Si el Unicaja quiere estar en las semifinales de la Liga Endesa 2018/2019 deberá ganar el martes por segunda vez consecutiva al Valencia Basket en su Fonteta levantina. La opción de cerrar el cruce de cuartos de final en el Martín Carpena se fue al garete este domingo y la serie iguala sus fuerzas (1-1), a expensas de lo que pase en Valencia en el duelo de desempate.

¡Qué pena! Eran 40 minutos para morir. Para buscar lo que hace solo una semana parecía un sueño. Pero no hubo opción. El partido se puso muy cuesta arriba en el primer cuarto por una mala salida cajista y un buen arranque del rival. Con el paso de los minutos el partido se fue igualando, el Unicaja en el tercer cuarto pareció encontrar el camino, 50-45, pero el Valencia nunca doblegó la rodilla y se levantó a cada "guantazo" que le arreó un Unicaja que en el cara o cruz final no supo llevarse el triunfo ante un rival que ejerció de vigente campeón de la Eurocup y, esta vez sí, también de favorito para pasar a "semis".

El Carpena vistió sus mejores galas. Es verdad que no se llenó del todo, pero le faltó muy poco. El ambiente fue el de las grandes ocasiones. El público fue clave en el primer cuarto para "despertar" a los suyos del letargo inicial. Luego apoyó y apoyó. Se dejó la garganta en cada ataque y en cada defensa. Pero ni el equipo ni la grada encontraron el premio final.

El Unicaja estaba sobre aviso. La eliminatoria europea contra el Alba Berlín había tenido el mismo guión en el primer partido. Aquella serie también viajó 0-1 a favor de los verdes para un segundo partido en el Carpena que tenía el premio de pasar a semifinales. Igual que aquella noche de marzo lo hicieron los alemanes, esta vez el Valencia evitó la sentencia en el Palacio malagueño. En la Eurocup costó la eliminación cinco días después en pista germana. En la Liga Endesa, el martes, se verá lo que pasa en cancha taronja.

El Unicaja necesitaba volver a mostrar su mejor versión. Hacer muchas cosas bien y muy poquitas mal. Era el único plan de partido que podía llevar a los de Los Guindos a la gloria del pase a la siguiente ronda. Pero esta vez no hubo tanto acierto. Los tiros no entraron como el otro día, las defensas alternativas no hicieron tanto daño al rival como el otro día y bajo los aros se sufrió mucho más que el otro día. Resultado: derrota y a jugárselo todo a una carta en La Fuente de San Luis.

El Valencia Basket llegó herido al Palacio y ofreció su versión más fiable. Mostró una intensidad brutal en el primer cuarto y una gran paciencia para soportar la presión de la grada y del Unicaja las dos o tres veces que los verdes amenazaron con abrir brecha en el marcador. Necesitaron, eso sí, una muy buena versión para equilibrar la serie y no irse de vacaciones antes de tiempo.

Fueron 40 minutos muy intensos. El partido se puso muy cuesta arriba demasiado pronto. El Valencia Basket pareció aceptar mejor la presión de los que estaba en juego y se disparó en el marcador desde el primer minuto. El 2-7, el 8-16, el 12-20 o el 14-28 mostraron la cruda realidad de un inicio muy lejos de lo que Casimiro y sus chicos podían esperar. Una muy buena defensa de los naranjas, unido a un día nefasto en el tiro exterior de los verdes obligó al Carpena a darlo todo desde la grada para que el equipo se reenganchara al partido.

Sin acierto en el perímetro, pero con intensidad bajo los aros y reboteando cada vez mejor, el Unicaja se reenganchó poco a poco. El primer triple, tras 9 fallos, obra de Jaime Fernández, provocó el delirio en el Carpena (32-35). Al descanso, 5 abajo y la sensación después de todo lo vivido que el marcador era lo mejor de los primeros 20 minutos.

La inercia del segundo cuarto se mantuvo tras el intermedio. El Unicaja siguió fuerte atrás, los triples empezaron a entrar y el partido se puso de color verde esperanza. Un 50-45 desató de nuevo la locura en el Palacio. Aunque todo quedó por decidir para los 10 minutos finales: 53-52. A esa hora, la semifinal estaba tan cerca... y tan lejos.

El último cuarto fue un sinvivir. Uno arriba, uno abajo, dos arriba ellos, dos arriba los verdes... El partido entró en los últimos 3 minutos con 67-69. En el esprint final, con el partido abocado a un desenlace imprevisible, el detalle que lo varió todo fue Fernando San Emeterio. Muy apagado en los tres primeros cuartos, pero decisivo con su veteranía y sus puntos a la hora de la verdad. El 69-76 final ya no tiene remedio. El martes, en Valencia, resolución final. Ganar y a "semis" o perder y vacaciones. No hay más.