El Unicaja vive en una completa incertidumbre. No es un problema único del club verde, al contrario, es la situación que se ha generado en el deporte mundial por culpa de la crisis del coronavirus, que hace que se viva prácticamente al día, sin poder planificar absolutamente nada a corto ni a medio plazo.

Sin saber a ciencia cierta si va a acabar esta temporada en la Liga Endesa y en la Eurocup, sin saber qué competición europea se va a jugar el próximo curso o sin saber qué presupuesto va a tener el equipo para configurar su plantilla 2020/2021, resulta muy difícil tomar ninguna decisión.

Hay muchas incógnitas por despejar. La primera y más obvia es saber si volverá la competición esta temporada. El equipo se entrena desde hace un par de semanas en el pabellón de Los Guindos con la ilusión de volver a jugar partidos oficiales en poco más de un mes. Pero por ahora el equipo trabaja cada día sin saber si el esfuerzo de puesta a punto, tras dos meses confinados en casa, valdrá para algo.

Hay cierto optimismo en que la Liga Endesa sí concluya con esa prevista Fase Final de 12 equipos repartidos en dos grupos, en el que los dos primeros de cada grupo jugarán las semifinales previas a la finalísima, en una sede única y, por supuesto, con todos los partidos a puerta cerrada.

Si con la competición doméstica hay buenas vibraciones, con la Eurocup hay mucho más pesimismo. El próximo lunes la Euroliga tomará una decisión definitiva que será muy importante para el futuro institucional del club verde ya que la casi segura suspensión de la temporada continental dejaría al Unicaja sin ninguna opción de jugar la próxima temporada la Euroliga, con lo que eso mediatiza la contrucción del próximo proyecto 2020/2021.

Otra cuestión de vital importancia que el club tiene pendiente de decidir es si apuesta o no por la continuidad de Luis Casimiro en el banquillo. El entrenador manchego acaba contrato esta temporada. Después de un primer año plagado de problemas por culpa de las lesiones, esta campaña los verdes han sido finalistas de la Copa del Rey y han sido campeones de grupo en la primera y en la segunda fase de la Eurocup. En el club hay división de opiniones, aunque parece que la corriente pro renovación de Casimiro tiene ventaja sobre la que propone salir al mercado a buscar otra opción para el banquillo. Lo que sí es seguro es que una vez que acabe la presente temporada (sea en el campo o sin competición), la renovación o no de Casimiro será una de las primeras incógnitas que habrá que despejar para edificar el siguiente proyecto.

Otra cuestión capital en la entidad de Los Guindos será fijar el presupuesto que tendrá el equipo para la campaña 20/21. La situación de crisis económica que se avecina por culpa de la pandemia del coronavirus será un aspecto importante a intentar esquivar. El club tiene en Unicaja Banco y en la Fundación Unicaja un «paraguas» que es un lujo, pero la situación financiera que se avecina tendrá seguro, también, consecuencias en un presupuesto que, por otro lado, tendrá dos escenarios distintos en función de si el Unicaja juega a partir de octubre la Eurocup (como este curso) o «asciende» a la Euroliga. El sentido común dice que habrá repetición de presencia en la Eurocup, pero mientras no haya seguridad, el montante económico del presupuesto tampoco se puede definir.

En función de si Casimiro sigue o no, en función de si se juega la Euroliga o no y en función de qué presupuesto final maneje el club, se abordarán otras cuestiones deportivas paralelas como fichajes y renovaciones. Los refuerzos no corren tanta prisa como decidir si alguno de los jugadores que acaban contrato siguen o no la próxima temporada. Aquí hay dos nombres que marcarán bastante la planificación: Adam Waczynski y Josh Adams.

El polaco tiene muchas opciones de seguir porque parece encajar su pieza en los muchos escenarios abiertos que tiene el club de cara al futuro y porque económicamente sería una renovación «asequible». La del americano es una incógnita seria. Ocupa plaza de extracomunitario y en el club su hipotética continuidad tiene aliados y detractores casi a partes iguales. Renovarle significaría tener solo una plaza más de extracomunitario para el próximo mercado estival, lo que limitaría el margen de maniobra a la dirección deportiva. Económicamente su pieza encajaría en el puzzle en función del resto de fichajes que estén por llegar. Continuar o no con Adams será una decisión clave para redondear una línea exterior sobrada de talento con Alberto Díaz, Darío Brizuela, Jaime Fernández, Axel Bouteille y Dragan Milosavljevic, todos ellos con contrato en vigor.

En lo estrictamente deportivo, también será importante la decisión que se tome con Francis Alonso. El canterano, tras volver de EEUU el pasado verano, ha estado cedido este curso en Fuenlabrada y en Oviedo. Ahora hay que decidir si se apuesta por él para que esté en el «12» de la primera plantilla verde de la campaña 20/21 o se repite la experiencia y se le busca otra cesión en un equipo de ACB. Habría una tercera vía, intermedia a las dos anteriores, que sería contar con Francis en el Unicaja los primeros meses de competición, hasta que vuelva Jaime Fernández de su convalecencia después de la operación en los talones a la que ha sido sometido hace algunas semanas. Entonces, con Jaime de nuevo operativo, se podría buscar esa cesión para que Francis terminara la temporada jugando minutos de calidad en otro equipo de la Liga Endesa. No será una decisión fácil.

Otra incógnita por despejar es saber cómo volverá después de un año lesionado el serbio Dragan Milosavljevic. El alero internacional fue una pieza clave en los esquemas de Luis Casimiro la pasada temporada. Tiene contrato y en el club le esperan con los brazos abiertos porque es un jugador que da mucho equilibrio al equipo. Ha tenido una lesión de rodilla muy grave, la recuperación ha ido según lo esperado, pero saber cuáles serán sus prestaciones en su regreso a las pistas es algo que tiene en ascuas al club cajista y que será muy importante para definir que el próximo proyecto verde sea más o menos competitivo.

Fuera del ámbito estrictamente deportivo, las próximas semanas también deben de servir para solucionar el «caso abonos». Parte de la afición cajista se ha mostrado molesta a través de las redes sociales porque el club haya seguido cobrando las mensualidades en este tiempo de confinamiento y no haya buscado una compensación a los partidos que ni se han jugado ni se van a jugar este final de temporada en el Martín Carpena. Eduardo García ha dejado entrever que una vez se conozca el desenlace final de la temporada (con o sin partidos), entonces se tomará una determinación. Deberá afinar el club para tratar de calmar a esa amplia masa de seguidores muy molestos por la situación.

En definitiva, que las próximas semanas serán de muchas noticias en el entorno cajista. Hay varias cuestiones que decidir en los despachos de Los Guindos. Unas determinarán la toma de las siguientes. Muchas piezas que encajar para formar el puzzle final del Unicaja 2020/2021.