Es la gran pregunta que se hacen los aficionados en Málaga estos últimos días: ¿Puede el Unicaja La respuesta es «rotundamente, sí», lo que pasa que es lo mismo que piensan, seguramente, buena parte de los otros 11 equipos que van a comparecer en Valencia para disputar esta novedosa fase final liguera.

Es verdad que el Unicaja «solo» era noveno de la clasificación cuando el coronavirus paralizó el baloncesto y el resto de deportes en España y en el mundo, pero también es verdad que el equipo de Luis Casimiro, siendo campeón de grupo en la primera fase y también en el Top 16.

Lo cierto es que los 12 equipos que se jugarán el título de Liga en Valencia parten casi de cero, por lo que hacer pronósticos es casi una cuestión de fe. Después de tres meses sin competir, es una incógnita saber cómo estará cada uno de fuerzas y de cabeza para afrontar un esprint final liguero especial y desconocido.

El formato que ideó la ACB para acabar la temporada es repartir a los 12 mejores equipos de la Liga cuando se paró la competición en dos grupos de seis equipos, que jugarán una liguilla de 5 jormadas, todos contra todos, a una única vuelta. Los dos mejores de cada grupo pasarán a semifinales y los dos ganadores jugarán la finalísima.

O sea, que el Unicaja está a 7 partidos de ser campeón de Liga. Esto es un dato real que no admite debate. Si el equipo verde gana los siete partidos que tiene por delante en Valencia, será campeón. Es más, si pierde uno de la liguilla del grupo, pero gana los otros seis, será también el campeón de la Liga Endesa. Sin presencia en ninguna final del play off por el título desde la temporada 2005/2006, se puede decir que está más cerca que nunca, en la última década y media.

El formato que la ACB ha ideado para esta fase final, además, favorece las opciones del Unicaja y de cualquiera de los otros aspirantes a desbancar a Real Madrid y Barça, los dos máximos favoritos en todas las quinielas. El hecho de que se haya sustituido el habitual play off por partidos únicos hace que las diferencias entre los dos grandes del baloncesto y el resto de equipos se acorten. No es lo mismo tener que ganar una eliminatoria al mejor de 3 o de 5 partidos que jugarte todo o nada a 40 minutos porque en un partido cualquiera puede ganar a cualquiera. Esa es la filosofía, al menos, con la que el Unicaja viajará esta próxima semana a Valencia para empezar a preparar el asalto a la fase final.

Aunque el estado de forma de la escuadra cajista (como del resto) es una incógnita, lo cierto es que el equipo verde se va a presentar en La Fonteta con una plantilla bastante compensada e infinitamente más competitiva que la que empezó la temporada. Es verdad que no estarán ni Toupane ni Jaime Fernández, ambos lesionados, además de ToupaneJaime FernándezDragan Milosavljevic, pero los refuerzos llegados los últimos meses -Darío Brizuela, Axel Bouteille, Marko Simonovic y Gal Mekel- le dan al equipo un mayor empaque y opciones tácticas.

Tras la suspensión de la Eurocup, la decisión de la ACB de jugar esta fase final liguera, desde luego es un premio para la ambición del club de Los Guindos, que viendo la plaga de lesiones que tenía tras la disputa de la Copa, salió al mercado para reforzar un plantel en aquel momento muy mermado sin Alberto Díaz, Carlos Suárez, Melvin Ejim o Josh Adams, cuatro jugadores ya recuperados, que sí estarán en este torneo que cerrará la temporada.

El Unicaja no lo va a tener nada fácil. Su grupo es durísimo, con Barça, Baskonia y un Iberostar que hasta el parón había jugado de lujo y que además le tiene tomada la medida al equipo cajista desde hace ya varias temporadas. Además, un Bilbao y un Joventut que no tienen nada que perder y que seguro que darán mucha guerra.

Pero no hay ni excusas ni miedo. El Unicaja está a siete partidos de levantar su segundo título de Liga. Así de fácil... y de difícil. La pregunta está en el aire: ¿Tiene opciones reales el Unicaja de ganar la Liga?