El Unicaja no pudo dar la campanada en el WiZink Center pese a mostrar su cara más combativa (82-71). El Real Madrid fue mejor, siempre fue por delante en el marcador y no sufrió en los minutos decisivos, pero los de Luis Casimiro dieron la cara en todo momento y nunca bajaron los brazos cuando los blancos estuvieron a punto de romper el partido varias veces. La tarea a completar era muy complicada, casi imposible, de hecho un ningún momento dio la sensación de que los malagueños se pudieran llevar el partido, sin embargo, pese a la derrota, se pueden sacar muchos puntos positivos de esta visita a la capital. Con este nivel de intensidad y batalla en ambos lados de la pista, los cajistas tendrán muchos ganado ante otros equipos sin la calidad y fondo de armario de los de Pablo Laso.

A nadie se le escapa que ahora mismo el nivel de los equipos de Euroliga, como el Madrid, está varios escalones por encima del resto, por lo que arañar un triunfo, y más en su pabellón, es sumamente complicado. Los locales fueron por delante todo el choque, casi siempre por encima de los diez puntos, salvo momentos puntuales donde el Unicaja soñó con el triunfo -se llegó a poner 40-35 a poco del descanso-, pero en el segundo tiempo los merengues elevaron el nivel de intensidad y se llevaron la contienda (82-71).

El Real Madrid intentó poner la directa y resolver el choque desde el inicio, pero el Unicaja, fiel a su estilo competitivo, no dejó que los de Pablo Laso los barrieran de la pista en el primer tiempo. Tras un inicio espeso, los locales conseguían las primeras ventajas en el electrónico. El acierto exterior y el dominio en el rebote ofensivo permitían a los madrileños abrir hueco (17-7 a 3.47 del final del primer cuarto). A los de Casimiro les costaba un mundo buscar tiros fáciles y solo lograron 13 puntos en un flojo primer cuarto en ataque (21-13).

El Madrid amagaba con romper la contienda pronto, sin embargo, Carlos Suárez lideraba al equipo verde para reducir diferencias. Dos triples casi consecutivos del capitán verde situaban el tanteador en 24-19. A Suárez los secundó a la perfección Volodymyr Gerun en este segundo cuarto. La aportación ofensiva del ucraniano reducía aún más la distancia (29-26). Pero este Madrid exige mucho a sus rivales en cuanto a anotación y no tardó en abrir brecha. En un visto y no visto, los de Laso volvían a mandar por 10 puntos a poco para el descanso (38-28). El Unicaja no quería marcharse al intermedio con el partido finiquitado y un nuevo miniparcial ponía las cosas 40-35, aunque otro tirón blanco dejó la ventaja en nueve puntos al descanso (46-37). Difícil misión, pero aún con vida el cuadro cajista a mitad del choque.

El conjunto malagueño necesitaba un inicio de segundo tiempo perfecto para meterse de lleno en el choque, pero ocurrió todo lo contrario. El Madrid salió mejor de vestuarios y con un 7-0 inicial ponía la ventaja en +16 (53-37). Los parciales en una y otra canasta se sucedían, siempre con ventaja cómoda blanca, y así obligaron a Casimiro a parar el partido al estirar la distancia a los 18 (60-42). El minuto de reflexión sirvió para cortar la sangría y los locales se atascaron ante una buena defensa cajista en estos minutos. Así, una vez más, el Unicaja entraba en partido (60-49). Al final del tercer cuarto, poca vida (62-51).

El Unicaja peleó, combatió y resistió hasta el final, pero le faltó ese puntito de calidad en ciertos momentos claves del partido para pelear realmente por el triunfo. Durante todo el último cuarto, los de Laso mantuvieron las diferencias en torno a los 10 puntos y no dejó a los verde apretar más la contienda. Aún así, los de Los Guindos no bajaron los brazos en ningún momento y pelearon hasta el final, aunque el resultado fue cruz. Tras unos últimos minutos con prácticamente todo decidido el choque concluyó con un 82-71, marcador que reflejaba la superioridad blanca pero también daba muestras del pundonor de los cajistas.

Con esta derrota, el Unicaja se queda con un balance de cuatro victorias y cuatro tropiezos, a solo un triunfo de la cuarta plaza, el objetivo marcado en esta primera vuelta para ser cabeza de serie en la Copa del Rey de Málaga.