Francis y Rubén; Rubén y Francis. Francis Alonso y Rubén Guerrero se marcharon de Málaga hace ya un lustro y, a miles de kilómetros de distancia, ambos representan una de las mayores ilusiones para los aficionados del Unicaja de cara al futuro. El base-escolta y el pívot, criados y formados en Los Guindos, podrían tener su futuro en el club que les formó y les dio una educación deportiva y personal. El Unicaja tiene sus derechos y pronto habrá ofertas por ambos. Mientras, los dos concluyen sus estudios para volver siendo mejores jugadores tras completar con rotundo éxito el gran sueño americano.

¿Cómo se siente siendo ya exjugador universitario?FA:

Muy contento, la verdad. Es una etapa muy bonita que se ha cerrado, ha durado cinco años, con altibajos, momentos duros y otros muy bonitos. Como jugador y estudiante, tenía esos objetivos en mente y ha sido muy bonito. Se ha cerrado y ahora se abre otra etapa emocionante, una puerta que se abre y que he trabajado durante los 10-15 últimos años de mi vida. Ahora trato de vivir mi tiempo aquí, sigo trabajando, técnica individual. Y lo que quiero ahora es terminar con el puño en alto, como dice mi padre, acabar la universidad. Los estudios son un gran objetivo y me falta poco. Estoy muy motivado por lo que tengo en un par de meses.

RG: Es un poco raro, la verdad, porque mis compañeros están entrenando y con las sesiones de gimnasio y pesas, y al haber estado tan metido, tengo ahora una sensación rara, pero también con muchas ganas de ver el futuro. Estoy trabajando duro por mi cuenta y con ganas de ver lo que viene ahora.

Si echa la vista atrás y recuerda a aquel niño que cruzó el Atlántico hace más de un lustro. ¿En qué ha cambiado en todo este tiempo?FA:

Creo que hubo un cambio muy brusco, y sobre todo a nivel personal. Si no hubiera tenido esta oportunidad de venir a EEUU y estar aquí cinco años sería una persona diferente. El haber tenido esta experiencia me ha ayudado a conocerme a mí mismo, a haber madurado y qué mejor experiencia que estar cinco años aprendiendo un idioma, conociendo gente nueva, adaptándote a otra cultura y estando solo. Es la mejor experiencia que me llevo. Estoy muy agradecido de esta oportunidad que he tenido, tanto en lo personal como a nivel de baloncesto. Nunca lo voy a olvidar. Ahora miro al futuro y entiendo por qué mi padre siempre me decía que ojalá él hubiera tenido la oportunidad que yo he tenido. Es algo único: conseguir una educación y vivir en el extranjero, vivir tu propia experiencia y labrarte tus oportunidades. No todo el mundo puede decir eso. El haber venido hasta aquí me ha cambiado la vida.

RG: Muchas cosas... En lo personal he madurado mucho. Haber venido solo con mi hermano y tener que valernos por nosotros solos, con 17 y 16 años, que tenía mi hermano, pues te hace madurar. Has de hacer todo por tu cuenta, en un país extranjero, con otra cultura, y te ves obligado a adaptarte. Creces y maduras como persona. Y en lo baloncestístico, he cambiado mucho el físico, no me quedaba otra. Y estos dos últimos años, la confianza ha crecido. He crecido ahí, me ha ayudado a ser mejor jugador.

¿Qué balance hace de su etapa como jugador universitario?FA:

El balance en estos cinco años es bueno. El primero fue una etapa de adaptación y transición, estaba en un colegio y las facilidades no eran las más idóneas para ser mejor jugador. Fue un año de adaptación a la cultura y a mejorar el idioma. Cuando entré en la Universidad tuve la oportunidad de empezar a entrenar y ver las instalaciones... Todos los objetivos que tenía en mente se cumplieron. Siendo un freeshman (primer año) jugué muchos minutos, más de 20, era de los que más jugaba. Y siendo de primer año tuve un rol que no era el que me esperaba, fui el máximo anotador del equipo. El entrenador me dio la confianza y eso hizo muy fácil las cosas. He jugado muchos minutos de «dos». He intentado demostrar mi capacidad ofensiva tanto de «uno» como de «dos». Aquí la única excepción ha sido el hecho de que al llegar, todo el mundo detectó mi talento como tirador y he estado un poco más enfocado a ese rol. Siempre he crecido siendo un base y aquí soy más anotador. En Málaga hacía jugar a los demás y me ha hecho feliz demostrar aquí que si se me necesita para cualquier rol puedo dar lo mejor de mí. He demostrado ser flexible en cuanto a mi juego. Tengo muchas cosas que mejorar. Tendré tiempo y recursos para ser mejor jugador cada día. En estos cuatro años estoy contento del camino que he trazado. Estoy muy agradecido a entrenadores y compañeros, a los que me han apoyado. Hemos convertido este programa en ganador. La Universidad no tenía un récord positivo, pero confiaba poner al equipo en una situación mucho mejor. El equipo ha mejorado y todo el programa en sí también, y eso me da una satisfacción tremenda. El primer año tuvimos récord negativo; el segundo fue positivo; el tercer año fuimos al torneo de la NCAA y al cuarto logramos el récord de victorias y estoy contento del granito de arena que he podido ofrecer.

