Ryan Boatright. Su nombre era uno de los jugadores que había marcado en rojo Carlos Jiménez, director deportivo del Unicaja, el pasado verano. Era una de la media docena de opciones que barajaba el responsable cajista para sustituir a Ray McCallum, tras su floja temporada en el Unicaja en su primera experiencia fuera de la NBA. Había que hilar fino, porque tras los tiros al pie dados en los últimos años con Oliver Lafayette o el propio McCallum, el base iba a ser examinado con lupa. Y había que acertar sí o sí en un puesto tan importante en la planificación de la temporada y tras estos errores.

Boatright era uno de los jugadores a los que Jiménez había seguido y a los que se tanteó. Entraba dentro de lo presupuestado en el plano económico, tenía experiencia en el básket europeo tras su paso por Croacia con el Cedevita y en la Eurocup. También jugó en el Besiktas turco, otro baloncesto diferente pero también aquí en Europa. Se barajaron pros y contras y el club decidió, finalmente, lanzar una oferta a Brian Roberts, base experto, con años de gran baloncesto en el Brose y paso prolongado por la NBA. Y a Roberts, que había jugado la última temporada en el Olympiacos a la sombra de «Kil Bill» Spanoulis, se fichó por una temporada.

El base estadounidense tuvo algún ofrecimiento europeo pero hizo las maletas de vuelta a casa, donde comenzó la temporada en los Agua Calientes Clippers y luego pasó a los Texas Legends de la Liga de Desarrollo de la NBA. Con el equipo vinculado a los Clippers disputó siete partidos con 7,4 puntos y 5 asistencias de promedio, mientras que en Texas se quedó en sólo 6 puntos y 2 asistencias por los cuatro encuentros que disputó.

Su fichaje se anunció el 8 de enero y su aterrizaje en Málaga se produjo un par de días después, hace ya por lo tanto siete semanas. Siempre es difícil llegar a un equipo nuevo, con unos roles ya repartidos, con sistemas propios. El jugador tiene que pelear contra muchas adversidades, pareciendo un «cuerpo extraño» tratando de ser útil a un equipo con sus propios mecanismos. Dentro de cada partido que ha disputado, Boatright ha mostrado siempre dos versiones. Casi siempre, mejor en su primera aparición en pista que en las segundas. Firmando jugadas inverosímiles, con varias acciones de tres más uno, nunca ha participado en los finales de partido. Luis Casimiro ha preferido jugar esos momentos con la pareja Roberts-Jaime en pista.

Pero la baja de Jaime Fernández lo cambia todo. Sin el desparpajo, la chispa y el primer paso de salida del madrileño, el jugador más parecido a él en la actual plantilla verde es Boatright. Ahora es el base estadounidense quien debe dar un paso al frente y asumir más balones en ataque. Seguro que tendrá, a partir de ahora, más minutos en pista. Sólo está jugando un promedio de 13:53 minutos, en un rol de base suplente.

Sigue estando por detrás de Roberts, aunque ahora se le pedirá más presencia en ataque. Porque sin Alberto y sin Jaime, tendrá más tiempo y más responsabilidad.

Por ahora, el Boatright que estamos viendo en Málaga, en cuanto a su aportación estadística, es más parecido al de esta última etapa gris en la G-League que en sus últimas aventuras en Europa. Con el Cedevita firmó en Eurocup 17,7 puntos de promedio. Tenía carta blanca en aquel equipo. Ese mismo año incluso tuvo tiempo de jugar en la Liga de China, con los Guangzhou Long-Lions, donde promedió 24 puntos en cinco partidos. Pero en ese 2017 acabó la alegría ofensiva para el jugador, que bajó su aportación en puntos en sus siguientes destinos.

En el Besiktas se quedó en 9,5 puntos de media en los 21 encuentros que disputó. Y en la G-League este curso, antes de dar el salto a Málaga, bajó a 7,4 con los Legends y 6 con Texas. Así que ha llegado la hora de que el pequeño jugador estadounidense demuestre que ni la ACB ni el Unicaja le quedan grandes.

El play off de la Eurocup le va a medir con un Peyton Siva que es el auténtico generador de juego del Alba. También base pequeño, más conocedor del juego y mejor director, será un auténtico reto para Boatright.

Ha llegado la hora del nuevo jugador verde. Sin Alberto ni Jaime, se espera que él sea de los que asuman responsabilidad y ayuden en la faceta anotadora.