El Unicaja superó al Limoges por 79-72 y respira en este Top 16 de la Eurocup, una especie de "pim, pam, pum" en el que cualquier despiste te elimina, y acaba la primera vuelta con dos victorias y una derrota. Ganó el equipo malagueño, que es lo importante al fin y al cabo. Y lo hace en plena "minicrisis", sacando tres victorias en los tres últimos partidos. Que es mucho, viendo las pintas que teníamos en Valencia o contra el Iberostar, en la ACB. Pero con el nivel mostrado ante el equipo galo no le va a dar al equipo malagueño para hacer grandes cosas en la competición. Con un juego intermitente, demasiadas rachas, una rotación corta y concediendo, el partido, más que ganarlo el Unicaja lo perdió el Limoges.

Los malagueños dominaron la temida y sufrida guerra por el rebote (39-24), firmaron un extraordinario 74% en tiros de dos y un magnífico 40% en el triple. Y, a pesar de estos números, que son un pasaporte al triunfo cómodo y aseado, el Unicaja tuvo que sufrir y esperar a errores en tiros liberados de los galos, a pérdidas muy tontas de los limusinos, para poder imponerse y ganar el encuentro.

Sí, genera dudas el Unicaja. Y este martes por la noche se salvó de la quema por esos errores del rival y por el ímpetu de Mathias Lessort. El pívot, ante sus compatriotas, tiró de garra para permitir al Unicaja dominar en la recta final y hacerse con un triunfo tan necesario como malo en sensaciones.

Desde el arranque, el choque vivió en un contino tobogán. El Unicaja tardó demasiado tiempo en ponerse a defender. El Limoges arrancó con 5-10 ante un Unicaja desordenado y sin actitud en defensa, que vivió gracias al acierto de tres, con dos «bombas» de Waczynski, una de Wiltjer y otra de Roberts: 14-13. La mejor noticia era el polaco. «King Kong» arrancó, por fin, con confianza, con ocho puntos y una asistencia a Jaime para anotar el quinto triple verde en siete minutos: 19-13. El polaco fue otro en esta primera mitad, con ganas, fe, confianza y 13 puntos al final del primer cuarto. El Unicaja, con una máxima de 24-16, se marchó 24-18.

El Limoges arrancó el segundo cuarto con más intensidad defensiva. La segunda falta de Lessort fue una faena. El Unicaja intentó buscar dentro a Shermadini, pero el pívot sufría siempre un dos contra uno y no supo resolver bien los ataques. Waczynski rompió la monotonía con un triple desde la esquina: 16 puntos para él cuando se marchó, a 4:39 del descanso, con 33-27 y magníficas sensaciones.

Al descanso, con minutos para Viny y buen manejo de Roberts, 10 arriba para los malagueños: 41-31. Pero tras el intermedio, el Unicaja salió a otro ritmo. Sin ningún espíritu defensivo, errando triples cómodos, el Limoges pronto se apuntó un parcial de 2-10 que obligó a Casimiro a pedir tiempo muerto a 7:29, con 43-41. El equipo seguía sin funcionar. El manchego lo intentó con un triple cambio. Pero fue Lessort el que levantó al Carpena y al Unicaja. Primero, con un matazo. Después, reboteando y haciendo un costa a costa para poner el 47-41.

El Unicaja buscó a Shermadini, que aprovechaba la lentitud de Boutsiele para jugar el pick and roll lejos del aro y tener ventajas. Jaime puso el 64-55 al final del tercer acto con una «bombita» sobre la bocina. Pero el Limoges continuó con su esfuerzo y tesón: 64-60. Lo frenó el Unicaja usando de nuevo el recurso de Shermadini, que ponía bloqueos a 8 metros del aro con defensores más lentos, y luego ganaba fácil el aro rival: 68-60. Pero los galos volvieron a apretar, ante un Unicaja inoperante en ataque: 68-65. Milosavljevic puso poco cuajo y Lessort sí que supo leer bien el encuentro. Sacó la quinta a Samuels y anotó para dar más oxígeno a un Unicaja que pedía la hora a gritos. Roberts, mejorado en las últimas semanas, anotó un triple importante:75-68.

Y, sin embargo, la impresión que daba el choque es que era el Limoges el que perdonaba. Errores en tiros liberados, una pérdida tonta en saque de banda... Wiltjer anotó un ganchito sobre el límite de la posesión y el partido se decidió para los malagueños cuando Lessort tiró, otra vez, de garra para poner el 79-72. El Unicaja finaliza la primera vuelta con un balance de dos triunfos y una derrota. La semana que viene, ya con Ryan Boatright, pero sin Alberto ni Carlos Suárez, visita a Limoges. Allí habrá que hacer más para ganar.