RG: En mi etapa en South Florida, por temas de entrenadores y equipo, fue bastante durillo, la verdad. Pero el cambio a Samford me vino muy bien. He tenido un gran año y me ha ayudado mucho en la confianza como jugador, que lo necesitaba. He vuelto a disfrutar jugando y echaba de menos pasarlo bien, disfrutar con los compañeros y los entrenadores.

¿Qué ventajas ha tenido al irse a EEUU a jugar y estudiar?FA:

Muchísimas ventajas. Yendo a lo personal, el tener la oportunidad de venir al extranjero y estar yo solo, porque al fin y al cabo es lo que te hace madurar: estar solo, apañártelas, buscarte tus habichuelas. Es la mejor lección para el futuro. He conocido a muchas personas que tendrán gran influencia en mí en el futuro. Eso no me lo va a quitar nadie. El haber tenido la oportunidad de haber estado en los sitios que he estado, haberme metido en esta cultura, en lo que es EEUU, con sus cosas buenas y malas. Eso lo que me hace es tener la mente más abierta, y me ayudará a hacer las cosas, a ser más abierto, a respetar lo que tienen los demás. Haber estado aquí y haber tenido esta cultura y su idioma, a mí me ha cambiado. La manera que veía a las personas. En cuanto al baloncesto, me han dado muchas facilidades como deportistas para poder seguir estudiando. Siendo español y sabiendo las dificultades que hay allí, es un milagro lo de aquí. No hay posibilidad ninguna, por la estructura y formación que hay allí, que atletas de elite tengan tantas facilidades como aquí. Y eso es una cosa que se debe cambiar sí o sí en Europa. Es lo mejor que me ha podido pasar. Los estudios aquí van primero y el básket es secundaria, pero es mi vida, mi pasión, y haber podido lograr los objetivos académicos compaginando el baloncesto es la mejor oportunidad que he podido tener.

RG: Aquí es todo mucho más fácil, allí en España se hace todo más complicado, más durillo. Lo he dicho mil veces, pero es que es verdad: te ayudan en todo lo que pueden y más. Si suspendes es por tu culpa. La ventaja es que cuando vuelves, te traes un idioma como el inglés perfecto, te traes una carrera universitaria con prestigio y en el tema deportivo, estás trabajando con los mejores, en grandes canchas, en estupendos gimnasios, con fisios y todo lo que quieras. Aprendes también una forma de jugar nueva. El juego aquí es distinto, ni mejor ni peor que en Europa, y cuanto más sepas pues es mejor.

¿Qué momentos recuerda con especial cariño?FA

: Muchísimos momentos... El primer año que estuve en EEUU fue el más duro de mi vida. Literalmente. Ese año ha sido, al mismo tiempo, donde me conocí a mí mismo. Resolví yo mis problemas, y ver cómo aprendes un idioma y te incluyes en un sitio desconocido, y haces amigos... La gente también premia tu esfuerzo y eso me dio mucho orgullo. Momentos que no se me olvidarán son los relacionados con la familia, cuando venían a EEUU y los podía ver. Después, obviamente, con el equipo. El haber ido al torneo de la NCAA, haber jugado contra Gonzaga. Haber ganado el SoCon Tournament. Eso multiplica las emociones y los sentimientos que uno tiene por 100. Sabiendo el tipo de programa al que venía, que no era un programa ganador. El haber estado abajo en la Liga y salir de la universidad con uno de los equipos con más victorias de la NCAA, pues dice mucho. Son recuerdos muy bonitos. Me quedo, sin duda, cuando tuve el último partido del Coliseum, que vino la familia, con mis padres, mi hermano, mi hermana, mi cuñado, mi sobrina pequeña, durante toda una semana. Alquilamos una casa y acabamos con la semana todos juntos.

