El fichaje del pívot marbellí Rubén Guerrero ha abierto de forma oficial el mercado de fichajes del Unicaja, que se prevé muy movido, con numerosas altas y bajas, con llegadas y salidas, ya que el club malagueño duda de la viabilidad de casi la mitad del actual plantel y se producirán, al menos, cinco cambios.

El Unicaja ya vislumbra el final de curso. El equipo se intentará agarrar con todas sus fuerzas a los play off que arrancan la próxima semana. El cuadro malagueño es quinto en la Fase Regular y se medirá al Valencia Basket en la serie de cuartos, con desventaja de campo. Hay que pasar sí o sí este play off, porque de lo contrario la temporada va a quedar muy desdibujada, sin lograr ni uno solo de los objetivos planteados.

El Unicaja cayó a las primeras de cambio en la Copa del Rey, luego se quedó en cuartos de final de la Eurocup ante el Alba y, para colmo, el título del Valencia le ha privado de regresar a la Euroliga, la gran meta en este curso que está a punto de echar el cierre. Así las cosas, el play off marcará la línea roja de actuación en Los Guindos, donde se exige un último esfuerzo para elevar el nivel. El club, como se informó en su día, está buscando un base, un exterior físico y refuerzos en la pintura para construir un equipo más sólido y rocoso, que sea más atlético, con más capacidad defensiva y también reboteadora.

El bloque nacional está claro y, lo más importante, hay cupos de calidad: Alberto Díaz, Jaime Fernández, Dani Díez y Carlos Suárez son fijos y tienen contratos en vigor. A ellos se suma Rubén Guerrero, como quinto interior. Y está por ver si Francis Alonso acepta la oferta planteada ya.

El Unicaja necesita un base director de juego y debe fichar a uno de garantías. Por fuera, Sasu Salin y Dragan Milosavljevic acaban contrato, aunque la intención es plantearles opciones de futuro. Especialmente, al serbio. Lo de Salin dependerá del nivel del base, de la respuesta de Alonso y de la capacidad económica tras los otros gastos. Hay que recordar que el presupuesto del club para el próximo curso será prácticamente idéntico al actual. Y, también de lo que suceda con Adam Waczynski. El polaco tiene un año más de contrato, pero la opción de que no siga está abierta de par en par. El Unicaja ya se lo ha trasmitido a sus agentes. El asunto irá para largo.

En el interior de la zona es donde se van a realizar más movimientos. El Unicaja quiere darle un toque diferente a su juego para la próxima temporada. Hacerlo más vertical y utilizar más el pick and roll con los pívots. Para eso, claro, va a necesitar un base que sepa pasar bien el balón dentro a sus interiores después del bloqueo directo. Así que la intención es traer a dos pívots muy fuertes y verticales, con capacidad atlética y mucha energía, que sean capaces de terminar las jugadas de bloqueo y continuación colgados del aro o con alley oops. Eso es lo que se busca, porque en el actual juego interior no existe ese perfil tan concreto.

La temporada también ha dejado muy claro que Carlos Suárez necesita un compañero de posición más sólido y más fiable, y con mayor consistencia física. El canadiense Kyle Wiltjer ha demostrado ser un magnífico especialista, un tirador descomunal y de rachas, pero inestable, poco sólido y nada sacrificado en tareas defensivas y en la lucha del rebote. En un panorama de Euroliga, con plantillas largas, Wiltjer sería un verdadero lujazo para este Unicaja. Pero en un proyecto que volverá a disputar la Eurocup y con una rotación limitada, es un sacrificio que no se va a poder hacer. Además, no hay que olvidar que el equipo ha echado terriblemente de menos un «cuatro y medio» capaz de ayudar más en el rebote y de abrir el campo, y de actuar en varios puestos para cubrir bajas por lesiones o, simplemente, por bajos rendimientos de otros compañeros.

El fichaje de Rubén Guerrero es un claro guiño a la cantera y su llegada se enmarca en una apuesta por él como quinto pívot para el juego interior. Es decir, que una vez finalizado el ciclo natural de Viny Okouo será el marbellí el que ocupe esa plaza, con la misión de ganar minutos y convencer a Luis Casimiro Palomo de que tiene un sitio en la rotación.

De ahí también que haya que hilar muy fino, y los interiores que vengan a reforzar la plantilla 2019/20 han de complementarse. Hay que buscar un ala-pívot más físico que Carlos Suárez, y que también tenga la virtud de abrir la pista y tirar de tres, y que ayude en el rebote en los dos lados de la pista, algo que no ha sucedido este curso, con terribles consecuencias. Y los pívots, más allá de buscar esa verticalidad y capacidad atlética cerca del aro, también tienen que ser el complemento uno de otro.

Guerrero es una verdadera fuerza de la naturaleza, pero su nivel real está aún por explorar. Ha jugado ante universitarios y debe probar su valía con profesionales. Así que esos dos pívots tendrán que ser complementarios, pudiendo también alguno de ellos actuar en las dos posiciones. Un pívot que juegue por encima del aro (Moussa Diagne aparece como opción) y otro más pequeño y con buena mano, un tipo de jugador similar, por ejemplo, al americano Jacob Wiley, fichado por Gran Canaria en plena temporada, y que tan buen rendimiento está dando.

A partir de ahí, el Unicaja ha de centrarse en objetivos y tratar de que las operaciones lleguen a buen puerto. Lo de todos los veranos...