La Málaga del baloncesto se levantó ayer aún cariacontecida, decepcionada, enfadada y avergonzada por el tremendo ridículo que el Unicaja firmó el miércoles por la noche en La Fuente de San Luis, donde cayó por 96-57. La durísima derrota aparta al equipo malagueño de la lucha por la cuarta plaza liguera en la Fase Regular. A falta de seis jornadas, el Unicaja ha de remontar dos triunfos al Valencia, que además tiene el average. Parece mucho más razonable vigilar, a partir de ahora, las espaldas, puesto que Manresa está empatado con los cajistas (16-12) y Tecnyconta Zaragoza está a un solo triunfo, al igual que el Joventut.

Tras la durísima derrota en Valencia, el Unicaja volvió en AVE, llegó al mediodía y se fue a entrenar directamente al Martín Carpena, donde este próximo domingo recibirá al San Pablo Burgos, en un verdadero plebiscito público. Porque la confianza que se depositó en el cuerpo técnico y en la plantilla no es ilimitada. Los golpes no dejan de llegar y los objetivos, uno a uno, otro tras otro, han pasado de largo, todos lejos del alcance.

Primero fue la decepción de la Copa del Rey, donde el equipo llegaba con tremenda ilusión y se estrelló ante el Iberostar Tenerife. Acto seguido arrancó los cuartos de final de la Eurocup, en los que el Alba Berlín derrotó a los cajistas, que se despidieron poco después de su clasificación para la Euroliga.

Una serie de reveses que han minado la moral de todos y que el equipo no ha sabido controlar. Débil mentalmente, la plantilla verde pareció ya de vacaciones anticipadas en Lugo y Valencia. Y el problema es que aún no se ha atado el play off por el título y que la sensación es de deriva, de que el equipo se haya caído a plomo y al completo. El club continúa respaldando el trabajo de Luis Casimiro Palomo y su equipo de colaboradores, así como a la plantilla verde, la misma que en octubre y noviembre sorprendió a propios y extraños jugando como los ángeles y firmando el mejor arranque que jamás haya hecho el Unicaja a lo largo de su historia. Y precisamente a eso es a lo que se agarran los dirigentes de Los Guindos, a la tremenda contundencia que exhibió el plantel verde en el arranque de curso.

Claro que no existen cheques en blanco ni tampoco confianzas que una mala racha de resultados no pueda cortar. Esto es deporte profesional y los marcadores mandan. Y los resultados están siendo últimamente malos, por lo que el rendimiento que tenga el equipo y las sensaciones que transmita ante el cuadro burgalés y el Estudiantes, el próximo miércoles, marcarán a partir de ahora la hoja de ruta de actuación de la entidad. Burgos y Estudiantes pueden marcar el futuro y el destino de Luis Casimiro y también de algún integrante de la plantilla cajista.

Reunión plantilla-Jiménez

Después de estos dos encuentros hay un parón de una semana sin partidos en el que se podrá maniobrar. Y es que la preocupación y el enfado en el consejo de administración y la dirección deportiva tras el batacazo del miércoles son palpables. No se puede dar esa imagen y caer por 39 puntos de renta en una pista en la que el Unicaja debía atacar la cuarta plaza liguera. Y es que ese objetivo era el único que aún le quedaba al cuadro malagueño en este último mes de competición en la Fase Regular de la ACB. Eso mismo trató de transmitirle ayer Carlos Jiménez, el director deportivo del club, a toda la plantilla, con la que mantuvo una reunión en el Carpena este jueves al mediodía. Más compromiso y personalidad le pidió Jiménez al grupo, que acaben dignamente el curso y que traten de agarrarse a la Liga Endesa.

De aquí a justo un mes, el 26 de mayo, con el Unicaja-Andorra, se acabará este tramo de competición y después arrancarán los play off por el título. El Unicaja, a duras penas, podrá luchar ya por ser quinto, con lo que tendría el factor pista perdido en cualquier serie. Y ya hemos visto la debilidad a domicilio que está mostrando el cuadro verde, con siete derrotas en la ACB fuera del Carpena y sin conocer la victoria en este 2019.

Los últimos partidos han hecho mucho daño a la confianza que se tenía en Casimiro para comandar este proyecto y han minado la moral del consejo de administración de la entidad, el máximo responsable del club. Lo que se transmite es el alto nivel de preocupación existente por la mala imagen que demostró el equipo, lo que podría llevar a adoptar cambios drásticos en las próximas jornadas si no hay cambios positivos.

Tampoco se van a librar los jugadores. Sigue habiendo descontento con algunos de ellos. Ya no se cuenta con Ryan Boatright, dado de baja de la ACB y a la espera de que le llegue alguna oferta para que abandone la entidad y así, de paso, libere un puñado de miles de euros de contrato. Las debilidades de la plantilla están muy claras desde que se compuso: falta músculo, intimidación y rebote en el interior. Fue un grave error de planificación que no se subsanó por parte del club y de la dirección deportiva.

Vota en nuestra encuesta

  • ¿Quién es el máximo responsable de la crisis que vive actualmente el Unicaja Baloncesto?