Un cúmulo de factores trabajables y evitables impidió al Unicaja ganar al Breogán en Lugo (83-75), tras un partido jugado a rachas, en el que el Unicaja se dejó capturar la friolera de 17 rebotes en su aro, pero al que llegó vivo en la recta final. Las 16 pérdidas lastraron al equipo y, especialmente fue crucial la diferencia en el rebote (44-31), que permitió al Breogán tirar a canasta 19 veces más que los malagueños. El cuadro lucense lanzó 45 tiros de dos y 27 triples (más 22 tiros libres), mientras que la inferioridad verde le hizo tirar únicamente 23 veces de dos y 30 de tres (más 21 tiros libres). Las 19 posesiones más del Breogán, que ocupa plaza de descenso a LEB Oro, fue un obstáculo imposible de salvar para un Unicaja apático y errático, que, sin embargo, llegó al tramo final con opciones, gracias a la buena racha de Adam Waczynski y de Kyle Wiltjer en el lanzamiento de tres.

La salida del partido de Alberto Díaz, cuando el Unicaja sólo perdía por 66-64 a 3:46 del final, liberó a Ray McCallum. El ex del Unicaja, muy bien vigilado, aprovechó que el partido estaba mucho más abierto y que su defensor pasó de ser Alberto a Roberts, para campar a sus anchas, asistir a Cvetkovic de tres y anotar una bandeja que dejó herido de muerte al cuadro malagueño. Cuando Casimiro reparó el problema y devolvió a Alberto a toda prisa a la pista, la vía de agua (75-66 a 1:38 del final) ya era imposible de reparar.

Dejó muy malas sensaciones el Unicaja en su visita a Lugo. Ante un rival menor y necesitado, no fue capaz de firmar un partido serio y constante. Superado por los pívots del Breogán, gastando menos intensidad que su rival en el juego, la derrota es justa e inapelable. Y deja un halo de negatividad, mayor todavía al que se creó en una semana negra para el club de Los Guindos, que se quedó sin la "ilusión" de poder jugar la próxima Euroliga.

Y eso que ha tenido Luis Casimiro Palomo y su plantilla 14 larguísimos días para preparar el encuentro. Y hacerlo a conciencia. Pero no estuvo a la altura el Unicaja de lo que se espera de un equipo que lucha por la cuarta plaza, perdida, por cierto este domingo, en favor del Valencia, al que visitará el miércoles. Y, para colmo de males, Carlos Suárez no pudo terminar el partido, aquejado de su microrrotura fibrilar sufrida hace 10 días. Desde la distancia, dio la sensación de que se quemó al capitán, el mejor en la pista, en un momento mucho menos trascendente de lo necesario, y que quizá se le ha perdido para la batalla por la cuarta plaza en Valencia. Mala gestión del partido, con Jaime Fernández, otrora héroe y elevado a los altares con todo merecimiento, pero perdidísimo en Lugo (-9 de valoración y -17 en el balance con él en pista), y restando minutos a compañeros que podrían haber aportado más.

Y eso que la puesta en escena malagueña fue impecable, con un parcial de 0-8, y acierto inmaculado de tres. Al Breogán le pudo la presión de verse tan abajo, con errores impropios y pérdidas muy tontas, pero el partido se igualó (6-8) cuando los triples de Roberts, Milosavljevic y Wiltjer no entraron. Tras los errores verdes desde el perímetro, Roberts atacó a McCallum. El cuerpo técnico malagueño conoce bien las fortalezas y debilidades del base americano que el año pasado jugó en Málaga. Así que en ataque le flotó, tapando bien sus penetraciones; y en defensa, se le atacó tras bloqueos, sacando a la luz sus problemas atrás.

El Breogán estaba ahogado, pero los cambios de Luis Casimiro no le sentaron nada bien al equipo. Shermadini perdió la lucha por el rebote, Jaime Fernández salió frío y fallón y Suárez no se encontró. El Unicaja encajó un parcial horrible de 10-0 y se vio por debajo: 16-12. Un triple sobre la bocina de Alberto Díaz, tras otro mal ataque malagueño, y un robo con antideportiva a Suárez voltearon el resultado: 16-17. Y eso a pesar de una nueva pérdida de Jaime, su tercera en unos minutos, y la sexta del cuarto para los malagueños.

