El Unicaja perdió este domingo su posición de privilegio en la Liga Endesa al perder ante el Obradoiro en Santiago de Compostela (89-86) y baja de la cuarta a la quinta posición justo al final de la primera vuelta liguera, con lo que no será cabeza de serie en el sorteo de Copa del Rey y se complica muchísimo su andadura por el torneo del KO. El equipo malagueño ha sido durante toda la temporada (desde la cuarta jornada) uno de los cuatro mejores equipos de la ACB, pero su derrota en el Carpena ante el Tenerife, precisamente el rival que supera a los malagueños, fue clave. Y este domingo en Santiago, al Unicaja le faltaron recursos, defensa y más fondo de armario con un pívot en rotación para consolidar su posición.

El ala-pívot Vladimir Brodziansky campó a sus anchas ante Kyle Wiltjer y Dani Díez. Sin un recambio de garantías para Carlos Suárez, con Viny Okouo fuera de la rotación y sin un «cuatro y medio» en la planificación deportiva desde comienzos de curso, el Unicaja sufrió muchísimo y no fue capaz de tapar esa vía de agua. Lo intentó Brian Roberts, en su mejor partido como cajista, pero su última bola para ganar el partido se fue al hierro, después de resucitar a los verdes con triples y canastas maravillosas. Estuvo muy solo el americano, sin la ayuda necesaria.

El Unicaja no se sostuvo con la solidez necesaria en el Fontes do Sar, donde echó en falta la ayuda de jugadores que por unos u otros motivos están en un momento muy bajo. Jaime, Waczynski, Wiltjer, Shermadini... La lista es demasiado larga y, con la baja de Alberto y Suárez, se hizo insoportable para los verdes. Eso no fue óbice para que Vasileiadis y Roberts engrasaran bien sus muñecas, con dos triples por cabeza en un arranque de partido loco. Cuando el Unicaja entró en calor redujo la renta del Obradorio (9-5) y se puso por delante: 15-18. Y eso que los verdes tenían problemas para cerrar su rebote defensivo. Pero Kyle Singler no encontraba el camino del aro y Lessort robó para hacer un «costa a costa» y matar el aro.

Casimiro dio entrada a Boatright y el americano se buscó rápido la vida con dos tiros libres, una penetración a tabla y penetraciones para doblar. El partido entró en una fase de anotación sin control, y Vasileiadis cerró el parcial con un triple a una pierna, a nueve metros y sobre la bocina: 26-25.

Siguió el Unicaja con su zona 2-2-1, con la que finalizó el primer cuarto, aunque la usó poco. El partido mantuvo las mismas pulsaciones, con intercambio continuo de canastas. Shermadini asumió la responsabilidad en ataque y Dani anotó de tres: 33-36. Casimiro sentó a Boatright y Dani justo en el ecuador del segundo acto. Jaime no veía aro y el técnico manchego apostó por jugar con Lessort y Shermadini juntos: 33-39. Era la máxima verde y Moncho Fernández pidió tiempo muerto.

No funcionó la pareja Lessort-Shermadini, mientras que Jaime Fernández seguía fuera del partido, sin aportar soluciones y cometiendo errores. El Obradorio se enganchó con triples de Simons y Navarro: 39-39. Recuperó la zona 2-2-1 el Unicaja, y Casimiro tuvo que tirar de su tridente más lúcido: Roberts-Boatright-Díez.

Cosas del baloncesto, tres nombres que hace poco o ni estaban en el club o estaban muy fuera de la dinámica del equipo. Roberts ha ido «escogiendo» partidos y en las últimas dos semanas ha subido tremendamente sus prestaciones, aportando soluciones y puntos. Su recta final fue para enmarcar. Dani era el último en la rotación exterior. Con poco más de cinco minutos por partido, desquiciado, la lesión de Suárez le hizo cambiar su rol para convertirse a «cuatro». Y su paso al frente ha sido brutal, en todos los sentidos: rebote, defensa, esfuerzo y triples. Y Ryan Boatright, llegado hace una semana, estuvo metido en partido. Amasando bola, dividiendo la zona, siendo agresivo con balón y dando soluciones. Claro que el 41-45 del descanso dejaba todo en el aire.

Jaime inauguró su cuenta, al fin, con dos tiros libres en el arranque del tercer parcial y Wiltjer enchufó de tres: 46-52. El Obradoiro comenzó a atacar sin descanso y sin piedad la zona con Brodziansky, que se aprovechó de la debilidad de Wiltjer para martillear de espaldas al aro. De 50-56 a 55-56. No encontró Casimiro una respuesta a ese problema. Y el equipo lo acabó pagando muy caro.

Roberts se fue al banco dejando el 57-61, a 1:41. Pero las indecisiones finales permitieron a Spires anotar y Singler dejó el 63-64 al final del cuarto. Era todo o nada, porque el Unicaja sabía que debía ganar para ser cuarto, tras el triunfo del Iberostar Tenerife en la sesión matinal del domingo. Pero Sabat se sacó de la manga dos triplazos que dejaron al Unicaja abajo, después de mucho tiempo: 69-66. A Boatright le va la marcha. Se va a la legua. Es el típico jugador capaz de resucitarte o llevarte a la fosa. Se inventó un triple más adicional para devolver la iniciativa al Unicaja: 69-70.

Waczynski se «comió» su enésimo bloqueo y además hizo falta, con lo que tras el triple de Spires el Obradoiro se quedó con la bola: 73-70. Fue una jugada clave, mientras que Brodziansky seguía sacando petróleo y dejaba al Unicaja tocado: 75-70.

El Unicaja aún fue capaz de volver al partido, con triples de Roberts y Jaime, pero le pitaron una falta «rara» a Dani y se dejó pasar otra clara sobre Roberts (79-76). Las pérdidas de Jaime y Shermadini enterraron a los verdes, porque propiciaron canastas fáciles del «Obra», que se fue, ahora sí, de forma definitiva en el marcador: 81-76. Brodziansky machacó a los verdes. Roberts, en los momentos calientes, pidió la bola. Canastón y triplazo a 56.1 segundos del final para poner el 85-84. Pozas fue a la personal por una falta tan tonta como clara de Lessort, y el malagueño puso el 87-84 a 48.1. Otro canastón de Roberts, pisando la línea de tres: 87-86, a 34,2 segundos. Y sucedió que el partido no reconoció la exhibición de Roberts. Brodziansky falló y el base falló una «bombita». El Unicaja cayó en Santiago por 89-86. A la Copa, desde la quinta plaza.

Las estadísticas, pinchando en este link.