El Unicaja perdió ante el Valencia Basket cualquier opción de acabar como campeón de grupo y pasará al Top 8 como segundo (su rival será el Alba Berlín), después de ceder ante los valencianos también en el Carpena (69-72). Recuperó el equipo malagueño la alegría, el espíritu dormido y parte de ese entusiasmo que ha demostrado en un buen trecho del curso. Pero los cajistas, con 10 puntos de renta en los últimos minutos del tercer cuarto, cayeron a plomo. El gran Jaime Fernández del segundo cuarto no volvió a aparecer, Roberts estaba fundido y, con una aportación nula del banquillo, el equipo malagueño se quedó sin comodines. Bojan Dubljevic impuso su ley en la zona, el Unicaja no encontró el camino del aro y perdió su primer encuentro en casa en esta Eurocup.

A grandes males, grandes remedios. Estaba clarinete que Jaume Ponsarnau iba a apostar por cargar con Will Thomas ante los "cuatro" verdes, mucho más endebles que el americano. Así que Luis Casimiro apostó con Lessort y Shermadini por dentro. No le importó cerrar espacios en ataque, lo que quería era gripar el motor valenciano. Y lo logró, con una hiperactividad defensiva fabulosa que provocó un 8-1 de salida. El Unicaja demostró en los cinco primeros minutos del arranque que no se le había olvidado jugar al básket. Los exteriores taronja ni podían penetrar, y en ataque, jugadas muy rápidas, galopando a lomos de un Jaime que veía cada espacio para asistir dentro. Ponsarnau tuvo que pedir tiempo, porque el Unicaja era un huracán: 13-1. O sea, esos 12 puntos necesarios para ser primeros de grupo.

El Valencia encontró el camino del aro con tres triples consecutivos, de Sastre, Van Rossom y Thomas, pero el Unicaja seguía sumando y produciendo con facilidad: 17-10. Comenzó el carrusel de cambios, tras la excelente jugada táctica de Casimiro de jugar con Lessort de ala-pívot. Los visitantes entraron en bonus a 2:37 y Shermadini se ganó dos puntos desde la personal. Pero la "unidad b" taronja fue más eficaz que la malagueña. Valencia comenzó a pasarse mejor el balón, y recortó la distancia al final del primer cuarto: 19-14.

La velocidad, el acierto y la verticalidad de los primeros minutos verdes pasaron a la historia. Valencia se esforzó atrás y la necesidad de Boatright para amasar la bola y el desacierto de Wiltjer permitieron a los visitantes enjugar la renta, con un tres más uno de Matt Thomas: 19-18. El perímetro cajista volvía a brillar por su ausencia. Y sin triples, el Unicaja sufría. Porque, además, el Valencia sí que metía de fuera. Doornekamp firmó la remontada: 19-21. Al fin vio aro Boatright, que anotó el tres más uno de cada partido desde que llegó a Málaga: 23-21.

Pero el partido ya había cambiado. Matt Thomas se sentía cómodo y el Unicaja sufría. Era un partido nuevo. A intercambiar golpes. Triple de Thomas, respondía Roberts€ mucha tensión: 30-28 (min.15). Lo mejor de estos minutos de baloncesto sin control fue, sin duda, comprobar cómo Jaime Fernández volvía a ser el Jaime Fernández que fue durante el primer mes y pico de la temporada. El madrileño controlaba el partido, era descarado, penetraba y hasta le puso un tapón como un demonio a Rafa Martínez. El base volvió a ponerse la capa de héroe, y con dos triples llevó al Unicaja a marcharse 10 arriba: 40-30. El espectáculo había vuelto al Carpena. Tras una racha de partidos con poca chicha, sin diversión y más dudas que juego, Jaime había devuelto la alegría al Palacio. El 45-35, con su pique ante Matt Thomas, y la ayuda de Roberts y Lessort, dejaba muy buenas perspectivas. El Unicaja había vuelto a divertirse al descanso, con una gran defensa, tirando y corriendo, siendo agresivo. Y, eso sí, con sólo 4 puntos desde el banquillo, los de Boatright.

El cara a cara continuó tras el tercer cuarto, con canastas más fáciles por uno y otro lado: 50-42. Roberts tuvo que salir con dos faltas y un fuerte golpe en el rostro, mientras Tobey comenzaba a rebañar bajo el aro malagueño. Casimiro, que seguía apostando por dos grandes juntos, le dio descanso a Shermadini y situó a Viny, justo en el ecuador del tercer parcial, con 50-44. Rompió Waczynski la sequía malagueña con un triple en la esquina y después Viny firmó una gran defensa ante Tobey. Y luego el pívot canterano se apuntó un dos más uno para devolver la renta de 10 puntos: 56-46. Pero Dubljevic encontró grietas en la defensa del africano. Primero le posteó y luego se alejó para anotar de tres (60-54) y llegar así al final del tercer parcial. Y después puso el 60-56.

El problema para el Unicaja es que no había forma de ver el aro y entró, además, en bonus, en dos minutos y medio. Matt Thomas puso el empate de tres: 60-60. Tras casi cuatro minutos, al fin el Unicaja encontró el camino del aro. Fue Dani Díez, menos participativo anoche. Aunque la canasta le dio vitaminas al equipo, con un robo de Milosavjlevic y un triple de Jaime: 65-60, a 5:58. Pero los triples y el acierto exterior era valenciano. Anotó Doornekamp aprovechando que Jaime no pudo volver a defender y Vives remontó: 65-66, a 4:30.

El Unicaja dio un nuevo arreón (69-66), pero Dubljevic pidió la pelota y sacó faltas y puntos ante Shermadini (69-70). Roberts y Jaime estaban exhaustos, pero Valencia también sufría. Con uno abajo, el Unicaja se quedó con 26.8 segundos de posesión. Se trataba, en un momento dado, de forzar la prórroga. Porque, llegados a este punto, lo único que salvaba al Unicaja era ganar por 12 puntos para ser primeros de grupo. Pero el Unicaja jugó a meter de tres, y Waczynski, muy mejorado, falló. Jaime hizo falta a Vives, que puso el 69-72 a 2,3 segundos. Y Roberts, in extremis, no pudo apenas armar el tiro desde campo propio. El Unicaja cayó, en un partido de tensión, al que le faltaron más piezas para poder competir para ganar. Los verdes pasan al Top 8 como segundos de grupo, ya que el Unicaja es campeón. Los cajistas se medirán al Alba Berlín en el cruce de cuartos, sin ventaja de campo.

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