Enfadados, decepcionados, mosqueados y muy tocados. Así acabaron los 500 aficionados malagueños que audieron al WiZink Center de Madrid para ver la Copa del Rey en directo y animar al equipo de sus amores. "Qué hago yo ahora, con los 600 euros que me he gastado y los otros 600 de mi mujer", se lamentaba un veterano aficionado a la conclusión del encuentro. La "marea verde" no le falló al UnicajaEl mal partido cajista pilló totalmente desprevenidos a los aficionados, que no esperaban irse de la Copa a las primeras de cambio y, además, por la puerta de atrás.

Varios trenes AVE llenos de aficionados verdes, además de viajes en vehículos particulares, trajeron a Madrid a unos aficionados que llegaban pensando en lo mejor. En ganarle este jueves por la tarde al Ibersotar Tenerife y en soñar luego con unas semifinales dignas. Pero el Unicaja no pudo contentar a su hinchada.

Ubicados en la zona central alta de inmenso Wizink Center de Madrid, la marea verde se dejó oír en todo momento. Ni siquiera el mal partido del equipo hizo que los espectadores se rindieran. Los Mihitas no se lo quisieron perder y llegaron a la capital de España en un AVE que llegó a las 13.40 horas del mediodía. El buen humor, la alegría y la camaradería de la previa se tornaron en caras largas cuando concluyó el choque y el Unicaja perdió estrepitosamente por 88-78 ante el Iberostar.

La "marea verde" apoyó y animó. Se cantó el himno de Pablo López, se vitorearon triples, se cantaron canastas. Se creyó hasta el final en el equipo de Luis Casimiro. Pero el Unicaja decidió que ésta no era su Copa del Rey. Y los aficionados verdes tuvieron que asumir la realidad. Pocos, muy pocos, se marcharon tras ver los cuartos de final del equipo. La inmensa mayoría continuó en sus asientos para ver el Barcelona-Valencia que se jugó después. Hubo ovación, como no podía ser de otra forma a Juan Carlos Navarro en el homenaje que se le rindió en el descanso. Y, después, a aprovechar la noche madrileña. Había que ahogar las penas...