El Unicaja fue una máquina de perder balones y, para colmo, se volvió a abusar del triple sin un mínimo de circulación y sin ejecutar un sistema. Sólo la tremenda fragilidad del cuadro gallego, en puesto de descenso, posibilitó que el encuentro se mantuviera igualado: 20-20 (min. 16). En los malísimos minutos verdes destacó Jaime, que más allá de las pérdidas, cometió un airball al lanzar de tres y luego penetró a destiempo. Lessort hizo pasos y elevó el número de pérdidas a 11 en tan sólo 15 minutos. Un verdadero despropósito, con un Breogán que tampoco estaba para muchas alegrías: 25-20.

Con un Unicaja en caída libre, el capitán Suárez, que venía de una microrrotura de fibras, se echó el equipo a la espalda y anotó ocho puntos consecutivos, con dos triples. El resto del Unciaja necesitó siete minutos para sumar puntos, con dos tiros libres de Salin: 27-27. Y al descanso, los malagueños caían por 31-30. A ese punto intermedio, el Unicaja ya acumulaba 13 pérdidas, tan sólo había capturado un rebote en ataque y había intentado el doble de triples (15) que de tiros de dos (8). Un caos al que sólo puso algo de coherencia Carlos Suárez, y eso que se tuvo que retirar medio cojo.

Suárez, con claros gestos de sentir molestias, salió en el cinco inicial, aunque el que tuvo que retirarse fue el ucraniano Gerun, un martirio en el aro verde. El Breogán salió como si fuera el equipo que comenzaba la jornada cuarto, ante un Unicaja con malas acciones y errores inverosímiles. Roberts erró una canasta clarísima a pase de Suárez. Luego, McCallum galopó, Jaime regresó corriendo de espaldas y el americano anotó a placer. Casimiro tuvo que parar el partido para abroncar a sus hombres: 39-32. También cambió a Suárez, que no podía más y ya no volvió a jugar más.

La ración de gritos le sintió al Unicaja de fábula. A la vuelta, parcial de 0-8, con dos triples de Wiltjer y canasta fácil de Roberts, para darle la vuelta al partido: 39-40. McCallum hizo la guerra por su cuenta, buscando canasta muy complicads, y Wiltjer se apuntó su cuarto triple en el partido: 43-44. El partido, eso sí, volvió a encorsetarse e igualarse, en un intercambio de golpes y de errores. Jaime tuvo que salir de la pista, con -6 de valoración y -11 en el balance de puntos en pista. Tito Díaz ordenó cargar a Sulejmanovic contra Wiltjer, con más viveza dentro de la zona. Apareció al fin Waczynski, con 5 puntos, aunque era el Breogán el que se marcha dominando al último cuarto: 51-49.

Waczynski minimizó los daños, con un triple, del que acababa de anotar Cvetkovic, que había puesto un preocupante 55-49. "King Kong" anotó el segundo consecutivo, luego Shermadini al fin apareció cerca del aro y el Unicaja se puso con 55-59 a 7:15 del final, tras una técnica a Christian Díaz por protestar, que Alberto transformó en dos tiros libres.

Brown castigó con un triple la mala defensa de Wiltjer, y con Suárez resentido en el banquillo, Casimiro echó mano de Díez como "cuatro": 60-60 a 6 minutos del final. Shermadini se vio superado en defensa y ataque, y el Breogán dio un nuevo estirón: 64-60. Tras el tiempo muerto, McCallum llevó a los gallegos a ponerse seis arriba: 66-60. Jaime anotó su primer punto del partido y Dani Díez, con un triple, redujo la diferencia a dos: 66-64, a 3:46.

El decimoquinto rebote ofensivo del Breogán (sólo tres del Unicaja) dio más vida al cuadro lucense aunque Dani Díez siguió sacando petróleo, ahora yendo a la personal: 67-66, a 3:07. Casimiro había quitado a Alberto Díaz para dar entrada a Roberts. La decisión dio alas a McCallum, que había estado bien vigilado. Con un Unicaja menos cerrado, con Díez de "cuatro" y Lessort de "cinco", el ex del Unicaja rebasó en sendas ocasiones a Roberts. Una para asistir a Cvetkovic y otra para entrar hasta la cocina. El Unicaja estaba fuera del partido (75-66) tras otro triple de Cvetkovic, que luego sentenció en la personal: 77-68 a 1:19 del final. En la guerra de faltas personales al final, el electrónico se quedó en 83-75.

Las estadísticas, en este link.