RG: Los recuerdos más positivos son los que me he pasado cuando venía mi familia de visita y a verme jugar, y verles las caras de felicidad que ponen cuando ven que soy aquí feliz, que lo estoy haciendo bien y que todo sale como quería y disfrutando, para mí es lo más importante. Deportivamente también tengo buenos momentos.

¿Cómo lleva los estudios? ¿Qué le falta para acabar ?

FA: Los estudios van muy bien. Cuando vas a la universidad las carreras duran cuatro años y los deportistas, por el hecho de quedarse en verano para entrenar, adelantas. Casi todos los deportistas acaban en el tercer año. Yo tuve selecciones los dos primeros años y no pude. Lo he alargado los cuatro años y ahora sólo me quedan cuatro asignaturas. Y todo va muy bien. El 10 de mayo me graduaré. Y estoy muy contento tras estar 15 años estudiando y por fin me voy a poder dedicar al baloncesto.

RG: El año pasado, al no jugar, le metí mucha caña, y ya sólo me queda una asignatura y en un mes me gradúo con una doble carrera, en Economía y Finanzas. Así que perfecto.

En lo personal, ¿la experiencia ha superado lo esperado?FA

: No podría haber vivido lo que he vivido si me hubiera quedado en España. Lo he superado con creces. No me esperaba este cambio personal que tuve al vivir aquí estos cinco años. Lo veo también por mis padres y por la gente de mi alrededor. Hubo un cambio para bien muy grande en estos cinco años. Todas las personas de Greensboro me han ayudado y eso nadie me lo va a quitar. También me voy con el orgullo de haber aprendido sobre esta cultura. Todas las expectativas y las ideas de estar aquí cinco años que tenía se han cumplido y estoy muy orgullos.

RG: No sabía qué esperar, sabía que iba a jugar y a estudiar al mismo tiempo, pero no sabía qué iba a encontrarme aquí, no lo había vivido. La experiencia ha sido increíble, y me llevo un montón de recuerdos de gente estupendísima que he conocido, y eso no me lo quita ya.

Esta temporada ha superado todas las expectativas: grandísimos números.FA

: Estoy feliz porque hemos cumplido los objetivos individuales y colectivos. He logrado que este programa fuera ganador, hemos puesto a UNG en el mapa y todo me enorgullece. Me doy cuenta del impacto que hemos tenido en la ciudad de Greensboro. Haber transformado el programa deportivo no sólo beneficia a la ciudad, sino también nos llevamos el respeto de todos los aficionados y de la ciudad de Greensboro. Individualmente, estoy muy contento de la manera que he respondido. Hubo años mejores que otros. Mi ética de trabajo y mi confianza nunca me han fallado y eso es lo que es difícil en este deporte. No importante las circunstancias ni las situaciones, que tu trabajo y confianza que no fallen es difícil. Y miro atrás y estoy muy contento de que mi talento y el trabajo no hayan fallado. Si nunca te rindes y te pones a trabajar cada día, sin cambios, en momentos duros, el trabajo da sus frutos.

RG: Lo más importante para mí es que he recuperado la confianza en mi juego.

¿Y ahora qué?FA:

Ahora, a acabar la universidad. Es mi principal objetivo. Y quiero seguir mejorando. Voy a jugar torneos por aquí, para estar en el escaparate de equipos de Europa. Me voy a preparar para esperar oportunidades. Entrenar con algún equipo de la NBA o participar en algún workout. Quiero prepararme bien para lo que pueda venir en EEUU.

RG: Me queda un pelín para graduarme, un mes. Estoy trabajando duro por mi cuenta, con la ayuda de los entrenadores, pero ya fuera de la dinámica del equipo.

¿Cuándo tiene pensado volver a casa?FA:

Todas las oportunidades que se me pueden dar acaban en junio, así que para después de esa fecha estaré de vuelta. Echo mucho de menos Málaga, a mi familia y mis amigos. Y cuando acabe estos entrenamientos en EEUU me iré para casa. Tengo mucha ilusión de ir con mi novia para enseñarle el arte de Málaga y lo bonita que es la ciudad, y estar juntos con la familia.

RG: Vuelvo en cuanto me gradúe, a mitad de mayo. Y, a partir de ahora, pues a esperar.

