No puede estar el Unicaja demasiado satisfecho por su victoria europea ante el Brescia italiano. Al menos no debe estarlo por su imagen del segundo y del tercer cuarto, que esta vez no le costó el partido, pero que ante otro rival con un poquito más de caché podría haberles supuesto un serio disgusto a los de Los Guindos.

Ganó el Unicaja porque el Brescia de Esposito demostró en el Carpena que ahora mismo no está para muchos trotes. Esta Eurocup es verdad que en la primeras fase no es muy exigente para el que tiene el objetivo de simplemente clasificarse para el Top 16. Con 3 victorias en las 10 jornadas de esta liguilla te puede hasta valer. Pero es que después de haber visto al Metropolitans, al Mornar y al Buducnost (solo le falta al Unicaja jugar contra los alemanes del Ulm), los italianos parecen el rival con menos talento del grupo.

Es verdad que después de un cuatro de cuatro en 11 días, pocas pegas se le pueden poner al equipo. Es evidente que los verdes han dado un paso al frente en esta última semana larga. Pero siguen mostrando debilidades, no hay el deseado equilibrio interior-exterior en su juego, les falta continuidad, tienen algunas desconexiones que no son ni medio normales y lo único bueno es que ahora se gana y eso es lo que verdaderamente importa.

Fue un partido raro. De complicada lectura. El Unicaja arrancó muy «enchufado». La salida fue toda una declaración de intenciones: 16-2. Bien atrás, reboteando con actitud, corriendo, acertando en el tiro... Los primeros 5 minutos fueron una fiesta en verde y morado. Solo los 8 puntos del visitante Crawford impidieron que la diferencia fuera todavía más al final del primer cuarto, 24-12.

El segundo cuarto se inició con el mismo guión. El Brescia se mostró incapaz siquiera de oponer resistencia a un Unicaja demasiado cómodo en el partido. Los verdes se fueron de 19, 31-12. Pero con el rival tambaleándose sobre el parqué del Palacio, los cajistas rennciaron a seguir jugando bien al baloncesto. Vieron el partido ganado antes de tiempo y el Brescia, más por demérito verde que por acierto propio, endosó un parcial a los de Casimiro de 0-13 que los dejó demasiado cerca al llegar el descanso, 41-35.

Aunque parezca mentira, el rival fue capaz de ponerse incluso por delante en el arranque del tercer acto, tras un triple de Burns. Al Unicaja no le entrenaba nada, pero las ideas también brillaban por su ausencia en un ataque demasiado anárquico. La dupla Guerrero (en el rebote) y Brizuela (en ataque) devolvió al Unicaja al partido a tiempo para llegar al minuto 30 con 3 de renta, 57-54.

El equipo sí se puso las pilas para cerrar el duelo en los 10 minutos de la verdad. Recuperó una versión más fiable, apretó atrás, encontró una buena racha de Francis Alonso, la energía, un día más, de Nzosa en los dos lados de la pista y el partido acabó con 86-69 para los verdes, con última canasta incluida del base cordobés Rafa Santos, que jugó los últimos 64 segundos del partido, convirtiéndose en el segundo jugador más joven en debutar en la historia del Unicaja.

A falta de solo una jornada más para que acabe la primera vuelta de esta liguilla continental, el próximo miércoles, en la pista del Ratiopharm Ulm alemán, este 3-1 en la clasificación está bien, pero «esconde» un calendario con tres partidos en casa y solo la visita de triste recuerdo al Mornar Bar de Montenegro. O sea, que el equipo ha cumplido con su objetivo mínimo y será ahora, en las dos próximas semanas, en las pistas del Ulm y del Metroplolitans francés, cuando tenga que dar el paso definitivo para luchar por un liderato que es «casi» vital para vivir algo más desahogado el futuro Top 16, a partir de diciembre. Veremos.