Exultante por "volver a casa", con el número 32 a la espalda, y disponible desde ya para Luis Casimiro cuando llegue el tránsfer internacional, Rubén Guerrero, de 23 años y 2,13 metros, fue presentado hoy oficialmente como jugador del Unicaja por lo que resta de temporada y otras dos más. El marbellí criado en Los Guindos se marchó hace seis años a EEUU y tras estudiar Economía y Finanzas y licenciarse hace "dos viernes", rápidamente llegó a un acuerdo con el Unicaja, donde dará su salto al profesionalismo. "Me gradué hace un par de viernes y la semana pasada me enteré, me querían para empezar ya y llegué el fin de semana. Empecé el lunes y estoy a disposición del entrenador para lo que él quiera. Todos los compañeros, a algunos los conocía ya, me han tratado como si fuera parte del equipo. Todos me ayudaron mucho, sobre todo Alberto. Entrenadores y jugadores, y me sentí como en casa", explicó el "Gigante" Guerrero en sus primeras declaraciones en su prestación de este miércoles al mediodía.

Hace un par de meses que no juega un partido oficial con la Universidad de Samford, pero ha seguido trabajando y entrenándose en EEUU, por lo que se siente preparado para debutar cuanto antes, aunque dependerá de que la documentación llegue. El martes completó el primer entrenamiento: "No me desmayé ni nada al entrenar ayer", dijo bromeando. "Jugar el domingo no está en mi poder, depende de que llegue el tránsfer. Empecé ayer y lo que diga el míster se hará", explicó el jugador marbellí, que cuando era canterano venía a Málaga a ver los partidos en el Carpena y se metía en las entrañas del Palacio para "pedir autógrafos". "Verlo desde la grada a la pista es diferente. Sería un sueño que se haga realidad algún día. Al entrar en el Carpena, siempre que venía a verlos desde Marbella bajaba a pedir autógrafos en los pasillos", comentó.

"Estoy contentísimo. Es un sueño de cualquier chaval de aquí pasar de la grada a entrenar con el primer equipo y es una alegría que cuenten conmigo. No sé si me siento ahora raro, pero es la ilusión de todos los canteranos venir aquí. Raro no, pero sí la cosilla de decir que ya he llegado", continuó Guerrero, que viene totalmente transformado, con 20 kilos más de músculos y un cuerpo de atleta despampanante. "Allí el juego es distinto, más físico. Aquí ya son hombres pero el haberme pegado con gente tan fuerte me vendrá bien. Allí el juego es más rápido y de bloqueos. Se me pidió poner buenos bloqueos, rebotear y defender duro. Y me siento preparado, espero estarlo aquí. Jugar en ACB, en una Liga como ésta, va a ser duro. Ahora me voy a poder meter en la dinámica del equipo y espero que me ayude para la pretemporada del año que viene", explicó.

Las felicitaciones le han llovido desde que el lunes al mediodía se anunció su fichaje por el equipo malagueño. "He recibido muchos mensajes de amigos de toda la vida, de entrenadores y compañeros, y todos estamos contentos de que haya sido todo tan rápido. Tengo muchas ganas de comenzar. Es una alegría que se apueste por los chavales de la cantera. Es una ilusión que apuesten por nosotros, que dediquen su tiempo y que llegue el día que podamos jugar", dijo sobre el trabajo que se hace en Los Guindos.

Cuando echa la vista atrás, recuerda a aquel chico "que era canijillo, alto pero delgado" que se marchó a Estados Unidos hace seis años. "Allí tenía que ponerme fuerte. Mucha caña de gimnasio y comí mucho. Tenía que cambiar físicamente y eso me ayudó mentalmente", explicó Rubén. El marbellí ya es a todos los efectos jugador del Unicaja. Ahora, su futuro depende de él.