El Unicaja tiene por delante un final de temporada «raro». Cuanto menos, distinto y sin precedentes en la historia cajista. Y es que, a falta de ocho jornadas para el final de la Liga Endesa, el equipo verde ya sabe que, pase lo que pase en este final de Fase Regular y en el posterior play off por el título, no jugará la próxima temporada la Euroliga 2019/2020.

El triunfo del Valencia Basket en la final de la Eurocup, el lunes, ante el Alba de Berlín de Aíto García Reneses, ha dado al equipo taronja el cuarto billete que la máxima competición continental otorga al baloncesto español.

Con Real Madrid, Barça Lassa y Baskonia clasificados de antemano por tener licencia vitalicia, los valencianos completan ahora el cupo, quedando el resto de equipos de la ACB sin ninguna opción de encontrar un hueco en la elite del baloncesto continental la próxima campaña.

Ni siquiera la ampliación de la Euroliga a 18 equipos que se pondrá en marcha el próximo curso abre esa opción ni a Unicaja ni a cualquier otro club de la ACB.

La situación en la que se encuentra el Unicaja es inédita para el cuadro de Los Guindos. Desde que el Unicaja se asomó por primera vez a le elite europea, la temporada 95/96, jugando la entonces denominada Copa de Europa, el año después del subcampeonato liguero de la inolvidable final frente al Barcelona de Aíto, el equipo cajista siempre ha luchado por ser un fijo en la elite continental

Desde la campaña 2001/2002, el Unicaja jugó la Euroliga de forma ininterrumpida hasta la 2015/2016. Fueron 15 años en los que el equipo verde y la entidad de Los Guindos se convirtieron en un clásico al más alto nivel continental. Para la historia queda, sin duda, aquella Final Four de Atenas 2007, en la que el equipo entrenado entonces por Sergio Scariolo compartió cartel con el Panathinaikos de Zeljko Obradovic, el CSKA de Ettore Mesina y el Baskonia de Bozidar Maljkovic, alcanzando la tercera plaza final ante la mirada de mil malagueños que se desplazaron a la capital helena para apoyar a su equipo.

Pero esos tiempo de vino y rosas se quebraron hace tres temporadas cuando el board de la Euroliga decidió cambiar su sistema de competición, dejándolo solo en 16 equipos, jugando todos contra todos en sistema de liguilla a doble vuelta. Para España se reservaron tres Licencias A y el Unicaja fue el damnificado frente a Real Madrid, Barça Lassa y Baskonia, los tres elegidos para participar en esta nueva versión de la Euroliga.

En estas tres últimas campañas, el Unicaja volvió a la elite la 2017/2018 gracias a su victoria en la Eurocup de la temporada anterior. Un privilegio que ahora disfrutará el Valencia Basket y que «condena» al Unicaja a jugar la segunda competición europea de nuevo el próximo curso.

Así las cosas, equipo y afición, encaran ahora los dos últimos meses de la Liga pensando solo en acabar la temporada de la mejor manera posible. El reto más ambicioso es el de terminar la Fase Regular en la cuarta plaza para tener factor cancha a favor en el play off de cuartos de final, lo que ayudaría a poder ver al Unicaja, de nuevo, en las semifinales de la ACB.

Además, es más que probable que entre el Unicaja y el Valencia se repartirán la cuarta y la quinta plaza de la clasificación, lo que otorgará a ese hipotético cruce un carácter muy morboso con la posibilidad que tendría el Unicaja de reivindicarse al menos moralmente eliminado a los taronjas y quedando por delante en la clasificación, aunque sea sin el premio de jugar la Euroliga 19/20.