La lista de bases fichados los últimos veranos (o como temporeros) por el Unicaja es casi infinita. Es un puesto que, por unas cosas o por otras, se ha convertido en un quebradero de cabeza para la dirección deportiva cajista casi en la última década. DeMarcus Nelson, Oliver Lafayette, Kyle Fogg, Ray McCallum son algunos de los jugadores por lo que el club de Los Guindos ha apostado en estas últimas temporadas sin mucho éxito ni continuidad.

Se puede asegurar, sin equivocación, que la última gran pareja de bases que tuvo el Unicaja fue la formada por Jayson Granger y el serbio Stefan Markovic, la campaña 2014/2015. Desde entonces, la dirección de juego en la pista siempre ha dado problemas al Unicaja.

Este curso el debate de que «hace falta un base» vuelve a estar abierto. La mala suerte de la lesión hace un par de fines de semana de Alberto Díaz en el partido liguero en la pista del Valencia Basket ha desembocado en dos derrotas seguidas esta pasada semana, frente al Oldenburg alemán, en la Eurocup, y ante el Movistar Estudiantes, en la Liga, en el Martín Carpena. Dos traspiés en los que la ausencia de Alberto Díaz ha pesado como una losa en el juego del equipo, tanto en defensa como en ataque.

Y es que las sensaciones en torno a la fiabilidad del equipo han variado en siete días diametralmente. El equipo salió de Valencia subido en una ola de seis victorias seguidas, jugando un buen baloncesto y en franca progresión. Sin embargo, los dos partidos sin el base canterano en la pista han llevado al equipo a una penumbra preocupante.

El propio Luis Casimiro no tuvo reparos en reconocer en la rueda de prensa posterior a la derrota contra el Movistar Estudiantes que la baja del pelirrojo está siendo un hándicap importante para el Unicaja. «Alberto es una de las diferencias, pero el resto no tenemos que tener la excusa de que no está. Pero es verdad que nos daba un equilibrio tremendo, aunque no anotase. Esto no nos sirve de justificación por no haber ganado al Estudiantes sin él. No tenemos que justificarnos con esto, pero es una realidad», dijo el técnico manchego.

La pregunta es clara y repetitiva: ¿hace falta un base? Desde el club muestran total tranquilidad y confianza en el plantel edificado el pasado verano. Pero la verdad es que sin Alberto, el equipo carece de un jugador que pueda hacer funcionar al equipo.

La configuración inicial de la plantilla contaba con Díaz y con el recién llegado Josh Adams, teniendo en cuenta que Jaime Fernández es un «combo» capaz de jugar de base o de escolta sin problemas. La lesión del canterano ha coincidido con un problema de bursitis en el jugador internacional madrileño, que le impide rendir al cien por cien. De esta manera, Adams se ha quedado como el único jugador en esa posición sano de la plantilla, pero justamente él es el menos base puro de las tres opciones con las que cuenta Casimiro en su róster.

El parte médico de la lesión de Alberto en Valencia hablaba de dos a tres semanas de baja por una rotura muscular de grado 1 en el isquiotibial de la pierna derecha. Ha pasado la primera semana con dos partidos y dos derrotas. Casimiro y sus jugadores deben buscar soluciones para que la espera hasta su regreso a las pistas sea lo mejor posible para el equipo.