El Unicaja tiene mesita en la terraza reservada para este mediodía en el Wizink Center de Madrid para medirse este 1 de mayo festivo al Movistar Estudiantes en la pista colegial. Unas cañas y unas bravas que debe digerir bien porque el nivel de estrés será importante. El Estu, como hace una semana el Breogán, se está jugando la permanencia. Así que el camarero no será nada amable en la matinal de este miércoles. Habrá que dar codazos por pillar el mejor sitio posible y para demostrar que la mejoría vista el domingo ante el San Pablo Burgos tras el escandaloso ridículo de Valencia no es casual ni baladí. Que la reprimenda que transmitió al vestuario Carlos Jiménez.

El Unicaja no se ha mostrado fiable a domicilio en esta ACB en todo el año 2019, dando muestras de su fragilidad mental y de concentración. Lejos del Carpena todo se complica más. Con siete derrotas en otros tantos partidos, el equipo ha de comenzar a demostrarse a sí mismo que, de cara a los play off de la ACB, sería bueno arrancarse esa espinita que se agranda partido a partido. Ser mejores fuera de casa es obligatorio. El Unicaja no podrá ser cabeza de serie en cuartos de final, por lo que para pasar de ronda deberá ganar al menos un encuentro lejos del Martín Carpena.

El equipo recuperó en la segunda parte del encuentro de Burgos parte de la alegría perdida. Lo hizo gracias a Alberto Díaz y su acierto en el triple. Luego le siguió Salin. El lanzamiento exterior es vital para el equipo malagueño, y eso que Lessort y Shermadini, muy mal ambos en el último mes, despertaron el pasado domingo.

El núcleo de nacionales, con Alberto y Dani Díez a la cabeza, dio un paso al frente. Lo de Díez fue escandaloso. Con tan sólo dos puntos anotados se fue a 18 de valoración. Un ejemplo de seriedad y de rendir también en esos intangibles, tan importantes. Sin el lesionado Carlos Suárez, Díez volverá a jugar como ala-pívot.

El Movistar Estudiantes aguarda con un ejército de viejos conocidos. Y con muchos más problemas de los esperados hace sólo unos meses, cuando tenía un cierto trecho de renta respecto a los equipos que se estaban jugando la permanencia. Ahora ello es uno de esos. El cuadro colegial tiene sólo 10 triunfos tras 29 jornadas, y siente ya el aliento en el cogote de los tres perseguidores: UCAM Murcia, Delteco GBC y Café Candelas Breogán, todos con nueve triunfos, sólo uno menos. Así que para los de Josep María Berrocal están ahora entre la espada y la pared, y necesitan como el comer sumar triunfos, especialmente en su pista. Si el Breogán mordía en Lugo, hoy desde luego no van a dar caricias los madrileños.

Así que al Unicaja le tocará subir el nivel de intensidad y de dureza defensiva, ser intensos, ganar duelos individuales y tener consistencia en ataque. Porque el Movistar Estudiantes tiene «tarifa plana» cuando defiende su aro. Le entran megas por un tubo. Ellos son muy blanditos atrás y encajan la friolera de 87,45 puntos por encuentro, los segundos peores de la ACB. Sólo el Fuenlabrada (89,83) defiende peor que el «Estu».

Omar Cook y Nik Caner-Medley estarán este mediodía delante de los malagueños. Dos ex del Unicaja que viven una quinta juventud. Cook sigue asistiendo de maravilla y es, de hecho, el segundo mejor pasador de toda la ACB, con 6,1 asistencias por encuentro. En esta faceta sólo le supera el argentino Nico Laprovittola (6,2). Es decir, que lidera el ránking y, además, está viendo aro. Atrás sus piernas ya no son las de antes y le cuesta muchísimo defender. Y el americano Caner-Medley es el líder absoluto de toda la Liga en rebotes: 8,4. No hay nadie que coja más rebotes que él en toda la ACB.