Dicen que las comparaciones son odiosas. Pero también resultan necesarias. Para calibrar niveles, encontrar puntos de apoyo y discernir entre lo bueno o lo malo y lo mejor o lo peor. El Unicaja 2018/19 encara ya la recta final del curso con el único objetivo de acabar lo mejor posible en la Liga Endesa, después de no cumplir los objetivos ni en Copa del Rey ni en Eurocup, y de quedarse fuera de la próxima Euroliga. Sus números globales indican que, tras disputar 50 partidos exactos en esta campaña, el Unicaja de Luis Casimiro ha ganado 30 y perdido 20.

Sólo en una ocasión anterior el Unicaja disputó la Eurocup. La historia verde es tan rica y tan potente que le ha hecho jugar siempre, en los 15 últimos años, la Euroliga, salvo en la temporada 2016/17. Lo que ocurrió en ese curso, con Joan Plaza en el banquillo dirigiendo su cuarto año en Málaga, después de 50 partidos es, cuanto menos, casual, llamativo y no menos sorprendente. Cosas del destino y del deporte, los números de Plaza son exactamente iguales a los del Unicaja de Casimiro. Aquel Unicaja de 2016/17 había ganado en sus 50 primeros encuentros 30 duelos y había cedido 20. Es decir, las cantidades son idénticas. No cambia ni una derrota ni una victoria. Balance de 30-20 en ambas temporadas en la Eurocup.

Claro que las sensaciones son bien diferentes a pesar de la igualdad de esos números. El título de la Eurocup en Valencia cambió una temporada que en el mes de febrero amenazaba ruina. Los fantásticos play off que jugó el equipo de Plaza en Eurocup le permitieron llegar a la final, remontar milagrosamente y levantar el título. Y eso es lo que quedará para la historia. Para los amantes de números y estadísticas seguro que será muy llamativo comprobar cómo a pesar de las diferencias entre este curso y aquel, los dos Unicaja eran gemelos idénticos, con récords de 30 alegrías y 20 decepciones en sus 50 primeros encuentros de la temporada, contando Liga Endesa, Copa del Rey y Eurocup.