El Martín Carpena vivió este domingo por la noche una gran fiesta de baloncesto. No pudo haber Récord Guinness en los aledaños, truncado en la tarde de ayer porque acudieron 6.600 personas, mil menos de los requeridos para botar 8.000 balones durante cinco minutos. Pero dentro del Palacio de los Deportes hubo magia, en un Unicaja-FC Barcelona que se sintió como las grandes citas y que ganó el equipo malagueño.

El partido fue realmente trepidante. Fue de menos a más, tras un primer cuarto con muchos errores y poco acierto. Luego el Unicaja se animó y llegó a irse 11 puntos arriba, pero el Barça fue capaz de meterse en el partido al descanso. Y en el tercer cuarto, cuando el Barça más apretaba, Suárez, con un triple, y otras dos "bombas" más de Adam Waczynski rompieron el partido. El Unicaja ya no se dejó remontar y acabó saliendo triunfador de la contienda.

La afición verde despidió, a la conclusión del encuentro, con una gran ovación al equipo. Hubo gritos de apoyo, se cantó el himno del club y se festejó a lo grande la victoria ante el líder de la Liga Endesa. Los jugadores, uno a uno, se fueron marchando del parqué del Martín Carpena, pero uno de ellos, Adam Waczynski, quería celebrarlo y, también, agradecer el apoyo de todos. Por eso, haciendo reverencias a la grada, se pasó unos segundos agradeciendo el apoyo de la "marea verde".

Incluso Luis Casimiro recordó al final del partido que el "factor Carpena" volvía a ser clave. El manchego mostró su alegría al comprobar cómo el Carpena era un factor diferencia para equipo, ya que el Unicaja ha ganado todo lo que ha ganado en su pista. "La gente me dice que se lo pasa bien. El público forma parte de nuestras victorias y que no hayamos perdido todavía es porque hay sintonía y ellos nos contagian. El factor Carpena funciona, nos divertimos y ellos también. Viven el partido. La gente está empujando mucho", se felicitó.