No trae muy buenos recuerdos el rival que ha tocado en suerte al Unicaja en el sorteo copero de Málaga 2020. Se puede decir que está en juego saldar una deuda histórica pendiente que tienen los verdes con el ahora denominado Casademont Zaragoza, y que viene ya desde la Copa del Rey de 2014.

Y es que pocos aficionados cajistas han podido olvidar aquel 6 de febrero de hace ahora casi seis años. Un día que pasó a la historia negra del Unicaja. La ciudad esperaba aquella Copa con una ilusión de otra época. Plaza y su Unicaja habían conseguido que la «marea verde» volviera a creer en su equipo. Desde la época de Sergio Scariolo no había un buen rollo similar entre el equipo y su gente.

Aquel día todo estaba de cara. El sorteo emparejó al Unicaja con el CAI Zaragoza (igual que ahora) en los cuartos de final. Era una eliminatoria abierta, como casi todas las de las Copas, pero en la que el Unicaja era el favorito para todos los analistas. Todo transcurrió por un cauce normal hasta el descanso, al que se llegó con 38-31 para los verdes, después de una exhibición memorable de Mindaugas Kuzminskas, autor de 13 puntos, tras anotar sin fallo cinco canastas de 2 puntos y un lanzamiento triple. Arrancó el alero lituano en el quinteto titular el tercer cuarto, metió 5 puntos más sin fallo... y desapareció. Sin saber por qué. Sin motivo. Plaza lo sentó y no volvió a contar con él en un partido que el CAI acabó remontando 74-79, eliminando al Unicaja de «su» Copa.

El Carpena se quedó helado, impertérrito ante el «modus operandi» de un técnico que en Málaga hizo muchas más cosas bien que mal en su etapa cajista, pero que en un día señalado, tuvo un «ataque de entrenador» que le costó al equipo la eliminación copera.

Kuzmiskas acababa de batir un récord histórico: jamás antes un jugador había metido tantos puntos (18) sin fallo en un partido de Copa del Rey. Pero el técnico catalán no quiso utilizarlo en casi toda la segunda parte, pegándose un tiro en el pie.

Sus explicaciones en la sala de prensa fueron un sinsentido: «Nunca os guiéis por los puntos de un jugador, porque hay que ver si es capaz de restar detrás. Hay que encontrar ese equilibrio», dijo en un día en el que ninguno de los exteriores del CAI firmaron más puntos que el lituano. También achacó la derrota a «falta de experiencia», pero sin embargo le dio también un «banquillazo» en el momento más caliente del partido a Fran Vázquez, el jugador cajista con más títulos y «horas de vuelo» de todos los que vestían la camiseta verde aquella temporada.

Es evidente que el «unicajismo» tiene una espina clavada desde hace seis años con la Copa y con el Zaragoza. Ahora ha llegado el momento de sacarla.