Esta semana hemos podido comprobar que hay mal rollito en el mejor equipo del mundo. El pasado lunes, en el partido que enfrentó a Warriors y Clippers, en la última jugada del partido con el marcador empatado, Green cogió el rebote e intentó un coast to coast en vez de pasarle el balón a Durant, jugador franquicia del equipo máxime cuando Curry está de baja. ¿Resultado? Que Durant se molestó porque su compañero no le pasara el balón y Green lo perdió, por lo que fueron a la prórroga. A partir de ahí, se produjo una discusión entre los dos en un espectáculo lamentable basado en insultos. Por supuesto, en la prórroga palmaron el partido.

Entendemos que en un momento así, última posesión de un partido empatado, todos pueden estar muy calientes. Esto puede desembocar en que se diga algo que no se piensa y de lo que te arrepientes en cuanto te calmes. Pero, ¿pensáis que lo que aquí pasó fue todo fruto de esto? ¿Tan importante es un partido de regular season para este equipo que sabe que todo se decide en los play offs? Creo que el problema va más allá de ganar o perder ese partido o de quién debe tirar ese último balón. Todo es cuestión de dinero. Y de egos.

La franquicia, que tiene como objetivo ganar el tercer anillo consecutivo y son favoritos para ello, se va a mudar a San Francisco. Allí les espera un nuevo pabellón que todos dicen que es impresionante. Y Silicon Valley, donde se concentran las empresas más importantes, modernas y millonarias del mundo. Por poner algún ejemplo, allí están Apple, Google, Facebook... Los dueños del equipo saben que pueden ganar mucho dinero con este cambio de residencia y por eso tendrán claro que deben seguir siendo el mejor equipo formado por las mejores estrellas. Tienen el problema del límite salarial para formar el equipo. No pueden pagar a todos lo que quieran. Ya dieron el primer paso de futuro blindando a Curry como pieza clave e insustituible. Curry es su líder y a partir de él irán sumando a los demás. Ahora vienen renovaciones importantísimas como la de Thompson y Durant. Este último, el MVP en las últimas finales, es agente libre a final de temporada. Puede fichar por quien quiera cuando acabe la competición y lleva tiempo dejándose querer por toda la NBA. Green también es importantísimo para el equipo. Pero es el patito feo. Él tendrá que esperar un año más para renovar su contrato y pensará que si sus compañeros renuevan por mucho dinero quedará menos dinero para él cuando llegue su turno en 2020.

Es evidente que estas historias pueden romper un equipo que es una máquina de hacer dinero. Supongo que todo el mundo querrá asociar su imagen a un equipo que juega de maravilla y que, además, no para de ganar. ¿Cómo gestionar este enorme problema que se ha hecho público pero que seguro lleva tiempo afectando internamente? Difícil situación. Para empezar, han tomado parte por Durant multando a Green y suspendiéndolo un partido. Durant es una de las estrellas más importantes de la NBA y una atracción para los patrocinadores más millonarios. Además, los insultos y descalificaciones más graves salieron de la boca de Green. Es evidente que Green parece más débil. Tan débil como necesario para el equipo. No es una estrella mediática, nadie construye su equipo a partir de él. Pero ha tenido una enorme responsabilidad en el éxito de la franquicia en estos años.

Lo más inteligente es mantener a los dos jugadores. Para ello es fundamental que arreglen sus diferencias. Todos comprenderemos que no se vayan juntos de vacaciones con sus familias. Está claro que ninguno invitará a la familia del otro a una barbacoa en su casa. Tampoco es necesario. Pero juntos pueden seguir haciendo historia porque ambos son necesarios para el equipo. Son mejores y más fuertes si trabajan juntos. Esto se puede extrapolar a cualquier tipo de relación en un club (entrenador - jugador, directiva - entrenador, directiva - jugador...).

¿Quién debe dar ese primer paso para seguir trabajando juntos y ser mejores? Pues quizás quien más daño hizo, en este caso Green que fue quien más improperios lanzó. Y aquí pueden ayudar el resto de personas que rodean al grupo y que comprenden que ambos son necesarios y que juntos son invencibles para así seguir trabajando unidos por el mismo fin formando el mejor equipo.