Adam Waczynski y su familia ya están en Polonia disfrutando de las vacaciones. Antes, el jugador y el club cajista han llegado a un acuerdo para que «King Kong» renueve su contrato en Málaga por dos temporadas, en formato de 1+1. Es decir, un año garantizado y otro opcional, con cláusula de penalización incluida en el caso de que el Unicaja decida prescindir de él el próximo verano de 2021.

En la renovación de Waczynski (todavía por confirmar por parte del club de Los Guindos) ha tenido mucho que ver la opinión de Luis Casimiro, que ha apostado muy fuerte por la continuidad del polaco en el perímetro cajista. El técnico manchego cree que Waczynski es el único jugador exterior que puede estar en la cancha con cualquiera del resto de jugadores exteriores del plantel. Su polivalencia para jugar de «2» y de «3» es lo que ha convencido al técnico y lo que ha argumentado a los rectores cajistas para hacer un esfuerzo en su renovación.

Sin contar al polaco, hay 5 jugadores perimetrales con contrato garantizado en el Unicaja 2020/2021. Darío Brizuela, Jaime Fernández, Francis Alonso, Axel Bouteille y Dragan Milosavljevic son la espectacular batería exterior que Casimiro tendrá a sus ordenes el próximo curso. En la pizarra de Casimiro cabe Waczynski al mismo tiempo en la pista con cualquiera de ellos. Una polivalencia que es especialmente importante teniendo en cuenta que tanto Fernández como Milosavljevic están recuperándose de sendas lesiones de larga duración, por lo que está por ver cuándo estarán a tope para volver a competir al máximo nivel.

La continuidad de Waczynski en la plantilla supone que Casimiro pueda contar con un escolta y un alero en un solo jugador, una especie de «agente doble» para utilizar como comodín, mientras haya cualquier baja en el juego exterior.

Como se ha venido informando estos días pasados, el club está peinando el mercado en busca de un «temporero» que pueda venir a Málaga durante los primeros meses de competición para tapar el hueco de los dos lesionados en proceso ahora de recuperación. Se miran opciones de escolta y de alero, pero es evidente que las condiciones de fichar solo por unos meses cierra muchas puertas. Y como no se sabe si se va a encontrar esa figura, la renovación de Waczynski al menos hace que esta operación del «temporero» no sea ya una necesidad imperiosa ni un trauma si no se encuentra el jugador adecuado o si aunque llegue, después no cumple con la función que se le va a encomendar.

La renovación de Waczynski es algo que lleva varias semanas gestándose. Es cierto que nada más acabar la Fase Final de Valencia surgieron algunas dudas en parte de los rectores cajistas, pero la opinión mayoritaria era ofrecerle al polaco la renovación aunque, eso sí, en unas condiciones económicas mucho más bajas que las que ha disfrutado estas dos últimas campañas en Málaga.

La primera oferta del Unicaja a Waczynski no fue del agrado del jugador ni de su entorno, con una ficha reducida casi a la mitad de lo que ha cobrado el polaco estas dos últimas campañas en Málaga. La nueva realidad económica de este verano, tras la crisis del coronavirus, ha llevado al club a una nueva política de fichajes y de renovaciones a la baja, respecto a estos veranos anteriores.

Waczynski pidió al club mejorar las condiciones y, sobre todo, firmar un contrato de dos temporadas garantizadas. Finalmente, el club pactó con el alero una reducción de su sueldo algo menor, de entorno al 40%, y un contrato de dos temporadas, pero en formato de 1+1, con una cláusula importante de penalización el próximo verano en el caso de que el Unicaja decida no contar con él y no hacer efectivo el segundo año 2021/2022. Si eso ocurre, Waczynski sumará a la ficha que va a cobrar esa indemnización y ya no perderá tanto dinero respecto a esta última campaña. Además, se quedará libre para fichar por cualquier otro club. Un acuerdo que satisface, en definitiva, los deseos de ambas partes.

La verdad es que lo de «King Kong» en Málaga es pura supervivencia. En su etapa en el club cajista ha tenido varios momentos críticos, tanto en la etapa de Joan Plaza como en la de Luis Casimiro, en los que su continuidad ha sido muy cuestionada, mucho más que en este verano de 2020.

Hace ahora 12 meses, sin ir más lejos, a pesar de tener contrato en vigor para este curso recientemente finalizado, se especuló mucho con su más que posible salida, que algunas fuentes aseguraron que no se produjo, simplemente, porque el club no quiso asumir la cláusula de penalización que figuraba en su contrato.

Al inicio de esta misma campaña 2019/2020 también hubo muchas dudas sobre su aportación al equipo que, sin embargo, no dejó de mejorar en los meses previos a la suspensión de la temporada por la crisis del coronavirus, lo que le colocó en una posición muy ventajosa para renovar su contrato.

Los rectores del club valoran, sobre todo, su implicación. El propio Eduardo García, presidente cajista, se deshizo la pasada semana en elogios en lo personal tanto hacia el alero como hacia su familia, perfectamente integrada en el club y en la sociedad malagueña.

En lo estrictamente deportivo, se valora su mejora en varias facetas del juego, dejando ya de ser «solo» un especialista en el tiro de 3 puntos para convertirse en un jugador mucho más polivalente.

La Opinión de Málaga informó el pasado 15 de mayo de que había un consenso en Los Guindos para que el polaco ampliara su vinculación uno o dos años más en Málaga. Ahora, casi dos meses después, la renovación está caliente y muy cerca de ser oficial.