Un arreón de triples, acompañados de una buena defensa, en el tramo final del tercer cuarto y en el inicio del último parcial, sirvieron para desatascar en el Carpena un duelo farragoso, al que el San Pablo Burgos se agarró como una lapa desde el primer minuto y en el que el alicaído equipo verde tuvo que bajar al barro para poder cerrar con una diferencia que no fue, para nada, reflejo de los vivido tras los primeros 27 minutos del partido (54-51).

Era un día muy difícil. El ambiente previo no era bueno, el malestar en la grada del Carpena era más que evidente y los resultados de los rivales directos tampoco ayudaron nada. Así, sin casi darse ni cuenta, el equipo se vio abocado a vivir una especie de «final» inesperada para seguir asentado en la zona del play off.

La victoria frente al San Pablo Burgos vale para que la quinta plaza siga amarrada y para no renunciar a posibles errores del Valencia (se necesitan un mínimo de tres) para todavía soñar con lo que a día de hoy parece una utopía: ascender a la cuarta posición, para tener ventaja de campo en el próximo play off de cuartos de final por el título.

El equipo no hizo un partidazo, pero al menos dio otra vez señales de vida. Nada que ver con aquel de principio de temporada, desde luego, pero al menos mejor que el de Lugo o, sobre todo, el de Valencia de la nefasta última semana.

Los verdes fueron de menos a más, aunque alguno arregló sus números en el esprint final, cuando todo estaba decidido. Hasta seis jugadores aportaron 10 o más puntos, pero claro, nada tienen que ver los 17 que hizo Alberto Díaz o incluso los 15 de Shermadini con «otros» que llegaron con el partido cuesta abajo. Eso sí, todos valen y deben servir para que cada uno recupere sensaciones.

El San Pablo Burgos fue un «coñazo» mientras le duró la gasolina. Con un básket muy sencillo metió el miedo en el cuerpo a equipo y afición hasta que llegó ese arreón del minuto 27. Tiene mérito lo de los castellanos, metidos de lleno en la lucha por entrar en el play off a solo un mes para el final de esta Liga Regular.

El inicio del partido fue peor, imposible. En cinco minutos, 1-8, con el equipo nervioso, sin ideas y la grada de uñas con los suyos. Menos mal que un par de triples de Alberto Díaz y de Kyle Wiltjer sacaron del fango al equipo, 9-10. Hubo que esperar 8 minutos y medio para que el Unicaja se pusiera por delante, 15-14.

A partir de ahí, hasta más allá del descanso, la igualdad fue continua. Es verdad que casi siempre con los verdes por delante, pero siempre con ventajas mínimas. Alberto Díaz y Shermadini recogieron el testigo anotador de Wiltjer en el segundo cuarto y el partido alcanzó el intermedio con 40-38 para los verdes y todo por decidir.

El tercer cuarto tuvo un guión similar de equilibrio casi extremo hasta que un triple de Alberto Díaz puso el +9 para los verdes, a justo dos minutos del final del penúltimo cuarto. Fue el primer momento en el que el Unicaja pareció disfrutar en la pista y en el que la grada pudo resoplar y hasta entonar el himno de Pablo López.

El Unicaja acertó desde el 6.75. Alberto fue el brazo ejecutor con dos bombas que pusieron el +12, 63-51. Vitor Benite se echó a su equipo a la espalda con 6 puntos seguidos y el partido alcanzó el minuto 30 con 66-57 para los verdes. Una diferencia que parecía un mundo visto lo visto hasta ese momento.

Los primeros minutos del último cuarto tiñeron definitivamente el partido de verde cajista. Un triple de Salin y una canasta de Lessort pusieron el 76-60 con seis minutos y medio para el bocinazo final. La diferencia máxima llegó a ser de +22, para cerrar el partido con un cómodo 91-70... y que pase el siguiente (este miércoles 1 de mayo, el Movistar Estudiantes, en su pista madrileña).

A un mes para que acabe la Liga Regular y echen a andar las eliminatorias por el título, al equipo solo se le puede pedir lo de ayer: ganar como sea cada partido. La única medicina posible para este Unicaja triste, sobre todo cada vez que coge la maleta, es ir sumando victorias. ¿Espectáculo? Pues no está ahora mismo el plantel verde para muchas exhibiciones. Tampoco es imprescindible. Mientras se siga ganando...

Ficha técnica:

91 - Unicaja (17+23+26+25): Salin (12), Milosavljevic (10), Roberts (5), Lessort (7), Wiltjer (12) -cinco inicial-, Okouo (0), Fernández (11), Stilma (0), Díaz (17), Díez (2), Shermadini (15) y Waczynski (0).

70 - San Pablo Burgos (17+21+19+13): Sutton (6), Fitipaldo (15), Lima (4), Frazier (2), Zipser (2) -cinco inicial-, Benite (17), Barrera (0), Vega (3), Huskic (8), López (2) y Cancar (11).

Árbitros: Calatrava, Caballero y González Gálvez.

Incidencias: Partido de la jornada 29 de la Liga Endesa disputado en el Palacio José María Martín Carpena de Málaga ante 6.200 espectadores