La crisis del coronavirus ha provocado la paralización de toda actividad deportiva en España y en buena parte del mundo. Los jugadores del Unicaja llevan ya encerrados en sus casas más de tres semanas, el periodo en el que nuestro país está sumido en el actual estado de alarma, que seguirá, como mínimo, hasta el próximo 26 de abril.

Este martes 7 de abril se cumple un mes justo desde que el equipo cajista jugó su último partido oficial. Fue la tarde-noche del sábado 7 de marzo, en la visita liguera al Olimpic de Badalona. Era, curiosamente, el segundo partido consecutivo en la pista del Joventut ya que solo tres días antes, el miércoles 4, el cuadro de Luis Casimiro había cerrado el Top 16 de la Eurocup en la cancha de la Penya, en este caso con derrota 101-86.

Aquel fin de semana en Badalona, el Unicaja jugó un partido muy completo en el que destacaron los 18 puntos de Waczynski, los 15 de Axel Bouteille y las 9 asistencias de Gal Mekel en el que fue su debut con la camiseta cajista.

Desde entonces, nada de nada. El sábado siguiente estaba previsto que el Unicaja recibiera en el Martín Carpena al Baxi Manresa, en la jornada 24 de la Liga Endesa. Aquel partido se dijo, en un principio, que se disputaría a puerta cerrada, pero finalmente la Liga Endesa decidió suspender la competición hasta nueva orden... y así seguimos un mes después.

En estas cuatro semanas largas, el Unicaja ha dejado de jugar cuatro jornadas de la Liga Endesa, tres como local ante Baxi Manresa, MoraBanc Andorra y Fuenlabrada, además de la visita a la cancha del Herbalife Gran Canaria, que debería haber realizado hace un par de fines de semana. Además, tampoco disputó el play off de cuartos de final de la Eurocup ante el Umana Reyer Venecia ni los dos primeros partidos del cruce de semifinales (en caso de clasificarse), previstos para la semana pasada frente al AS Monaco o al Virtus Bolonia, que lógicamente tampoco han disputado su cruce de cuartos.

Tanto la Liga Endesa como la Eurocup no tienen todavía fecha de vuelta, pero no será seguro antes de al menos un mes más, lo que va a suponer un retraso de partidos que será difícil de encajar en el calendario, por mucho que el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 permita estirar este verano las competiciones sin el yugo de tener que parar por la cita olímpica.