Las oportunidades no se pueden dejar escapar. Ni en la vida cotidiana ni en el mundo del deporte. Durante una larga temporada de 8-9 meses se juegan muchos partidos. Todos son importantes, pero hay algunos que son «especiales». Esta noche (20.45 horas), el Carpena vivirá uno de esos días en que lo que está en juego es algo más que un partido de baloncesto. Y es que este Unicaja puede servirle al equipo de Luis Casimiro para certificar su clasificación virtual para los cuartos de final de la Eurocup, con todavía dos jornadas por delante para que acabe esta liguilla de seis partidos. Demasiado premio como para no «morir» en la pista en el intento.

El Unicaja hizo los deberes la semana pasada en el Principado. Ganó al Andorra dejando herido de muerte a un rival que llega al Carpena casi eliminado, aunque todavía con una carambola matemática a su favor para no verse ya fuera de esta Eurocup 2019/2020. Los verdes, con 2-1 en la clasificación, tienen en la mano asegurarse el pase esta noche y pelear por ser campeones de grupo la semana que viene con un Tofas Bursa que visitará el Carpena el próximo miércoles en otro partido tela, telita, tela.

Los verdes llegan a esta cita con el ánimo regular (otra vez). La derrota del domingo en el WiZink Center frente al Estudiantes ha sentado fatal. El equipo hizo un partido horroroso en la pista del colista y se volvió de vacío de una cancha en la que lo normal habría sido sumar.

El ambiente en el entorno del equipo no es el mejor, pero el calendario le da esta noche a los de Los Guindos una gran ocasión para recuperar la sonrisa en una Eurocup en la que los verdes cada semana que pasa son más favoritos. Es verdad que echando un vistazo al resto de grupos hay bastante aspirante serio. Pero es que ni Partizan ni Unics Kazan ni Darussafaka ni Galatasaray ni el mismísimo Virtus Bolonia han demostrado hasta ahora una regularidad que impida al Unicaja y a sus aficionados tener sueños de grandeza en una competición que, no lo olvidemos, es la única vía posible para volver a jugar la Euroliga.

Otra vez sin Ejim y sin Elegar está claro que el Unicaja debe repetir sus buenas prestaciones del martes anterior en el Principado para volver a ganar. No será fácil porque el MoraBanc es un equipo muy duro y está muy bien entrenado, pero jugando en casa y con el premio que hay en juego sería injustificable no ganar este partido.

Hablando de jugar en casa. La afición está mosca con el equipo. Al menos la que más se expresa en las redes sociales. Para esta noche se espera otro recibimiento caliente hacia el banquillo y también hacia el palco. Yo lo tengo muy claro, siempre digo lo mismo: Todos a una es todo más fácil. Mucho más. Pitar y protestar antes y durante el partido no ayudará en nada al equipo. Sería mejor dejarlo todo (si acaso) para después del bocinazo final. El Carpena (ahora) y Ciudad Jardín (antes) han sido siempre ejemplos de saber estar y de apoyo incondicional hacia los colores verde y morado. Un espejo en el que se han mirado otros clubes y otras aficiones. Y esto lo está escribiendo alguien que durante muchos años vino a Málaga como periodista «rival» con el Elosúa León o el Baloncesto León. Nunca vi ganar aquí al que entonces era el equipo al que yo seguía de manera profesional. Y siempre salí de Ciudad Jardín pensando lo mismo: Que el partido lo habían ganado la mitad el Unicaja y la otra mitad su afición.

Me gustaría que hoy los periodistas que vengan de Andorra y el propio Ibon Navarro pensasen esto mismo a eso de las 22.30 horas, cuando la cuarta jornada de la liguilla del Top 16 sea ya historia. Está en vuestras manos y en vuestras gargantas. Animar a muerte al equipo y a su entorno les/os/nos beneficia a todos. Allá cada uno con su pensamiento y su libertad de expresión, pero yo ahí lo dejo...