¿Cómo se puede explicar que un equipo que estaba literalmente muerto en el Max Schmeling de Berlín al descanso pueda remontarle al rival 21 puntos de desventaja y sumar a domicilio un triunfo que le coloca a las puertas de la semifinal de la Eurocup? ¿Qué pasó para que se pudiera obrar semejante milagro? ¿Fue solo mérito del Unicaja o ayudó el Alba a que pudiera producirse el «sorpaso»?... Pues muy complicado de explicar y también de entender.

El caso es que el Unicaja resucitó a tiempo en la segunda parte del duelo del martes en Alemania para ganar el primer partido de la serie de cuartos de final al mejor de tres que le mide al vigente subcampeón de la Liga alemana. La eliminatoria está ahora 1-0 para los cajistas, que además recuperan el factor cancha y podrán certificar este viernes el pase a semifinales.

Lo cierto es que hay muchas preguntas en el aire tras esos primeros 40 minutos de la eliminatoria. ¿Cómo un equipo sin ninguna actitud defensiva ni ideas en ataque durante los primeros 20 minutos puede luego hacer la mejor segunda parte de la temporada? ¿Qué le dijo Luis Casimiro a sus jugadores en el descanso para que el Unicaja pasara de ser «un lindo gatito» a una «fiera indomable»? ¿Cuál es el verdadero Unicaja, el de los primeros 20 minutos o el de la segunda parte de Berlín?

Difícil encontrar respuesta a todas estas preguntas. Pero algunas de las claves de esta remontada para la historia en Berlín son las siguientes...

Actitud defensiva

El Unicaja fue un coladero atrás durante los primeros 20 minutos. El Alba jugó a su antojo. En menos de 7 minutos ya perdían los verdes por 21-7, al final del primer cuarto, 29-17, y en el descanso 58-39. Casi 60 puntos en contra en 20 minutos. Una proyección de 116 puntos para los 40 minutos. Algo inaguantable. Sin embargo, el equipo volvió del descanso renovado. Los jugadores dieron un paso al frente atrás y el rival sufrió en su circulación de balón y a la hora de encontrar opciones claras de tiro. Hasta se comieron los de Aíto alguna posesión de 24 segundos por la buena actividad defensiva de los de Los Guindos. Si antes del descanso, el Alba había sumado 58 puntos, después solo hizo 32 en los 20 minutos siguientes.

Parar a Syva y a Sikma

Hubo dos cuestiones que resultaron claves para el triunfo final. Una fue la defensa de Dragan Milosavljevic sobre su base titular, Peyton Siva. El americano hizo mucho daño en el primer tiempo (12 puntos). Ni Roberts ni Boatright pudieron con él. Salin mejoró la defensa sobre él, pero fue «Gagi» el que ejerció de pegamento y con su mayor envergadura apagó las ideas del base rival tras el descanso (solo anotó dos tiros libres), algo que su equipo notó. También fue clave dejar a Sikma en cero de valoración los dos últimos cuartos. Llegó con 15 al descanso, haciendo mucho daño, y ahí se quedó al final del partido.

Control del rebote y minimizar las pérdidas de balón

El Unicaja tuvo un juego mucho más controlado tras el descanso. Para empezar, se hizo fuerte en su aro, controló el rebote defensivo ante el mejor equipo de la Eurocup reboteando en canasta ajena. A partir de ahí, se pudo correr algunas veces y, cuando no, jugar en estático con cabeza minimizando las pérdidas de balón.

Buenos porcentaje de acierto en el tiro

El Unicaja superó el 80% de acierto en los lanzamientos de 2 puntos. Una auténtica barbaridad. Hizo 18 de 22. Eso, unido al 33% en los triples (12 de 36) y a un muy buen día desde la línea de personal (19 de 22) contribuyó a que el equipo fuera de menos a más y acabara dando el «sorpaso» a los alemanes. Importantísimo en el segundo tiempo fue el 9 de 20 que tuvo el equipo desde la línea de 6,75. Casi un 50% de eficacia.

Mathias Lessort

El nombre propio del partido fue Mathias Lessort, con su rebote ofensivo y posterior mate para certificar el triunfo cajista a dos segundos del final. El jugador francés hizo una gran segunda parte. Jugó a la perfección el bloqueo y continuación y fue capaz de rebotear en ambos lados de la pista. Aportó, además, 18 puntos, 13 de ellos en la segunda parte para darle la vuelta al marcador.

Fe en la remontada

Es imposible recuperar 21 puntos en contra a tu rival si no hay una creencia colectiva de que sí se puede. El Unicaja se fue al descanso cariacontecido y superado por las circunstancias, pero volvió convencido de que había 20 minutos todavía por delante en los que se podía remontar el partido. Ayudó, desde luego, el parcial de 1-19 con el que arrancó el tercer cuarto, que le metió de lleno en el partido ante la impotencia de un rival que se asustó cuando vio a la máquina verde en plena ebullición.