Mientras el Unicaja ganaba ante el Brescia, primero cómodamente y luego pasando algún apuro, un espectador mitad italiano mitad malagueño andaba por las gradas siguiendo de cerca el partido. Atenta mirada de un enamorado del baloncesto. Sergio Scariolo, seleccionador español, se pasó por el Carpena y dejó unas declaraciones sobre la actualidad del equipo verde.

"Es un derbi del corazón y no he querido faltar hay jugadores interesantes por ver, amigos en ambos bandos. Siempre es bonito venir cuando puedo, sin pasarme de frecuencia", decía el de Brescia, que analizó a vuelapluma al equipo de Casimiro: "Ha mejorado desde la primera vez que lo vi. El trabajo siempre paga, hay jugadores que están creciendo muy bien. Y me gusta mucho que sean jugadores de la casa, españoles".

"Por supuesto cuando crece la confianza y vienen resultados positivos, las cosas salen un poquito más fáciles. Es un círculo virtuoso, así como cuando se entra en un bucle negativo, las cosas siempre parecen peor. Es lo que decía al inicio, todo el mundo estaba en pánico por dos o tres derrotas y yo decía: tranquilos que esto es como termina no como empieza, es algo que hemos aprendido muy bien", argumentó el exentrenador de Unicaja.

Enfatizó también en el grupo de españoles del equipo, un núcleo importante por número y por calidad. "Me parece muy bien que estén aportando al equipo y hayan hecho méritos para ser protagonistas en victorias importantes. Estoy contento por su evolución, tienen que ser ambiciosos, seguir exigiéndose más, queriendo incorporar nuevas cosas a su juego, mejorar puntos débiles, la parte física... Todos están en una franja en la que pueden dar un salto, pero no pueden quedarse estancados, sería una pena".

El pabellón malagueño presentó un plus de aforo gracias a las nuevas medidas de la Junta y el equipo lo agradeció. El Carpena va abriendo paulatinamente sus puertas, al menos de momento, y sobre ello habló Scariolo. "Desde el partido con el Barça, que no había nadie, a este, cambiaron las cosas. La gente se hace notar. Es un partido relativamente tranquilo, no hubo necesidad de cabrearse ni de animar demasiado. Esto es otra cosa. La única fórmula que tiene posibilidad real de éxito para llevar a cabo una competición es la de la burbuja, pero tocando madera y cruzando los dedos", dijo el bresciano. Un entrenador que sigue sentándose en las gradas del templo cajista siempre que tiene una excusa para hacerlo. Las raíces verdes de Scariolo no se esconden.