En un training camp en Estados Unidos Eulis Báez conoció a Rudy Fernández. El ahora jugador del Real Madrid, en aquel entonces en el Joventut de Badalona, invitó a su amigo a ver un partido de la Penya y en ese momento Báez tomó una decisión: «Yo quiero jugar en esa liga». Lo conseguiría años después, en 2009, en las filas del Valladolid. Esta temporada cumplirá 39 años jugando con la camiseta del Baxi Manresa.

Sus inicios no fueron fáciles. Se crió en el seno de una familia muy humilde en República Dominicana donde gracias a los esfuerzos de sus padres, y no eran pocos, nunca faltó un plato de comida en la mesa, aunque sólo fuera uno. Criado como un chico de barrio, en la calle, donde reinaba la ley del más fuerte, tenía claro que si te dejabas pegar un día, te pegaban todos los días. Creció jugando al voleibol y al baloncesto, y con 14 años se dio cuenta que la calle era un peligro. Las peleas de niños empezaban a convertirse en algo mucho más peligroso y apoyado por su familia y la religión dejó ese mundo atrás. De aquellos años todavía guarda el espíritu de la pelea deportiva en la cancha y de no dejarse ganar por nadie. Una enseñanza que le mantiene a su edad en una de las mejores ligas del mundo.

Cruzó el charco hasta Estados Unidos donde militó hasta en tres universidades: Florida Internacional, Southeastern CC y Western Illinois University donde obtuvo el titulo de Administración y Dirección de Empresas. En la cancha cerró su ciclo universitario con 15 puntos, ocho rebotes, tres asistencias, dos robos y un tapón por partido en su año sénior. La NBA parecía lejos, sus entrenadores le decían que tenía el físico pero le faltaba tiro y decidió emprender la aventura europea, o mejor dicho la aventura española.

Con 23 años aterrizó en el Akasvayu Vic de la LEB plata donde estuvo 3 temporadas, un año en la LEB oro con el León y llegó el ansiado debut en la ACB a los 27 años. Dos años en Valladolid le llevaron a la Penya donde sólo estuvo un año antes de llegar a Gran Canaria, ya con 30 años. A esa edad, dio un nuevo impulso a su carrera, estuvo seis años y cuando muchos piensan en la retirada Eulis todavía quería seguir jugando. Ya cumple su segunda temporada en Manresa.

Un jugador de la vieja escuela, que finta y bota para levantarse en una suspensión corta como hacia el gran Reginald Johnson, que protege sus tiros con el cuerpo y que tiene un juego de pies que envidian muchos jóvenes en la Liga. Jugador de intangibles, de esos que no aparecen en la estadística, cada pretemporada se presenta en un estado físico excepcional y este año no ha sido una excepción.

Un presente que sólo piensa en el partido de mañana en el Carpena donde será uno de los dolores de cabeza con los que tendrán que enfrentarse los pívots cajistas. Y un futuro que ya planifica con su mujer Chandra y sus tres hijos que ya siguen la senda baloncestística de su padre. El mayor Bryce ya es internacional U17 con Dominicana. Garvin de 12 y Kaiden de 9 no paran de botar el balón naranja. Su futuro será de entrenador con las jóvenes promesas de su país aunque antes de irse medirá el potencial de la pintura malagueña que después de un inicio de temporada desastroso parece que resucitó en la Eurocup ante el Metropolitans francés.

El sábado sabremos si esa mejoría ha venido para quedarse o sólo fue un espejismo ante un equipo francés que cuando quiso darse cuenta que estaba jugando un partido europeo ya los había perdido. Suerte€ y poneros la mascarilla.