Un último cuarto muy serio (justo al revés que 72 horas antes en el mismo escenario y ante el mismo rival, en Eurocup) le sirvió esta vez al Unicaja para ganar un partido de pico y pala, en el que el equipo cajista supo sufrir y también golpear en el momento justo a su rival, cuando ya no tenía margen de reacción, sumando una victoria importantísima de cara al futuro play off liguero.

La verdad es que había una cierta urgencia por ganar. Quedan todavía muchas jornadas por delante de esta Fase Regular, pero ver al Unicaja fuera de los 8 primeros después de 22 jornadas «cantaba» un poco. Por eso este partido de Badalona exigía un sobreesfuerzo que el equipo supo dar en el Olimpic. Bravo por ellos.

Tres días después de perder en el mismo sitio y contra el mismo rival, el Unicaja volvió al lugar de los hechos con ganas de revancha. Esta vez los verdes tenían muchos más recursos humanos y eso se notó, sobre todo en el sprint final, cuando estaba todo en juego después de 30 minutos de máximo equilibrio. En el choque europeo, la Penya aprovechó el cansancio de los cajistas para «matar» el partido en el último cuarto. Esta vez, con mayor rotación costasoleña, el desenlace fue justo el contrario.

Fue un partido intenso y emocionante. Tras un intercambio de canastas inicial, 10-12, la primera gran noticia fue el debut de Gal Mekel, a 3.55 del final del primer cuarto. Los 10 primeros minutos fueron de máxima igualdad y se cerraron con 19-20 para los de Los Guindos.

Aceleró el equipo de Casimiro en los tres primeros minutos del segundo acto, 25-31. Pero el rival equilibró otra vez las fuerzas y el marcador se estabilizó en pequeñas diferencias para uno y otro lado hasta el 45-46 del descanso. Los 11 puntos de Bouteille al intermedio, el dominio en el rebote (18-12) y las buenas prestaciones del base israelí recién llegado fueron las mejores noticias de los primeros 20 minutos en el Olimpic para los verdes.

Dos triples de Brizuela dieron la primera ventaja «de verdad» del partido al Unicaja en el arranque del segundo tiempo, 45-54. Durán paró el partido con +9 para los cajistas, la Penya dio un paso al frente en ataque, los interiores verdinegros hicieron daño y aunque fueron capaces de voltear el partido, el marcador siguió favorable al Unicaja al llegar el minuto 30, 63-65.

Tenía toda la pinta que el partido se iba a decidir por detalles: por un rebote aquí, por una pérdida allí, por una falta no pitada... El partido entró en los 5 últimos minutos con 78-80. Pero entonces, el Unicaja dio un paso al frente. Waczynski acertó cada vez que fue a la línea del tiro libre, Brizuela castigó desde el perímetro y Guerrero barrió bajo los aros para romper el partido, 78-84, 80-89... y el 82-97 final.

La verdad es que el nuevo Unicaja tiene buena pinta. Está mejor «hecho». Un mercado invernal muy bien aprovechado ha servido para «fabricar» un Unicaja más compacto, con más recursos ofensivos y con menos lagunas. Ahora hay más equilibrio. Las llegadas de Simonovic y de Bouteille mejoran los porcentajes de acierto en el lanzamiento exterior y la de Mekel supone contar, por fin, con un base director. Con un jugador que se dedica a hacer que jueguen los demás, que no tiene ansia por anotar y sí por pasar el balón al compañero mejor posicionado. Con el paso de las semanas irán mejorando los tres recién llegados y con el regreso escalonado de los ahora lesionados le va a quedar a Luis Casimiro un grupo de lo más chulo para encarar los play off por el título.