La crisis del coronavirus ha alterado el día a día del Unicaja y también del resto de equipos de la Liga Endesa y de la Eurocup. La verdad es que no saber cuándo va a volver la normalidad ni cuándo se va a volver a jugar supone una incógnita con la que no es fácil convivir estos días para jugadores -muchos extranjeros, lejos de sus familias- y los propios clubes.

El próximo 24 de abril es la fecha inicialmente prevista por los clubes que conforman la ACB para regresar a la competición. «La voluntad de todos los clubes sigue siendo reanudar la competición y finalizar la Liga Endesa 2019-20 en la medida y los tiempos que la situación lo permita», aseguraba Antonio Martín, presidente de la ACB, tras la reunión mantenida por videoconferencia con los 18 equipos el pasado 16 de marzo. Pero lo cierto es que tras prorrogarse el estado de alarma hasta el día 12 de abril, hace poco probable que la vuelta de los partidos sea antes del mes de mayo.

Lo mismo ocurre con la competición europea. La Eurocup está parada y la fecha de vuelta es otra incógnita. En este caso, con varios países involucrados (España, Italia, Mónaco, Rusia, Grecia, Serbia y Turquía), pensar en el regreso de los partidos se hace todavía más complicado debido al diferente ritmo de contagio y de tiempos que cada Gobierno está imponiendo ante la pandemia del COVID-19.

Así las cosas, el Unicaja sigue a la espera de acontecimientos. La plantilla verde se entrena de la mejor manera posible en sus casas y el club mantiene su actividad bajo mínimos, pero sin daños colaterales del tipo de plantear un ERTE o similar, algo a lo que sí se han tenido que acoger otros equipos de la Liga Endesa.

Y es que la falta de actividad y de ingresos ha supuesto que los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) lleguen a varios clubes de la Liga. El primero en acogerse a esta fórmula fue el Montakit Fuenlabrada, al que le siguieron el Casademont Zaragoza y el Movistar Estudiantes. Incluso el todopoderoso Barça, con bastante revuelo en las redes, se lo ha planteado a sus jugadores de la sección de basket, además del resto del club, fútbol incluido. Tras el club blaugrana, los últimos en sumarse a esta medida han sido el Baxi Manresa y otro de los "grandes", el Baskonia.

En el seno del Unicaja, por ahora, se descarta la opción del expediente de regulación temporal de empleo. Un consejo de administración, encabezado por el presidente, Eduardo García, lo acordó la semana pasada. Una decisión que mantiene a los jugadores tranquilos, en sus respectivos domicilios, lejos de los "problemas" que tienen varios de sus colegas de otros clubes, incluidos los siete rivales de la Eurocup.

La decisión del club de mantener una cierta normalidad ante esta pandemia permite que todos sus jugadores sigan a día de hoy en Málaga esperando acontecimientos. Algo que no pueden decir muchos otros clubes de la Liga Endesa. Y es que más allá de los ERTE, está a la orden del día el problema de las 'fugas' de algunos jugadores foráneos, que se han marchado a sus países con permiso de los clubes, la mayoría, y alguno que otro motu proprio y sin preguntar.

Malcom Delaney (FC Barcelona), Tyler Haws (Bilbao Basket), DJ Seeley y Jason Thompson, a los que el Casademont Zaragoza ya les ha incoado expediente disciplinario, o Vyachelav Bobrov, quien en este momento se encuentra ingresado en un hospital de Ucrania con positivo por coronavirus son algunos ejemplos de "fugas" consentidas o no.