Bozidar Maljkovic abandonó el banquillo del Unicaja el verano de 2003, pero todavía perdura su recuerdo entre todos los que trabajaron a su lado. Un técnico exigente, duro, serio, trabajador, disciplinado, con una capacidad innata para hacer a sus jugadores mejores temporada a temporada y siempre dispuesto a ayudar a todo el que lo necesitara.

Su etapa en el banquillo de Los Guindos fue muy intensa y productiva. Se puede decir que con él empezó todo. Aterrizó el verano de 1999 de la mano de Ángel Fernández Noriega. En su currículum, en aquel momento, nada más y nada menos que 4 Euroligas con tres equipos diferentes: Jugoplastika de Split, Limoges y Panathinaikos. Casi nada.

El Unicaja se convirtió al mando del técnico serbio en un aspirante a todo. La primera temporada, el equipo llegó a la primera final continental der su historia, la Copa Korac 99/2000 que perdió contra el Limoges francés. La siguiente, repitió final, esta vez con el Hemofarm serbio, pero con el premio del título, todo una acontecimiento para Málaga, la Costa del Sol, Andalucía y la entidad financiera propietaria del club. Su tercer año, el primero ya en la Euroliga, llevó al equipo a la finalísima de la Liga ACB contra un Tau Baskonia espectacular al que no pudo superar. Después de su cuarto curso en Málaga, club y entrenador separaron sus caminos el verano de 2003 con una cierta polémica entre ambas partes que el tiempo se encargó de curar.

El Real Madrid, el Baskonia, la selección de Eslovenia y el Lokomotiv Kuban ruso fueron sus destinos los años posteriores a su marcha «profesional» de Málaga, aunque no su marcha definitiva de la Costa del Sol. Y es que su presencia en Marbella ha sido constante durante la última década y media cada vez que ha tenido un hueco en su apretada agenda. «Vivo a caballo entre Belgrado, París y Marbella», ha sido su frase más habitual durante todos estos últimos años cuando alguien le preguntaba a 'Boza' por su domicilio habitual.

Pero, ¿qué fue de Bozidar Maljkovic? ¿Qué hace el prestigioso técnico serbio en la actualidad, a sus 66 años? Pues nada que ver con los banquillos, pero sí con el deporte, su pasión vital. Y es que 'Boza' es el presidente del Comité Olímpico de Serbia (OKS) desde mayo de 2017, sustituyendo, por cierto, a otro nombre muy conocido del mundo de la canasta: Vlade Divac.

En su discurso de toma de posesión ante los principales presidentes de las distintas federaciones de su país, Maljkovic prometió dedicar todo su tiempo a su nuevo cargo y crear nuevos centros deportivos en el interior de Serbia, fuera de Belgrado, la capital. Indicó también que su deseo es «desarrollar y crear nuevos ganadores de medallas» y señaló que «el éxito en el deporte se va edificando, no se logra de la noche a la mañana o con milagros».

Desde entonces, el deporte serbio camina con paso firme. Casi el 80% del dinero que recibe el Comité va directamente a los deportistas, un porcentaje que llega hasta cuatriplicar el de otros países. Además de su función directiva en el Comité, Boza también ha servido de nexo de unión para resolver algunos conflictos. La próxima semana, sin ir más lejos, arrancan en Sarajevo los Juegos Olímpicos de Invierno para Jóvenes, una competición que estuvo a punto de no celebrarse por las rencillas todavía pendientes en los Balcanes entre los países surgidos tras la guerra, pero que gracias, entre otras cuestiones, a la intermediación del exentrenador cajista con las autoridades políticas bosnias, podrá llevarse a cabo sin problemas.

El Comité Olímpico de Serbia es miembro del Comité Olímpico Internacional desde el año 1912. Los deportistas serbios han competido bajo diferentes banderas. Ha participado en 4 ediciones de los Juegos Olímpicos de Verano, siendo su primera presencia la que tuvo lugar en Estocolmo 1912. El país ha obtenido un total de 15 medallas en las ediciones de verano: 3 de oro, 6 de plata y 6 de bronce. Maljkovic trabaja con las distintas federaciones de su país para que ese botín aumente en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Mientras dirige el deporte serbio, Maljkovic siempre mira de reojo a Málaga y al Unicaja, al que ve habitualmente vía satélite desde su casa en el centro de Belgrado. Siempre pendiente del quipo verde, al que defendió durante cuatro temporadas y al que hizo un poco más grande.