equipo la semana anterior, los logros de este presidente con los que tuvo el que se fue... Todo se cuantifica y todo se analiza al más mínimo detalle.

En el básket, quizás, todavía más. El deporte de la canasta es pura estadística. Hay esos famosos «intangibles» que no se pueden controlar porque no son numéricos (defensa, intimidación, veteranía, saber estar...), pero todo lo demás está sujeto a su correspondiente clasificación. Se miran los puntos anotados, los porcentajes de acierto desde todos los sitios de la pista, los rebotes de ataque, los de defensa, las asistencias, los robos, las pérdidas, las faltas recibidas, las cometidas, el +/- con el jugador en cuestión en pista...

Tras 8 jornadas ligueras, el base-escolta del Unicaja. Es el más valorado de toda la competición, con 21.3 puntos, y el tercer máximo anotador, con 15.6 de media por partido. Unos números que han convertido en posible lo imposible. O sea, que el Martín Carpena ya no eche de menos a Nemanja Nedovic, estrella cajista las últimas tres temporadas y ahora en las filas del AX Armani Milán italiano. Y es que la «marea verde» tiene un nuevo ídolo made in Spain: se llama Jaime y se apellida Fernández.

El jugador formado en la cantera del Estudiantes fue uno de los cuatro fichajes que el Unicaja realizó el pasado verano. Tras la marcha de «Nedo» a Italia, el club buscó una alternativa en el mercado. La llegada del base-escolta, previo pago de cláusula al Morabanc Andorra, fue acogida con cierto recelo en el entorno cajista. Cambiar al internacional serbio, con ofertas de media Europa y un futuro próximo quizás en la NBA (ya estuvo en EEUU, pero cuando era demasiado joven) por Fernández, sin experiencia en ningún equipo «grande», parecía una operación arriesgada. Es más, desde el club se quiso huir de esa comparación entre ambos tanto cuando se anunció su contratación como cuando fue presentado. Jaime se decía que no venía a cubrir la baja de «Nedo», aunque es evidente que por su juego y por su rol en el equipo, el cambio ha sido de uno por el otro.

Después de un par de meses de competición, tras 8 jornadas de Liga y 6 de Eurocup, los números de Jaime Fernández no admiten debate: mejora en todas las facetas del juego a los que firmó Nemanja Nedovic, buque insignia del Unicaja las tres últimas campañas. Jaime mete más puntos, tira con mejores porcentajes desde la línea de personal, de 2 puntos y desde el 6.75, rebotea más, da más pases de canasta y tiene una valoración mayor. Lo que parecía imposible, el madrileño lo ha hecho realidad.

En 168 partidos con la casaca verde, Nedovic firmó unas medias de 12.3 puntos, 1.4 rebotes, 3.3 asistencias y 11 de valoración, tras 20.19 minutos en pista. Fernández, en 14 partidos, suma 14.2 puntos, 3 rebotes, 5.3 asistencias y la friolera de 18.4 de valoración (que contando solo la ACB sube a 21.3), tras 25.07 minutos de juego.

Si los números globales no admiten duda, el actual jugador cajista también mejora al que se fue en todos los porcentajes de acierto desde las diferentes posiciones del campo: 84.8% por 82.3%, en tiros libres; 52.8% por 50.8%, en lanzamientos de 2; y 44.9% por 35.8%, en los tiros desde la línea de 6.75.

Tanto jugando de escolta, como ahora de base, tras la lesión de Alberto Díaz, lo cierto es que Jaime Fernández se ha convertido en un valor sólido en el engranaje del equipo de Luis Casimiro, afianzado entre los cuatro primeros de la Liga Endesa y colíder de la Eurocup, a solo una victoria más de asegurarse matemáticamente el pase al Top 16 continental.