A remolque desde el salto inicial, con mucho sufrimiento y sin perder la fe hasta el final, el Unicaja remontó en el último cuarto un partido farragoso, ante un buen Buducnost, que se dejó su imbatibilidad en Málaga a manos de un equipo verde en el que parecen asomar algunos brotes verdes muy necesarios.

Ante el rival directo a priori de los verdes para luchar por la primera plaza del grupo B de esta primera fase de la Eurocup, se vio al mejor Deon Thompson y al mejor Adam Waczynski de la temporada. Ellos dos fueron decisivos para la remontada final, aunque antes Bouteille, Brizuela y, sobre todo Francis Alonso, ayudaron de lo lindo para el feliz desenlace final.

El Buducnost no lo puso nada fácil. Es verdad que le faltó instinto asesino cuando tuvo al Unicaja contra las cuerdas, pero los montenegrinos demostraron en Málaga que tienen un equipo muy apañado y que van a dar mucha guerra en esta Eurocup 20/21. Tiempo al tiempo.

Algo más de 300 aficionados vieron desde las gradas el triunfo de los verdes. Lo dijo Casimiro en la previa y es verdad que son muy pocos los que pueden acudir al Carpena por las restricciones sanitarias, pero arropan al equipo multiplicándose en sus gritos y sus cánticos. Se nota mucho ese aliento y los jugadores lo agradecen. Sin ellos, esta vez, a lo mejor el epílogo habría sido otro mucho menos guay.

La puesta en escena del Unicaja no fue la esperada. Desde el 4-10 inicial, el equipo siempre fue a remolque. El Buducnost estuvo muy acertado en el tiro exterior y el partido alcanzó el primer parón con 15-22 para los balcánicos.

La diferencia creció en el arranque del segundo cuarto hasta un peligrosísimo +11, 15-26. Mejoró un poquito el equipo en defensa y el marcador lo «agradeció», 22-26. Pero no hubo continuidad, sobre todo por la falta de acierto de los tiradores verdes y el rival volvió a irse, 22-33, justo en el ecuador del segundo acto.

Con el Unicaja en su peor momento del partido, 16 abajo, Casimiro puso su quinteto más bajito, con Alberto, Francis y Brizuela por fuera y Thompson de «5», con Abromaitis abriendo también el campo. Francis hizo 8 puntos casi seguidos y agarró a los verdes al partido, 34-43, a punto de entrar en el último minuto del primer tiempo. Al descanso, 37-47 y la sensación de que había que cambiar demasiadas cosas para poder darle la vuelta al marcador.

Suárez y Nzosa fueron las «balas» de Casimiro para la vuelta del intermedio. Francis cogió su fusil y él solito terminó de meter al equipo al partido, 46-49. El Buducnost supo aguantar el tirón y mantuvo la delantera, aunque los de Los Guindos se quedaron a solo 2 al final del tercer cuarto, 60-62.

Un triple de Brizuela puso por delante al Unicaja, 67-66, a 7:52 del bocinazo final. El partido se convirtió en un intercambio de canastas, con ventajas mínimas a favor de los verdes. Waczynski aportó tres triplazos que, unidos a otro de Brizuela, acabaron por decidir el partido, 91-87.

Dice el «libro de instrucciones» de la Eurocup en el epígrafe «a» del primer capítulo del Tomo I que para crecer en esta competición es objetivo ineludible ganar cada partido que juegas en casa. A siete jornadas para el final de la liguilla continental, los de Los Guindos, tras este triunfo ante el Buducnost, se mantienen en el camino correcto para buscar su objetivo de acabar campeones de grupo. El traspié de la semana pasada en Mornar es verdad que obliga a no fallar mucho más. Pero ahora, con este 2-1 en la clasificación, y pensando que la próxima semana se repite partido en casa, recibiendo en el Palacio al Brescia italiano, el horizonte se ve mucho más despejado. Veremos...