El Unicaja ha dado este lunes un golpe de efecto al anunciar la incorporación inmediata de Rubén Guerrero para lo que resta de temporada y las dos próximas. De hecho, el pívot marbellí puede ser inscrito legalmente en la ACB e incluso podría debutar este domingo ante el MoraBanc Andorra, en un encuentro ya intrascendente, una opción que se analizará al finalizar la semana.

El jugador y su agente, Juan Lasso, han firmado este mediodía su nuevo contrato en Los Guindos. Se trata de un compromiso, como ya se informó en su día en este periódico, por dos años y lo que resta de esta temporada. Una oferta que también se trasladó a Francis Alonso, pero el base-escolta también formado en el Unicaja va a realizar varios entrenamientos privados durante las próximas semanas en Estados Unidos.

Guerrero se marchó hace seis temporadas del club para realizar su aventura americana y allí ha brillado con luz propia. El propio jugador confesaba hace unas semanas en una entrevista conjunta en La Opinión con Francis Alonso su sueño de volver a jugar al Unicaja y de poder hacerlo con el propio Francis.

El pívot se marchó a la Sunrise Christian Academy (High School) y allí hizo un año puente para enrolarse con la Universidade de South Florida, donde jugó tres temporadas. Decidió cambar de universidad y tuvo una sanción de un año sin jugar, así que este último curso militó con tremendo impacto en la Universidad de Samford. Allí ha concluido su periplo americano, donde esta última temporada ha disputado un total de 29 partidos con unas medias de 13.5 puntos, 8.5 rebotes y 2.2 tapones.

Internacional con la selección española, Rubén Guerrero ha sido internacional con España en categorías inferiores, consiguiendo en 2015 la medalla de plata en el Europeo Sub-20 y la medalla de bronce en el Europeo Sub-18 de 2013. Además, en el verano de 2017 incluso llegó a disputar dos partidos con la selección de Scariolo, tras participar en el stage que los internacionales en Benahavís.

Ahora viene a ayudar en los entrenamientos y comenzar a recopilar experiencia para su más que brillante futuro. Sin prisa pero sin pausa. Rubén tiene 23 años y todavía no ha competido una temporada al completo con jugadores profesionales, por lo que urge ser pacientes con él y con su rendimiento.