Un frenético inicio del último cuarto, con un parcial de 14-2 a favor del Unicaja, liderado por un espectacular Axel Toupane, le sirvió al Unicaja para lograr una renta de 18 puntos (78-60) y poder aguantar después el último achuchón de un Galatasaray que no se dio nunca por vencido en el Carpena. Los verdes ganaron el partido, siguen invictos en Europa una jornada más y se afianzan, tras esta victoria, como líderes en solitario de un Grupo D de la Eurocup en el que a los de Los Guindos, por ahora, no les tose nadie.

El duelo de líderes europeos respondió a las expectativas. Unicaja y Galatasaray son los dos mejores equipos de este grupo D de la Eurocup de largo. Si no pasa nada raro, uno acabará primero y el otro segundo de grupo. No es descartable, incluso, que ambos se vean las caras de nuevo dentro de unos cuantos meses en alguna eliminatoria directa de play off. Por eso ganar ahora parece que no, pero es sembrar de cara el futuro.

El Unicaja tuvo altos y bajos, pero volvió a jugar un partido bastante aceptable. Tuvo un final de tercer cuarto e inicio del cuarto esplendoroso, aunque es verdad que con el 78-60 no es de recibo encajar después un 2-14 que metió el miedo en el cuerpo al equipo y a la grada.

La victoria (sin el lesionado Jaime Fernández, por cierto) tiene mucho mérito porque al otro lado de la pista estaba un muy buen equipo. El Galatasaray demostró en Málaga que está muy bien «montado», que tiene una plantilla muy interesante, que puede amenazar en el perímetro y en la pintura y que tiene pinta de que va a dar mucha lata en esta Eurocup.

La quinta victoria seguida de los verdes (entre Liga y Eurocup) son palabras mayores. Lejos de las dudas iniciales, el equipo es ahora más letal en ataque, defiende cada vez mejor y su única asignatura pendiente parece ya la de rebotear con más fiabilidad en ambas canastas.

El partido tuvo un guión de máxima igualdad desde el arranque. El 1-10 inicial a favor de los turcos fue un espejismo. Al Unicaja le costó 4 minutillos entrar en el partido, pero enseguida equilibró las fuerzas. Eso sí, tuvo que esperar al cuarto minuto del segundo cuarto para ponerse por delante en el marcador por primera vez (29-27). A partir de ahí, intercambio de canastas hasta el descanso, al que se llegó con 41-39 para los de Casimiro.

El Unicaja dio un pequeño estirón en el tercer cuarto. No fue definitivo, pero Thompson, Adams y Gerum sumaron un par de minutitos buenos cada uno y el equipo se fue de 6, 64-58, antes del cuarto final. Un gran Auguste fue el que impidió que la ventaja verde fuera a más.

Tres triples de Toupane y un mate del propio jugador francés parecieron finiquitar el partido, 78-60. Pero faltaban más de 5 minutos y el Galatasaray empezó a enchufar de 3 para ir restando y restando hasta el +5 final, 88-83.

Mención especial, por cierto, para el Martín Carpena. A la «marea verde» le cuesta un mundo ir al Palacio entre semana. Da lo mismo que venga el Buducnost, el Galatasaray o el Olympiacos (5.751 espectadores vieron en directo en el Palacio a los de El Pireo hace dos años en Euroliga). Para ver este duelo de líderes europeos acudieron 5.879 aficionados. Son muchos menos de los que necesita el equipo para sentirse fuerte en casa y de los que merecía un partido así, pero hay que reconocer que los que fueron apretaron de lo lindo y ejercieron de factor decisivo para el feliz desenlace del 88-83.

La vida es de color verde esperanza en el entorno cajista. El domingo, visita a La Fonteta del Valencia Basket. Otro partidazo.