Tim Abromaitis puede convertirse esta próxima semana en el primer fichaje del Unicaja en este verano de 2020. Se han renovado a Luis Casimiro, a Carlos Suárez y a Gal Mekel, pero todavía no ha llegado ninguna cara nueva.

El ala-pívot norteamericano tiene una oferta encima de su mesa para fichar por el Unicaja. Hay buena sintonía entre las partes, pero Abromaitis a última hora de la noche de ayer, sábado, todavía no había estampado su firma en el contrato. Y hasta que eso no ocurra...

Con 30 años y 2.03 metros de altura, Abromaitis jugó esta pasada temporada a las órdenes de Joan Plaza en el Zenit ruso (hasta que el técnico catalán fue despedido) y después lo hizo con Xavi Pascual. Tiene el perfil exacto de lo que busca el Unicaja en el mercado para esa posición: un «4» abierto, con amenaza en el tiro exterior, capaz de abrir el campo, con experiencia continental y con pasado en la Liga Endesa.

Abromaitis ha firmado en la Euroliga, con el equipo de San Petersburgo, unas medias de 7.5 puntos y 3.5 rebotes de media por partido. Tiene todavía una temporada más firmada en el Zenit, pero el club ruso no cuenta con él, por lo que se busca en estas últimas horas que rescinda su compromiso con los rusos para poder fichar ya por el cuadro cajista.

El norteamericano tiene también una oferta del Iberostar Tenerife, equipo en el que se dio a conocer en la Liga Endesa, aunque en Los Guindos esperan atarle con una propuesta de dos temporadas garantizadas en Málaga, hasta junio de 2022.

Si llega finalmente Abromaitis, el debate que está abierto en Los Guindos es si con su fichaje es suficiente o habría que buscar un refuerzo más en la pintura, un «cinco» puro que mande bajo los aros.

A nadie se le escapa que el principal hándicap que ha tenido el equipo esta pasada temporada ha sido la posición de «5». Y es que la tripleta Elegar-Gerun-Guerrero no ha sido todo lo sólida que el club deseaba y el equipo necesitaba.

Por eso sorprendieron en cierta manera las declaraciones del técnico, Luis Casimiro, en la presentación de la renovación de su contrato, asegurando que el foco estaba puesto en fichar a un «4», pero sin dar por segura una incorporación más para el juego interior, algo que sí parece una necesidad, visto lo visto.

El problema es que en este momento hay cuatro jugadores con contrato en vigor para el juego interior del proyecto cajista de la próxima campaña 2020/2021. Carlos Suárez está recién renovado y Deon Thompson, Volodymyr Gerun y Rubén Guerrero tienen contrato garantizado para la próxima campaña.

La llegada de Abromaitis provocaría que Thompson pasara a jugar de pívot, ocupando la vacante que deja en la plantilla Frank Elegar, al que el club no ha renovado su contrato. O sea, que los ala-pívots serían Suárez y Abromaitis, mientras que los centers serían Thompson, Gerun y Guerrero. ¿Suficiente recomposición de piezas para mejorar el juego interior de cara al próximo curso?

El debate está abierto. Rubén Guerrero es de la «casa» y debe ser intocable. Tiene contrato y un margen de mejora evidente. Es más, durante buena parte de la temporada, cuando Elegar se lesionó y se perdió 8 partidos, dio un paso al frente y fue un jugador importante. No obstante, es joven, está empezando su carrera profesional y no se le puede cargar de excesiva responsabilidad por ahora.

Gerun también tiene contrato garantizado. Se le firmaron el pasado verano dos años y acaba el 2021. Es un jugador correcto, pero con lagunas en defensa, sobre todo para «pelearse» con los grandes pívots de la Liga Endesa y de Europa. Ha firmado buenos números y sería una posible solución buscarle una salida cedido en otro club para liberar un hueco en la plantilla que ocuparía ese ansiado nuevo pívot que pudiera equilibrar definitivamente el juego interior verde.

Un caso similar es el de Deon Thompson. Tiene un año más de contrato garantizado en Málaga. Con Abromaitis en la plantilla, Thompson pasaría a jugar de «5», posición para la que presuntamente fue fichado el verano pasado, pero que el devenir del mercado las semanas posteriores le hizo recolocarse como «4», junto a Carlos Suárez. Si Deon tuviera una oferta de otro club, es probable que el Unicaja no pusiera pegas para liberarlo del contrato firmado en Málaga. De esa manera también quedaría el hueco libre en el plantel necesario para poder fichar un pívot en este mercado estival. No es una operación sencilla y tampoco parece que Luis Casimiro y el club estén especialmente interesados en ella. Pero, o sale Gerun o sale Thompson o será imposible un refuerzo más en la pintura.

De momento, el rompecabezas del juego interior está a la espera del «ok» de Abromaitis a la oferta verde. Cuando eso se produzca habrá que ver si se queda todo como está o se busca otra pieza interior que convierta al Unicaja en un equipo que además de amenazar desde el perímetro, pueda hacerlo también desde cerca de la canasta.