Una colosal exhibición del capitán Carlos Suárez, cuando el Obradoiro más apretaba, el Unicaja menos respondía y amenazaba ruina gorda sobre un Martín Carpena que lanzó al aire algún silbido, permitió al equipo malagueño recuperarse, animarse y remontar un partido que mediado el tercer cuarto cedía de forma deplorable (35-46).

En un partido feísimo, con un Unicaja de nuevo colapsado en la pintura, lanzando el doble de tres que de dos, sin recursos y con pinta de tocar fondo, el "capi" asumió el mando, subió la bola, ordenó los ataques y aprovechó el descanso de Roberts, el único base del equipo por las lesiones de Boatright, Jaime y Alberto, para apuntarse una exhibición que le llevó a los 19 puntos, 5 rebotes y 25 de valoración. De la mano de Milosavljevic, excepcional en denfensa, el equipo se rehizo, estuvo sólido atrás (encajó sólo 63 puntos) y logró ganar un partido importante.

Había que ganar sí o sí, sin medias tintas. Y el equipo lo hizo. No gustó demasiado, no ofreció buenas sensaciones, no estuvo brillante, pero a la espera de que el equipo recupere confianza y a los lesionados, se apuntó un triunfo necesario para seguir en la parte alta. En un día, además, que jamás olvidará el joven Lucas Muñoz, que debutó en el primer equipo con 18 años recién cumplidos.

El mejor remedio contra la enfermedad es reconocerla y emplear los remedios adecuados. El Unicaja, consciente de sus males, firmó una buena salida a pista que obligó a Moncho Fernández, entrenador gallego, pedir tiempo con 8-0 para los verdes. El Obradoiro no era capaz de ver el aro malagueño. Tiros más o menos liberados que se iban al aro o que hacían la corbata, como en un intento de tres de Obst. Además, Nacho Llovet, su principal bastión en la pintura, se tuvo que retirar lesionado en una defensa sobre Lesssort, con un problema en el pie derecho.

El Unicaja se puso 10-0, sin hacer nada del otro mundo. El equipo buscaba a Lessort dentro y, ante los dos contra uno de la defensa gallega, sucedían cosas. A veces, el francés resolvía con acierto. Otras, la mayoría, no. Así que cuando Brodzianski abrió la lata, el Unicaja pasó de ganar 10-0 a hacerlo por sólo 10-7. Casimiro tuvo que mover el equipo, cambiando su juego interior. Y luego pidió tiempo, porque Salin se comió una puerta atrás de Simmons para dejar el 10-9 (a 3:21).

El primer cuarto fue el fiel reflejo de lo que es el Unicaja, de lo que ha sido durante toda la temporada. Un equipo capaz de lo mejor y de lo peor. De enganchar cinco minutos de ensueño y, acto seguido, tirar a la basura todo ese buen trabajo haciéndolo todo mal, perdiendo balones, dejando de defender€ siendo un verdadero desastre. El parcial, con 5 puntos seguidos de Singler, era ya de 0-14 para los gallegos, que se fueron al final del acto inicial con 12-14.

Tardó dos minutos el Unicaja en anotar en el segundo acto, gracias a una canasta en el poste bajo de Suárez, respondida por un triple de Simmons. El Unicaja seguía muy fuera de onda y necesitaba meter a gente en el partido. Sólo cuatro cajistas habían anotado en 14 minutos de partido. Cinco, cuando Waczynski enchufó un triple: 17-21. No hubo forma de reanimar el partido, ni por unos ni por otros. Con errores, fallos, alguna canasta perdida por el camino y malos minutos de baloncesto. Lessort intentó un costa a costa y se ganó una dudosa falta y jarabe de banquillo. El Unicaja, con 22-28 abajo, dio un leve tirón con la primera canasta de Wiltjer y tiros libres de Roberts: 26-28.

Pero fue efímero, Simons volvió a ganarle la partida a Salin y al descanso, el Unicaja seguía perdiendo (28-34) y ofreciendo malas sensaciones. Sin un solo rebote ofensivo en toda la primera parte, tirando casi el doble de veces más de tres (13) que de dos (7) y ofreciendo una imagen paupérrima. Mucho había que mejorar, porque la cosa pintaba fea.

Hasta nueve abajo llegó a ponerse el Unicaja (32-41), fruto de su tremendo caos ofensivo y de su única solución de tirar de tres. Al Unicaja ya le han cogido bien la matrícula. Todos los equipos le juegan a lo mismo, a amontonar jugadores dentro, a colapsarle la pintura, a obligarle a lanzar de tres. Y el Unicaja no encuentro otras vías de anotación. El Obradoiro le cerró la zona y el Unicaja no supo qué hacer, más allá que tirar de tres. Sabat, de tres, volvió a poner los 11 abajo: 35-46, a 4:03 del final del tercer cuarto.

Roberts se sentó por primera vez en todo el encuentro. Con Boatright lesionado en el tobillo, y sin Alberto Díaz ni Jaime Fernández, Casimiro tiró de Milosavljevic para subir la bola, con la opción del canterano Lucas Muñoz. De 11 abajo, el Unicaja se puso a seis, con canasta de Waczynski y triple de Salin. Y, en buenos minutos defensivos, Lessort anotó sobre la bocina el 47-48 con el que se llegó al último parcial. En el caos reinó el Unicaja. Sin base sobre la pista, con Milosavljevic subiendo el balón pero con Carlos Suárez cantando jugadas y mandando, el equipo malagueño se situó a un punto.

Suárez puso al Unicaja por delante después del parcial inicial de 10-0 para el Unicaja: 51-50, a 8:34. Y Salin puso el 54-50. Con un partido nuevo, Milosavjlevic se fue al banco para que volviera Roberts y el Unicaja tuviera de nuevo un base. El Unicaja estaba ya de lleno en el encuentro. A Moncho Fernández le señalaron una técnica y el Unicaja cogió una interesante renta: 58-52. El Unicaja, tiro libre a tiro libre de Suárez, se puso con siete (60-53), en un encuentro que seguía igual de feo que antes, pero con un Unicaja algo mejorado.

Suárez le amargó la existencia a todo el que se le acercara y Brodzianksi se estrelló contra el lateral del tablero. El técnico visitante recibió la segunda antideportiva y se fue al vestuario. Suárez marcaba su ley y el Unicaja le había dado la vuelta al marcador gracias a él y a sus puntos. Cuando llegó a los 16, el Unicaja ya ganaba 65-55 (a 3:11). Y con un triple desde un costado, el capitán acabó con el partido: 68-55, a 2:20.

Lucas Muñoz, el canterano cordobés del Unicaja, debutó con los malagueños y fue a la personal con 6,7 segundos para el final tras una falta de otro canterano, Pepe Pozas. El chaval, con el 0 a la espalda, anotó los dos tiros libres, y el Unicaja ganó, con un triple final de Pozas, por 74-63.

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