El Unicaja perdió en Turquía, en el arranque del Top 16, y se queda sin casi margen de error para su objetivo de estar el próximo mes de marzo en el play off de cuartos de final. Quedan 5 jornadas de la liguilla y habrá que ganar 4 partidos. ¿Posible? Seguro. ¿Jugando como en Bursa? Ni de coña.

Y es que en un día muy importante, al equipo le faltó en la otra punta del continente esa solidez, esa intensidad y esa solvencia que se le ha echado tanto de menos en otros muchos partidos en lo que va de curso y que a estas alturas de Eurocup, ya con solo los 16 mejores buscando el play off, son necesarias para tener opciones de ganar.

El Tofas, sin hacer nada del otro martes, jugó mejor en este estreno de la segunda liguilla o, al menos, supo aprovechar mejor sus opciones. Ellos en su pista conceden muy poco al rival, el Unicaja lo sabía, pero el equipo de Luis Casimiro no actuó en consecuencia. Fue casi siempre a remolque, jugó sin intensidad atrás, sin paciencia, concediendo demasiado a un rival que tuvo el partido siempre donde quiso. A pesar de eso, el Unicaja disfrutó de un último ataque para ganar. Con 81-82, tuvo 22.9 segundos para llevarse el triunfo. Le valía cualquier cosa: un par de tiros libres, una canasta de 2, un triple... Pero los verdes ni siquiera tiraron a canasta, tras una nefasta gestión de la posesión más importante del partido. Después de salvar una situación límite, tras el 81-70 a 6 minutos del final, el equipo se ahogó en la orilla.

No sirve de excusa, pero sin Josh Adams (en Málaga con gastroenteritis), sin Carlos Suárez, tocado en el gemelo, y con Brizuela fuera del partido por cinco faltas personales, desde el tercer cuarto, todo se complicó demasiado para un Unicaja que sigue en el estreno de 2020 igual de irregular que acabó el 2019. O sea, que no se sabe si va o si no va, si está o si no está y si puede o no puede. Y esto, en pleno mes de enero, ya sí es un problema muy serio.

El partido tuvo un guión muy previsible, con más emoción que buen juego, con dos equipos con miedo a perder en el estreno de esta segunda fase europea y con mucho equilibrio en el marcador. El Tofas empezó más fino, guiado por un Tarik Phillip que hizo 12 puntos en los 10 minutos iniciales, lo que les permitió a los turcos estar casi siempre por delante. Thompson y Waczynski vieron aro con facilidad y le dieron la vuelta al partido mediado el segundo cuarto, 32-35. Pero el Tofas apretó atrás y encontró en Devin Williams al artífice de que la ventaja al intermedio fuera de +4 para ellos, 48-44.

Lo peor llegó en el esprint final del tercer cuarto. Brizuela hizo la quinta falta al mismo tiempo que los turcos se fueron de 8, 71-63. Demasiados problemas a falta ya solo de los 10 minutos finales. En el peor momento, con 81-70 y solo 6 minutos por delante, Ejim se echó al equipo a la espalda. Los verdes empezaron a anotar y el Tofas se hundió. Un parcial de 0-12 puso al Unicaja por delante, 81-82, con 44 segundos por jugarse. Ugurlu hizo el 83-82, pero dejó 22.9 segundos para que el Unicaja sentenciara en un último ataque en el que ni siquiera fue capaz de tirar a canasta.

Entramos en una fase clave de la temporada. Cada partido ahora (sobre todo los europeos) es una "final". De momento, este 0-1 en la clasificación convierte lo de la próxima semana en el Martín Carpena, frente al Joventut, en la primera final continental de la temporada. El martes de la próxima semana solo vale ganar. Antes, eso sí, visita a Murcia, el sábado, para cerrar la primera vuelta de la Liga Endesa.