El triunfo del Unicaja en Eurocup ante el Buducnost de Melvin Ejim sanó más la herida de la debacle ante el Mornar Bar, hizo recuperar la confianza en la competición y despejó dudas sobre las capacidades de ciertos jugadores para este equipo. Dos de los que han estado en el punto de mira en este irregular inicio de temporada son Adam Waczynski y Deon Thompson. El polaco y el internacional con Costa de Marfil fueron fundamentales en la remontada frente a los montenegrinos. Hablaron en la pista y gozaron de la confianza del entrenador, Luis Casimiro.

El alero del conjunto malagueño no venía de hacer actuaciones acertadas y estaba lejos de su nivel mostrado en meses anteriores a la pandemia. De hecho, su partido no estaba siendo el ideal hasta que abrió la lata desde el 6.75. King Kong renació con tres triples seguidos para encarrilar la victoria, uno de ellos con tiro adicional incluido. «A Waczynski no se le ha olvidado meter. Estaba haciendo un muy buen trabajo defensivo y por eso tenía minutos, jugaba casi 15 minutos. Hay que darle confianza, tenía en los últimos partidos varios tiros abiertos muy bueno y hay que tirarlos con la determinación. Ahora se han metido», apuntaba el técnico manchego tras el partido. La renovación de Waczynski fue una apuesta personal de Casimiro, que no duda de sus cualidades para compartir minutos en pista con Bouteille, Alonso u cualquiera de los otros jugadores del perímetro.

Por su parte, Deon Thompson es el nombre por excelencia en el eterno debate del juego interior. Su rendimiento estaba siendo deficiente y Casimiro recurría a Nzosa para solucionar los problemas en la pintura. El americano, sin embargo, no ha perdido la confianza del entrenador. En Valencia permaneció en pista en los minutos finales y ante el Buducnost hizo lo que se le pide: postear, cuerpear y percutir para anotar. Diez puntos sumó como donativo para la remontada. «Intento poner a los que creo que pueden ayudar. Deon de cinco ha ayudado y ha producido bastante hasta que se le agotó la energía», declaró Casimiro. Ambos están a tiempo de recuperar el carácter y el acierto para ser determinantes.