La increíble derrota del Unicaja en Zaragoza (72-70), con todo de cara para ganar, da paso a partir de ahora a los dos últimos meses de Fase Regular de la ACB, con nueve partidos en los que el equipo malagueño tiene como único objetivo defender la cuarta plaza que posee actualmente. El equipo dejó pasar una oportunidad magnífica en el Príncipe Felipe. De nuevo una zona rival y mala gestión del partido (9 puntos en el último cuarto) privaron a los malagueños de adelantar incluso a Valencia en la clasificación, con quien ahora empata con un balance 15-10.

Lo cierto es que tras el fracaso en la Eurocup y la decepción copera, al Unicaja ya sólo le queda la ACB para agarrarse a alguna ilusión en este curso 2018/19, donde todos en el Unicaja se juegan algo. Todos, menos Ryan Boatright, se juegan algo de aquí a final de curso. Toda la plantilla se juega el puesto. Empezando por Luis Casimiro Palomo, que tiene un año más firmado, pero que deberá ganarse la confianza del club y de la afición con hechos y resultados en este play off por el título.

Eliminado de la Copa del Rey a las primeras de cambio, fuera de la Eurocup en cuartos de final y sin manejar ya el objetivo de la Euroliga (en manos del Valencia en la final de la segunda competición continental ante el Alba), el entrenador manchego debe levantar el equipo ahora que tiene a toda su plantilla disponible. Con abril ya en el candelario debe poner a punto la maquinaria cuando el 26 de mayo eche el telón ante el MoraBanc Andorra a la Fase Regular.

Parece obvio que la exigencia es recuperar el nivel de principio de curso. Y, por supuesto, avanzar en la preparación del equipo. Tener perfectamente atados las opciones «b» y «c» cuando el rival de turno se ponga en defensa zonal, por ejemplo. Algo que harán a menudo a partir de ahora viendo los encuentros ante Alba Berlín o Zaragoza. Casimiro deberá refrendar su estatus en el Unicaja y dejar patente su capacidad de cumplir con los objetivos marcados.

El único miembro del plantel que tiene su futuro lejos del Unicaja es el base americano Ryan Boatright, sentenciado desde hace un par de semanas por el cuerpo técnico. Con la vuelta a las pistas de Alberto Díaz se le dio de baja en la ACB. Este próximo fin de semana, con la recuperación de Jaime Fernández, Boatright estará aún más lejos en la rotación. Ha sido el único temporero de esta campaña y el club erró en la elección.

Se antoja fundamental que la dirección deportiva tenga bien estudiado el mercado para paliar situaciones similares en el futuro. Ante lesiones o bajos rendimiento ha de existir un selecto grupo de jugadores vistos y examinados que pueda cambiar rápidamente de equipo para reforzar al Unicaja en el futuro. La confianza del consejo de administración en Carlos Jiménez, no obstante, es total.

Hay jugadores que han de demostrar también que son válidos para seguir en el equipo, aunque tengan contrato en vigor, como el propio entrenador. Alberto Díaz, Jaime Fernández, Dani Díez y Adam Waczynski tienen firmados más años con el club. La continuidad de los tres nacionales está garantizada, por un tema meramente de cupos. Alberto ha de ser el buque insignia de la cantera y a Jaime incluso se le va a mejorar el contrato. La irregularidad de Díez le obliga a seguir trabajando y Waczynski debe confirmar en estos dos meses más el play off que merece ser objeto de la confianza que se depositó en su día en él.

El club tiene que tomar también una decisión clave sobre Carlos Suárez, ya que este 30 de junio puede rescindir su contrato o ampliarlo dos años más. La Opinión ya informó en su día de que en el consejo de administración se habló de la opción de hacer efectiva esa cláusula antes incluso de que llegue el verano, pero por ahora no se ha pulsado el botón verde.

La mitad de la plantilla malagueña acaba contrato y deberá ganarse la renovación: Brian Roberts, Sasu Salin, Dragan Milosavljevic, Kyle Wiltjer, Mathias Lessort, Viny Okouo y Giorgi Shermadini. Siete jugadores del actual plantel tienen su futuro con fecha de caducidad en Málaga. Tienen que demostrar en la pista que tienen nivel para seguir en el Unicaja o que incluso su etapa en el club de Los Guindos ya pasó y quieren seguir escalando y dar pasos al frente en otros equipos de mayor caché, donde firmen mejores contratos de los que tienen aquí.

En el club ya comienzan a tener claro quiénes cuentan y quiénes no; a quiénes se les tratará de seducir y quiénes finalizaron su ciclo. Salin y Milosavljevic están en el vagón de los que deben seguir, según el club. Hay dudas con Roberts, aunque el cuerpo técnico está encantado con el base. Y aumentan con Gio Shermadini, especialmente por su elevado caché. El futuro de Lessort dependerá de los movimientos de su agente, el poderoso Misko Raznatovic (también tienen en Málaga a Milosavljevic y Shermadini). El rendimiento de Wiltjer, por ahora, no es el esperado, y alargar la continuidad (y agonía) de Okouo, visto lo visto, carece de sentido.

Todo el mundo se va a jugar algo en esta recta final de temporada en el Unicaja. Del primero al último. Y, para seguir en Málaga o para seguir progresando, todos deberán dar un paso al frente y mejorar, en mucho, sus prestaciones actuales.