¿Es consciente de todas las expectativas que ha levantado aquí en Málaga?FA

: Es muy difícil ser consciente estando aquí. Recibo muchos mensajes de ánimos de muchos malagueños, y siempre lo voy a agradecer, sobre todo estando aquí solo cinco años. Eso lo aprecias mucho más. Siendo malagueño sé cómo sigue la gente el baloncesto, y la pasión que tienen por el Unicaja y por este deporte.

RG

: Conforme pasó este último año he sido mucho más consciente. La verdad es que llena que gente que no sabe muy bien quiénes somos y nos apoyen, y tienen la ilusión de seguirnos y de conocernos. Gusta mucho que la gente te quiera tanto sin saber casi quién eres.

¿Se esperaba toda la repercusión que ha habido en el seguimiento a su carrera?FA

: Sabes que en el deporte siempre va a haber gente hablando de tu rendimiento, de cómo has jugado, de qué tipo de jugador puedes ser. Y son cosas que trato de evitar para estar concentrado en mí y en dedicarme a lo mío. Entiendo las expectativas por la pasión con la que los malagueños miramos el básket. Pero ahora, en el paso de dejar de ser estudiante y dedicarme al baloncesto, voy a estar centrado en lo mío. No voy a cambiar y seguiré siendo fiel a mi trabajo y a mi confianza.

RG: No me lo esperaba, todo el mundo ha estado muy volcado, tanto medios como aficionados. Me ha sorprendido ese seguimiento para dos chavales que se fueron hace tiempo de Málaga y que pensé que la gente se iba a olvidar.

¿Qué nivel tiene el baloncesto NCAA que ha jugado en referencia al básket español-europeo?FA

: Es difícil comparar niveles, por la manera en que se juega aquí, que es muy diferente. He jugado ante jugadores que ahora están en la NBA. No sé decirte cuál es mejor y peor. Pero es un nivel que se puede encontrar en ACB o LEB Oro. Pero es que aquí se juega diferente, aunque individualmente aquí hay más talento. He jugado ante primeras rondas del draft, ante equipos con físicos brutales. Y ese tipo de ventajas no las encuentras ni en España ni en Europa. Son niveles como ACB o LEB Oro, pero es que no se puede comparar baloncesto, porque son totalmente diferentes. Y eso, para la gente que lo ve en Europa, puede decir que es mejor. Y ese aspecto estoy de acuerdo, porque he estado en ambos lados. Pero tuve la oportunidad de estar en un equipo y aprender de su cultura y de cómo se juega, envolviéndote en sus normas y en su estilo de juego. Yo he tenido que cambiar mi estilo aquí para, con mi capacidad de lectura europea, aprender a desarrollarlo en el estilo americano. Aquí hay un talento físico que no hay en Europa, y juegas contra ellos cada día, lo vives en cada entrenamiento.

RG: Depende mucho. Hay conferencias más flojas, equivalentes a una LEB Plata o LEB Oro en España, pero hay otras que se acercan al nivel de ACB, sobre todo por lo físico. Quizá técnica y tácticamente no es tan parecido, pero depende la conferencia.

El Unicaja tiene sus derechos. ¿Le gustaría jugar en Málaga? ¿Cree que puede dar el nivel?FA

: Diría que sí, si tuviera opciones y minutos para demostrarle mi nivel. Lo que se es que quiero jugar defendiendo mis colores, estando al mejor nivel. Ahora mi mente está en encontrar el sitio más idóneo para crecer y construir mi carrera deportiva.

RG: Soy consciente, claro, y claro que me gustaría jugar en Málaga, me haría mucha ilusión que el Unicaja me diera la oportunidad. Pero no depende de mí. Ahora debo esperar a que un equipo quiera darme esa oportunidad y me deje demostrar que puedo jugar. Tengo la ilusión de volver a España y empezar a jugar ya.

¿Estados Unidos o Europa?FA:

Europa, porque es el sitio donde me veo teniendo más minutos para demostrar el nivel al que estoy. En unos cuanto años ojalá que esté en un buen nivel y pueda demostrarlo en EEUU, es una oportunidad irrechazable. Pero ahora mismo, Europa.

RG: Si tuviera la oportunidad de quedarme aquí, obviamente que lo haría. Lo que pasa es que también me apetece jugar en Europa por el tipo de baloncesto que hay allí, también por estar cerca de casa y porque allí hay gente que me quiere mucho. Jugar en España sería perfecto para mí.

¿Cómo fue la visita de Carlos Jiménez hace unos meses?FA:

Le agradezco mucho la visita que tuvo Carlos para vernos. Más sobre todo porque estaba también Rubén. Fue una experiencia muy buena para comenzar por la base. El hecho de que viniera aquí demostró mucha atención y eso como jugador se aprecia muchísimo.

