¡Qué merito! ¡Qué exhibición de fe, de garra y de ganas de competir! Unicaja y Real Madrid se retaron este domingo en una repetición muy desequilibrada de la final copera de hace dos semanas. Sin Jaime Fernández, Alberto Díaz, Melvin Ejim, Carlos Suárez, Axel Toupane y hasta Dragan Milosavljevic, el partido era la crónica de una derrota anunciada desde la misma rueda de calentamiento. Sin embargo, el Unicaja hizo un esfuerzo sobrehumano para competirle el partido hasta el minuto final a un Real Madrid que sudó sangre para ganar en un Carpena rendido a sus 8 guerreros y a la pizarra de Luis Casimiro, capaz de multiplicar panes y peces frente al equipo más en forma de Europa.

Es verdad que el 88-92 hizo justicia a lo visto sobre el parqué. Porque el Unicaja le puso corazón, ganas y fe, pero el Real Madrid fue mejor en el cómputo de los 40 minutos.

El Martín Carpena se llenó hasta la bandera. Había mucho aficionado merengue, como siempre que el cuadro de Pablo Laso se asoma por el Palacio, pero la «marea verde» pudo disfrutar al menos de un duelo competido. Más de uno soñó seguro con el milagro, pero no pudo ser. Contra casi cualquier otro equipo habría habido más opciones, contra este Real Madrid es que era «casi» imposible.

Con solo 8 jugadores en la rotación, Axel Bouteille y Marko Simonovic tuvieron su bautizo como jugadores cajistas. El alero francés fue titular y fue el que más jugó: 37:11 minutos. En su primer partido, y después de haber entrenado cuatro veces, no se le puede pedir mucho más. Tiene talento y sobre todo puntos, algo que el equipo necesita.

Simonovic estuvo más discreto. Erró dos tiros libres en pleno éxtasis final que le dieron la opción al Madrid de finiquitar el partido. Es un ala-pívot que vive a 8 metros del aro. Tiene buena mano, pero se va a pelear poco en la pintura con los pívots rivales. Es muy distinto, desde luego, a Carlos Suárez, al que viene a dar descanso por su lesión en el dedo.

Fue un partido más intenso y entretenido de lo que cualquiera podía pensar. El 1-10 con el que arrancó el primer cuarto fue un espejismo. La verdad es que los 10 primeros minutos fueron un monólogo blanco (16-25). Pero lejos de venirse abajo, «lo que queda del Unicaja» sacó fuerzas de no se sabe dónde para acercarse en el marcador. De un 23-39 se pasó al 38-44 del descanso, que sonaba más a éxito verde que a victoria parcial del Madrid.

Todavía se acercó más el Unicaja, pero el 46-48 lo «contestó» el Real Madrid con un parcial de 4-17 que puso el 50-65 en el marcador, poco antes de que llegara el final del tercer cuarto con 56-69. Otra vez con todo perdido, el equipo, liderado por Adams, remó y remó hasta empatar el partido, 88-88 a 85 segundos del bocinazo final. Campazzo no falló desde el tiro libre y la victoria voló a Madrid.

¿Cómo está el equipo a solo tres días de jugársela en Badalona en la Eurocup? Pues parece que mejor de lo esperado. La verdad es que lo del miércoles es un partidazo. Hay que ganar en el Olimpic para asegurarse la ventaja de campo en Europa hasta la finalísima. Ese partido sí es 5 estrellas. En Badalona no estarán ni Simonovic ni Bouteille y está por ver de los que esta vez estaban en una esquina del banquillo vestidos de calle, cuántos pueden ayudar. Carlos Suárez y Melvin Ejim parecen los que tienen más opciones. El resto, complicado. Veremos.