Un muy buen arranque del último cuarto, después de 30 minutos anteriores muy igualados, permitó al Unicaja ganar al Retabet Bilbao Basket, hacer borrón y cuenta nueva en la Liga, sumar la quinta victoria de la temporada ACB y acallar las críticas de estos últimos días, en los que las aguas han bajado algo turbias por Los Guindos.

Pocas veces una victoria era más necesaria que la de anoche. Las dos derrotas anteriores en Andorra y en Estambul habían hecho saltar las alarmas en el entorno verde. El Unicaja reaccionó de la mejor manera posible: con un triunfo que le permite igualar su balance de victorias-derrotas en la clasificación (5-5), que le hace volver a escalar posiciones camino de las 8 primeras plazas de la Liga Endesa y que le reconcilia con parte de su afición, ésa que estaba algo enfadada estos últimos días con Luis Casimiro y con sus chicos.

El equipo hizo 40 minutos serios. No estuvo estelar, pero tampoco era necesario. Fue casi siempre por delante en el marcador, acertó (por fin) desde el 6.75, trabajó bien el rebote, defendió con agresividad y supo sufrir cuando más apretó el rival. Fue un pequeño paso al frente respecto a las dos últimas semanas, pero todavía lejos de lo esperado. Es verdad que estamos en noviembre y que como Sergio Scariolo se encargaba de recoradar cada temporada por estas fechas (sus «Unicajas» siempre arrancaban con dudas e iban de menos a más): «No conozco ningún equipo que gane títulos en noviembre», pero... no sé. Al equipo le sigue faltando un poco de "punch". Seguro que llegará la mejora en las próximas semanas, está por ver si a tiempo de acabar esta primera vuelta liguera entre los cuatro mejores.

Los aplausos con los que la grada despidió al equipo fueron el desenlace a 40 minutos de un partido equilibrado, con más emoción que espectáculo, pero con el final feliz que los casi 9.000 aficionados que fueron al Carpena querían para su sábado noche.

El Retabet Bilbao Basket no lo puso nada fácil. Tiene Álex Mumbrú un equipo muy de su sello. Los «hombres de negro» no dan un balón por perdido, tienen amenazas serias en el perímetro y también jugadores en la pintura capaces de intimidar atrás y hacer daño en campo delantero. Un equipito muy "apañao" y que va a dar mucha guerra esta Liga.

La igualdad fue máxima en el primer tiempo. A partir de un triple de Adams, que puso el 10-9, los verdes siempre fueron por delante, pero con ventajas mínimas ante un rival que hizo la goma continuamente desde casi el salto inicial. Del 20-18 del final del primer cuarto se pasó a un 37-35 en el descanso, que dejó todo por decidir para después del intermedio. El Unicaja volvió del descanso decidido a romper el partido. Se fue de 10, 49-39, pero el intento de «matar» el partido se quedó en solo un amago porque el Bilbao se colocó a 6 al final del tercer cuarto, 56-50. A la primera no pudo ser, pero a la segunda fue la definitiva. Liderado por Toupane, el Unicaja se fue otra vez de 10, de 13 y hasta de 16. Diferencia que ya fue letal para un rival que no se dio por vencido hasta el bocinazo final (77-70).