El Unicaja con una reunión de la plantilla y el staff técnico con el presidente, Eduardo García, el director deportivo, Manolo Rubia, y el gerente, Francisco Sáez. Fue solo unos minutos después de regresar de Valencia de disputar la Fase Final liguera en la que los verdes se quedaron a un paso de las semifinales.

Fue una última cita que sustituye a la habitual comida fin de temporada y a las reuniones individuales con cada jugador en los despachos de Los Guindos que se han producido estas últimas temporadas y en las que el club comunicaba a cada uno los planes de futuro para la siguiente temporada. Era el día del «contamos contigo», del «no contamos contigo» o del «ya hablaremos más adelante».

Este verano habrá también una novedad que el club lleva varios días meditando y que, salvo cambio de idea, se pondrá en marcha esta próxima semana. Y es que la entidad cajista tiene previsto iniciar una ronda de llamadas a los agentes de los jugadores con contrato en vigor para tratar de renegociar una pequeña rebaja salarial con ellos de cara a la próxima campaña 2020/2021 por culpa del giro económico que se ha producido debido a la crisis del coronavirus.

Tener atados para el próximo curso a varios jugadores, en este caso a 10, sin contar a Gal Mekel, con el que hay un acuerdo al que solo le falta la rúbrica, lejos de ser una ventaja se ha convertido para el Unicaja en un inconveniente. Y es que se han firmado con ellos sueldos en sus fichas que ahora, solo un año o unos meses después de esos acuerdos, se han quedado desfasados.

Los fichajes este verano en el baloncesto español serán «a la baja» respecto a los movimientos que se han dado estas últimas temporadas en cada mercado estival, algo que el club de Los Guindos no podrá aprovechar debido a que tiene la plantilla cerrada a falta de uno o dos retoques como máximo.

La idea que quiere poner en práctica el club verde es pedir a sus jugadores que se acojan a una rebaja porcentual del salario de sus contratos para adecuarlos a la actual realidad económica que vive el país y el baloncesto español. Los jugadores que están en esta situación y con los que se quiere llegar a un acuerdo son Jaime Fernández, Darío Brizuela, Axel Bouteille, Dragan Milosavljevic, Deon Thompson, Volodymyr Gerun y Rubén Guerrero. Quedan al margen de estas conversaciones Carlos Suárez y Gal Mekel porque con ellos ya se ha negociado la renovación dentro de estos «nuevos tiempos salariales», al igual que Alberto Díaz, con el que en breve se llegará a un acuerdo de renovación por varias temporadas en el que ya estará incluido este nuevo panorama contractual que quiere instaurar el Unicaja en este verano de 2020.

La idea es contactar con los agentes de los jugadores a partir de este mismo lunes, plantearles la nueva situación económica con la que que quiere trabajar el club y apelar a la buena predisposición de sus representados. Es evidente que las cantidades ya firmadas solo podrán variarse si acceden los jugadores.

La nueva situación económica no va a ser fácil para el Unicaja. La próxima campaña de abonados viene mediatizada por no saber todavía si los partidos de la próxima temporada van a ser a puerta cerrada, a puerta abierta o con un porcentaje pactado máximo de aforo en las gradas del Carpena. La venta de entradas sueltas tampoco está clara por esta misma cuestión y la continuidad de algunos patrocinadores está en el aire por la crisis derivada de la pandemia del COVID-19. Ante este panorama es lógico que el club trate de rebajar gastos en los contratos de sus jugadores. Habrá que ver si ellos aceptan o no la merma parcial en sus fichas.

Hay que recordar que el club planteó durante el confinamiento, para evitar un ERTE, una rebaja salarial a la primera plantilla verde y al técnico Luis Casimiro de su sueldo si volvía la competición (como así ha ocurrido) que podía haber sido del 17.5% en el caso de que no se hubiesen jugado más partidos oficiales este curso.