El 17 de junio de 1970 Brasil y Uruguay se veían las caras en el Mundial de Fútbol de México 70. Aquella calurosa tarde ganaron los cariocas por 3 a 1 pero hoy nadie se acuerda de los goles de aquel encuentro. Cuando echamos la vista atrás hablamos del «Gol de Pelé» aunque el balón nunca llegó a las redes uruguayas. Y es que hay que ser muy grande para que te recuerden por algo parecido.

El 18 de mayo de 1995 en Málaga se vivió el «Triple de Ansley» y por ello se recuerda aquella final de la Liga ACB aunque el balón no entró, Unicaja perdió el partido y aquel fue el año de la retirada de uno de los grandes del baloncesto español, Juan Antonio San Epifanio, Epi. Aquel equipo malagueño al que Pedro Barthe apodó «Los Celtics de Málaga» llevó a toda una ciudad al éxtasis y convirtió en malagueños a una buena parte del país baloncestístico que veían como una vez más, y no son muchas, David podía vencer a Goliat aunque al final la realidad se impuso.

Mike Ansley era un jugador con magia. El autodenominado mejor 4 de Europa destilaba talento baloncestístico en un cuerpo de luchador de la WWE. Con más parecido físico a Hulk Hogan o The Rock que a los ala-pívots al uso, los puntos se le caían de las manos y los rebotes le caían en las manos porque siempre sabía donde colocarse. Tuve oportunidad de conocerlo en 2009, en Polonia, en el barrio de Bielany en Varsovia. Con el equipo de laSexta se había desplazado como comentarista José Manuel Calderón y su preparador físico personal José Ramón Tarragó. Todos los días por la mañana, Calderón entrenaba para recuperarse de las lesiones que le habían obligado a renunciar a jugar con la selección ese Europeo. Tanto en Varsovia,como posteriormente en Lodz y Katowice, acudía diariamente a pabellones de la zona para prepararse y solíamos acompañarle.

Ese día tocaba en un pabellón situado en la Universidad Jozaf Pilsudski de Educación Física de Varsovia, en el barrio de Bielany y cuando llegamos estaba acabando de entrenar un equipo de la Segunda División polaca. Entre ellos destacaba un jugador muy grande, con muchos kilos, pero con un acierto aun mayor en el tiro. Entonces Calderón dijo: «Ése es Mike Ansley» y lo era. Nos acercamos y nos contó que a sus 42 años había terminado la temporada con el Polonia Warszawa de 1ª División y que se preparaba para jugar su último año con un equipo de la 2ª División. Porque el genio de Birminghan se retiró con 43 años anotando cantidades de puntos similares a su edad en muchos partidos.

Me impresionó el talento que tenía y la facilidad para jugar después de una carrera tan larga y una vida «muy agradable» fuera de las canchas.

Mike sigue viviendo en Bielany como comentaba hace unos días Dani Barranquero, en ACB.com. Allí es entrenador, da charlas de baloncesto por todo el país y dirige campus, pero su corazón, o al menos una gran parte, sigue en Málaga como también una parte del corazón baloncestístico de muchos malagueños está en Polonia a su lado. Son tiempos difíciles, muy complicados pero el «Triple de Ansley» nos puede hacer ver que a veces de los malos momentos puede salir lo mejor de nosotros. Hace unos días lo decía Dani Romero, el gran capitán de aquel equipo: «Si hubiera metido el triple... ¿hubiera cambiado algo? Creo que el fallo incluso creó una mística que lo ha hecho todavía más bonito».