Mientras el Unicaja, ya sin opciones matemáticas de pasar a semifinales, sigue en Valencia a la espera de despedir la temporada este jueves, jugando el último partido de la liguilla del Grupo A de la Fase Final de la Liga Endesa, frente al RetaBet Bilbao Basket (18.30 horas), la planificación de la próxima temporada sigue su curso en un club que a pesar de esta última decepción, ha vuelto a jugar una final esta temporada (la de la Copa del Rey de Málaga) y ha dado claramente un paso adelante con fichajes de futuro muy interesantes, como las llegadas de Brizuela o Bouteille, por poner dos ejemplos.

De cara al proyecto del próximo año, de hecho, hay un nutrido grupo de jugadores que tienen contrato y que forman un núcleo duro más que interesante. Tienen contrato Alberto Díaz, Jaime Fernández, Darío Brizuela, Francis Alonso, Dragan Milosavljevic, Axel Bouteille, Deon Thompson, Carlos Suárez, Volodymyr Gerun y Rubén Guerrero. Da la impresión, desde luego, que con un par de retoques acertados habría un equipo más que competitivo.

De los que acaban contrato, solo hay dos jugadores con los que se quiere negociar su continuidad. Son los casos del base israelí, Gal Mekel y del alero polaco, Adam Waczynski. Habría una remota opción de sentarse también a hablar con Josh Adams, pero su renovación a día de hoy parece casi descartada por una cuestión más económica que estrictamente deportiva.

Gal Mekel fue el último en llegar el pasado mes de marzo y en el club hay consenso para hablar con su agente y tratar de llegar a un acuerdo para que siga vistiendo de verde una o dos temporadas más. El jugador israelí es un base puro, un director de juego, capaz de hacer mejor al que tiene al lado. No es una estrella ni un jugador capaz de ganar por sí mismo un partido, pero lo que hace, lo hace con criterio. Y eso es lo que más gusta de él. En una plantilla 2020/2021 con tanta "pegada" con Jaime Fernández, Brizuela, Bouteille, Waczynski (si hay acuerdo final para que renueve), el base del equipo no es necesario que sea un gran tirador ni un "metedor", perfil que cumple el internacional hebreo. Si además la pareja Díaz-Mekel parece complementaria y el israelí no es un jugador excesivamente caro, pues normal que el club cuente con él para la próxima campaña.

Los rectores cajistas tratarán ahora de convencer a Mekel y a su agencia de representación de que la opción de jugar en Málaga es la mejor para él. Fuentes consultadas por La Opinión aseguran que hay contactos iniciales, pero todavía el acuerdo está lejos. Con el final liguero se acelerará todo.

Otro jugador que cuenta para el club es Adam Waczynski. La Opinión de Málaga informó el pasado 15 de mayo de que había un consenso en Los Guindos para que el polaco ampliara su vinculación uno o dos años más en Málaga. Es un jugador muy involucrado con el club y que deportivamente ha mejorado mucho esta temporada, haciendo más cosas que tirar, su gran especialidad. Se valora mucho suu implicación, también su mejora en varias facetas del juego, dejando ya de ser "solo" un especialista en el tiro de 3 puntos para convertirse en un jugador mucho más polivalente, capaz de aportar en el puesto de escolta y también en el de alero.

Con Bouteille y Milosavljevic con contrato garantizado para el próximo curso en la posición de alero alto, Waczynski parece un complemento perfecto para esa pareja de aleros. Axel Bouteille es más anotador y explosivo, mientras que Dragan Milosavljevic tiene un rol más defensivo, es más un jugador de equipo, capaz de hacer muchas cosas bien. Con Waczynki se añadiría un jugador muy fiable en el tiro de 3, que además puede jugar de "2" por lo que puede coincidir en el campo con cualquier otro compañero del perímetro.

La presencia de tres aleros altos en el plantel verde 20/21 no sería ninguna novedad. La pasada temporada 2018/2019 ya coparon esas posiciones Milosavljevic, Dani Díez y el propio Waczynski; mientras que la actual campaña han jugado en esa demarcación el propio internacional polaco, Ejim y Toupane, sustituido desde su lesión en la Copa del Rey por Bouteille.

El club quiere renovarlo, pero será con un nuevo contrato a la baja. Y ahí está la gran duda. Waczynski está muy feliz en Málaga, pero habrá que ver si está dispuesto a rebajarse su sueldo en la medida que el club cajista quiere. Parece una negociación en la que ambas partes están condenadas a entenderse, pero habrá que ver si el internacional polaco tiene algún ofrecimiento mejor en lo económico que le haga sacrificar su felicidad familiar en Málaga para emprender la aventura en otro club. El Unicaja deberá también tener cuidado hasta donde estira la cuerda porque si Adam no sigue, habrá que salir al mercado y en relación calidad-precio va a ser casi imposible encontrar una alternativa mejor.

A partir de la próxima semana, todo se acelerará. La dirección deportiva encabezada por Manolo Rubia lleva varios meses liado con nombres encima de su mesa para ofrecerle al entrenador y al consejo de administración. La labor está adelantada, ahora hay que cerrar estas dos renovaciones, contar los billetes que quedan en la caja fuerte y encarar los pocos fichajes (uno o dos) que van a llegar este próximo verano. Y es que con 10 jugadores con contrato y dos renovaciones en marcha, no hay sitio para mucho más.