Seis victorias y una única derrota en las siete jornadas europeas ya jugadas, líder incontestable de este grupo D continental y clasificado ya para el Top 16 con todavía tres jornadas por delante de la liguilla. El Unicaja firmó este miércoles otra victoria en la Eurocup, esta vez ante el Asseco Arka polaco, después de un partido muy cómodo, con poca historia, en el que el rival aguantó solo el primer cuarto, para después ir siempre a remolque de los verdes sin dar ninguna sensación de poder, siquiera, intentar la remontada.

No por esperado, el pase cajista exprés a la segunda fase no debe ponerse en su justo valor. Y es que el equipo, con sus altos y bajos, con su manifiesta irregularidad, con cierta pizca de suerte el día de Podgorica... con lo que sea, ha demostrado una semana sí y otra también que es un firme candidato al título de esta segunda competición del baloncesto continental.

De momento tiene ya el billete para la segunda fase, pero es que además está en el sitio correcto y en el momento oportuno para en las tres jornadas pendientes tratar de acceder a ese Top 16 como campeón de grupo. Y eso son palabras mayores. La semana que viene, en la visita al Galatasaray, se puede cerrar el círculo. Sobre todo porque los otomanos perdieron esta jornada en Oldenburg y se quedan a dos victorias de margen de los de Los Guindos.

Desde luego, es para estar contentos. Y también para empezar a mirar alrededor. Recordemos que la única manera de jugar la Euroliga el próximo curso 2020/2021 es ganando la Eurocup o siendo, al menos, finalista. El equipo está en buena línea, pero «ahí fuera» hay otros equipos como Unics Kazan (también perdió esta jornada en su visita a Liubliana) o como Virtus Bolonia, por poner solo dos ejemplos, que aspiran a lo mismo que los verdes y que no lo van a poner nada, nada, nada fácil.

De momento, el equipo solventó este trance contra los polacos con una autoridad pasmosa. No le hizo falta hacer un partido brillante, le bastó con jugar al tran tran e incluso con el freno de mano echado para dominar a su antojo a un rival muy desdibujado.

El Asseco Arka es verdad que es un equipo menor. De hecho, nadie podía esperar que estuviera a estas alturas tan cerca de clasificarse para la siguiente fase. Pero suma tres victorias y tiene sus opciones abiertas. En Málaga mostró una versión muy pobre. Pareció salir rendido desde el salto inicial y con esa pobre actitud se llevó un -22, pero si el Unicaja hubiera querido ganar por 30, habría ganado por 30. Y si hubiera querido ganar por 40, por 40. Al menos esa fue la impresión que dieron unos y otros.

No fue un partido para guardar en la hemeroteca. No hubo emoción ni tampoco excesiva calidad. Lo mejor fue, desde luego, el resultado. Y también ver al equipo tan sobrado en una competición que no es tan fácil como parece y en la que afición y equipo tienen puestos los cinco sentidos.