RG: Ni Francis ni yo tuvimos nuestro mejor día, pero son cosas que pasan y un partido no es el fin del mundo. Me pareció muy bien que viniese a visitarnos y para mantener el contacto con nosotros.

¿Alguien del club ha vuelto a ponerse en contacto con usted?FA

: Nadie del club ha contactado conmigo después de esa visita, pero no me preocupa porque no es una prioridad. Mi prioridad es seguir trabajando en lo que estoy haciendo aquí e intentar la Universidad bien, igual que he hecho dentro de la cancha. Ahora estoy con técnica individual y preparar lo que tenga en EEUU este verano y los mensajes y el interés llegarán cuando tengan que llegar y los recibiré con agrado.

RG: Desde que estuvimos con Carlos, no.

Ha jugado contra Francis/Rubén. ¿Qué destacaría de él?FA:

Rubén ha impactado muchísimo, su presencia en la pista ha sido brutal. En estos años ha mejorado mucho y el trabajo que ha hecho el año que no ha podido jugar en la NCAA se nota. El trabajo da sus frutos. Su presencia impacta en el campo. No sé cuántos»doble-doble» ha hecho este año, pero han sido muchos, y obviamente en mi Liga ha sido uno de los referentes de hombres altos. Estoy seguro de que va a seguir trabajando, con esa mentalidad y todo le irá bien.

RG: He jugado tres veces contra él y me hubiera gustado más. Es un gran jugador que desde que llegó aquí ha ido creciendo y jugando, y ahora es una leyenda de Greensboro. Es un chaval con el que yo he jugado toda mi vida y que es muy buen amigo, y la verdad es que es increíble. Hemos jugado este último año y es peligrosísimo tirando de tres, y si te acercas en defensa se va de ti en un par de botes y luego acaba bastante bien. Es un jugador muy completo que va a jugar muy bien en España.

¿Le gustaría jugar en el futuro con Francis/Rubén?FA:

Me encantaría. El haber estado con él, compartiendo pista como rivales, haber jugado en casa juntos, en Málaga, obviamente me gustaría. A todos nos gusta tener amigos en la pista. Con él ha sido especial, al haber dejado Málaga para venir aquí. Hemos compartido vivencias juntos. Me gustaría mucho jugar con él.

RG: Sí, la verdad es que sería bonito poder jugar con Francis en un futuro. Nunca se sabe cómo vamos a acabar. Cuando fuimos jóvenes jugamos juntos y ahora, en contra. Quién sabe qué va a pasar en un futuro. Ojalá que ambos encontremos un equipo en el que nos vaya bien.

El canterano Lucas Muñoz debutó hace unas semanas con el primer equipo a los 18 años. Ya tienes 21/22 años. ¿Se siente más preparado?FA:

Siendo de Málaga, habiendo jugado allí, estando tan involucrado... para mí es muy importante verlo. Que se les dé oportunidades a jóvenes es un salto que la afición ha pedido durante muchos años. Esperamos que siga así. Yo me siento muy preparado. Llevo cuatro años formándome como persona y como jugador, y mi confianza nunca ha cambiado. Y creo que lo he demostrado y no tengo ninguna duda. Tengo mucha confianza en llegar a España y demostrar mi nivel.

RG: Me alegré mucho al ver que Lucas debutó tan joven. He estado en su piel, siendo jugador de cantera, y estoy muy contento, porque sé que ha hecho muchos sacrificios para llegar ahí. Y ahora que tengo más edad, no sé si estaré más preparado, pero sí que me siento con más confianza. Ser más mayor y más maduro, el haber ido con la selección hace unos años, todo eso hace que me sienta más preparado.

¿Piensa en un futuro en la selección española?FA:

No lo tengo en mente. Tener la oportunidad de entrenar o jugar lo he visto como un privilegio. Lo tomo como un premio al trabajo. Si se me da la oportunidad estaré muy agradecido y daré lo mejor de mí, como lo he estado dando estos últimos años.

RG: Siempre está uno con la selección en la cabeza. Tuve la gran suerte de que Scariolo me llamara hace un par de años, y fue una experiencia increíble, algo que nunca olvidaré. Conocer a toda esa gente, entrenar con ellos y estar metidos en la dinámica de la selección fue algo increíble, y ojalá que en un futuro vuelvan a acordarse de mí.