Tras liquidar el tremendo compromiso liguero frente al Real Madrid, y que pese a la derrota, seguro que hace crecer la creencia positiva en el conjunto del Unicaja, en medio de la tormenta de lesiones, con los estrenos a marchas forzadas de Axel Bouteille y Marko Simonovic y el importante partido de Badalona en puertas, se inicia el camino de afrontar fechas capitales en importancia con respecto a la temporada 2019/2020.

Mientras tanto, un debate tremendamente recurrente dentro de nuestro baloncesto va sobre la cantera, que si el tipo de club que se quiere, que si se apuesta por el jugador nacional, que si la polémica sobre las consideraciones de la procedencia de los mismos, que si los pasaportes falsos, que si europeos, cotonús, etcétera€

Lo cierto es que tras rastrear en las plantillas de la Liga ACB, aparte de la escasez de jugadores españoles, mucho más de seleccionables, lo que es algo realmente raro son aquellos que tras jugar en las categorías inferiores de los equipos ACB llegan a la primera plantilla. Esta claro que conseguir cumplir un sueño no es moneda habitual y cada vez es algo más complicado, sobre todo porque la competencia a nivel profesional canibaliza el sistema y la situación de los equipos tampoco ayuda.

Algo que me parece una verdad absoluta es la situación de riesgo que lleva implícita confeccionar una plantilla, fruto del problema que supone cuadrar más de un presupuesto, nos lleva a algo muy socorrido, se hace de la necesidad virtud, y lo habitual es recurrir a la cantera sólo en situación de escasez monetaria.

Viendo la primera competición española, nos salen dieciséis triunfadores, no he tenido en cuenta a casos puntuales, tipo Ismael Tamba o Morgan Stilma, que han sido partícipes esporádicos de esta representación, siendo el Joventut cumple con la tradición de ser el que más jugadores tiene de sus categorías inferiores, cuatro: Xabi López-Aróstegui, Joel Parra, Albert Ventura y Arturs Zagars. Tras los de Badalona, tres equipos con dos componentes en cada plantilla: el Casademont Zaragoza con Carlos Alocén, aunque sea ya jugador del Real Madrid y Rodrigo San Miguel, que ha vuelto este año al club maño tras debutar en LEB la temporada 2003-2004, Movistar Estudiantes con Adams Sola y Édgar Vicedo y el Unicaja, con Alberto Díaz y Rubén Guerrero, tras su paso por la NCAA.

Con un solo jugador, están Real Madrid, con Usman Garuba, Kirolbet Baskonia, con Illimane Diop, BAXI Manresa con Guillem Jou, Morabanc Andorra con Guillem Colom, Herbalife Gran Canaria tiene a Fabio Santana y Montakit Fuelabrada a Osas Eighiator, el cual, no sólo forma parte del club del sur de Madrid desde su época cadete, sino que nació en Sevilla, eso sí, tampoco busquen un bisabuelo suyo entre los abonos de la Maestranza el siglo XIX.

Sin jugadores de sus categorías inferiores entre los componentes de las primeras plantillas están ocho equipos, el FC Barcelona, Valencia Básket, Iberostar Tenerife, San Pablo Burgos, UCAM Murcia, Monbus Obradoiro, RETAbet Bilbao y Coosur Real Betis.

A tenor de los datos observados, parece que la idea de poco presupuesto es igual a apuesta por la cantera ya parece superada, creo que todo pasa por creer realmente en lo que hace con las categorías inferiores, ofrecer a los chicos un proyecto solvente, sólido y que de verdad tenga un criterio claro a la hora de contar con los mismos, que realmente se tenga un mínimo de paciencia en ellos, y sobre todo, no poner ilusiones irrealizables en la cabeza, porque, al final, si alguien recuerda, la situación de nuestro Unicaja con dos canteranos entre los titulares, más tres españoles con un nivel implicación realmente importante es la que más ilusión ha generado en los últimos años, desaprovecharla sería un símbolo de poca inteligencia.

Viendo desde encima y sin profundizar en exceso, una base amplia y sólida de jugadores nacionales casi va de la mano con el éxito final, véanse si no, los casos de Real Madrid y Valencia Básket, si además, se les une que hay en ese grupo gente que ha conocido el club desde sus inicios, y que la camiseta que visten es la que han defendido desde pequeños, es un primer paso importante para conseguir lo que se decida. Ahora, sólo hay que determinar ese objetivo, que ése es otro debate.